El miércoles Caron Butler sacó un libro en el que comparte las experiencias vividas en su camino hasta la NBA y sus vivencias en la mejor liga del mundo. Tuff Juice: My journey from the streets to the NBA pretende mostrar a todo aquel que lo lea la travesía del propio Butler desde su dura infancia en Racine, Wisconsin hasta la NBA, donde ha sido un jugador exitoso, llegando a ser All-Star en una ocasión, representando a los Washington Wizards y ganando el anillo en las filas de los Mavericks.

Pese a que este libro se centra en la infancia y adolescencia de Caron Butler, en la que fue arrestado 15 veces antes de cumplir los 15 años, también habla mucho de su etapa en Washington, donde militó desde 2005 a 2009, equipo en el que más temporadas ha jugado. Como es lógico, dentro de ese periplo en la capital estadounidense, también explica una de las discusiones entre compañeros más escalofriantes de la historia, Javaris Crittenton apuntando a Gilbert Arenas tras una acalorada disputa.

A continuación, el relato del incidente en primera persona por Caron Butler:

En el vuelo de regreso desde Phoenix, Javaris, Gilbert y yo mismo entre otros compañeros estabamos jugando a cartas, pero lo que era un simple juego, se empezó a calentar" -explica Butler. "Mientras que Gilbert Arenas era la principal estrella, Crittenton no encajaba del todo en el equipo. Yo estaba sentado al lado de ambos medio dormido mientras estábamos llegando a DC."

Mis ojos se abrieron de golpe cuando escuché a Javaris decirle a Gilbert decir: "Dame mi dinero, devuélveme mi puto dinero." Gilbert inmediatamente respondió: "No pienso devolverte el puto dinero. Recupéralo igual que Mike Tyson recuperó el título, luchando o cómo sea que lo hagas para tenerlo de vuelta. De otra forma no lo conseguirás."

Cuando Gilbert se puso el dinero en el bolsillo, Javaris se abalanzó sobre la mesa para agarrarlo. Antawn Jamison, sentado al otro lado del pasillo, saltó, empujó el hombro de Javaris sobre la mesa, y lo mantuvo allí con todo el peso de su cuerpo mientras le decía que se calmara. Entonces me levanté y grité: "¿De cuanto dinero estamos hablando?" Estábamos hablando de 1.100 dólares. "No tendría que ser tan difícil darle lo que le debes", le dije a Gilbert. "Nos ganamos bien la vida, así que págale lo que ha ganado." Alguien con un contrato de $111M no debería estar peleándose por 1.100 dólares.

Nadie hizo caso. Ambos siguieron discutiendo mientras nos disponíamos a bajar del avión. Cuando llegó la furgoneta para llevarnos a nuestros coches ellos seguían con su disputa. Ernie Gurnfeld, presidente del equipo se me acercó y me dijo amablemente que hablara con ellos. "Ya lo hice."- le dije. "Pero pasaron de mí y siguieron discutiendo."

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Todo el mundo pudo escucharlos mientras seguían con su enfado cuando nos llevaban conduciendo. "Te veré mañana y ya sabes lo que haré"- le dijo Arenas en tono amenazante. "¿Qué me quieres decir con eso? No sabes lo que hago yo"- respondió Crittenton. "Yo juego con pistolas.", sentenció Gilbert Arenas. Crittenton no se quedó atrás y le contestó: "Yo también sé jugar con pistolas."

"Yo juego con pistolas.", sentenció Gilbert Arenas. Crittenton no se quedó atrás y le contestó: "Yo también sé jugar con pistolas."

Al día siguiente, antes de empezar el entrenamiento a las diez, ellos estaban en el vestuario. Cuando entré en el vestuario, el ambiente me recordó a mi infancia en las calles de Racine. Gilbert estaba delante de sus taquillas, anteriormente usadas por Michael Jordan, con 4 pistolas a la vista de todos. Javaris estaba enfrente, en su correspondiente lugar.

"Hey, hijo de puta, ven a coger una."- Le dijó Arenas señalando a las armas. "Voy a dispararte con una de esas." Javaris Crittenton, lejos de asustarse, le respondió: "Oh no, no necesitas dispararme con una de esas."- girándose lentamente como un pistolero del lejano Oeste. "Ya tengo una aquí mismo."

Entonces, sacó su pistola ya cargada y apuntó a Gilbert Arenas. El resto de jugadores, que entraron al vestuario, después de compartir bromas antes del entrenamiento, como es normal, vieron la escena y sus ojos se abrieron en señal de sorpresa. En cuestión de segundos se dieron cuenta de que la escena iba en serio. Se miraron entre ellos y echaron a correr. El último de ellos cerró la puerta.

Yo no me asusté debido a lo que me ha tocado vivir durante mi infancia, he oído más disparos de los que puedo contar. Para mí eso era un día más en el Sur.

Le hablé calmadamente a Javaris, recordándole que su carrera, y seguramente su vida estaría acabada si apretaba el gatillo. Miré a Gilbert, se quedó callado y se fue. Sé que en su cabeza pensó: "He ido demasiado lejos. He tenido una pistola apuntándome y estaba cargada."

Alguien desde fuera llamó al 911. Flip Saunders, el entrenador de los Wizards en esos momentos estaba demasiado asustado como para entrar. Sabía que ese suceso iba a afectarnos a todos. Sabía que era el final de la franquicia de Washington como la conocíamos. Tras la marcha de Mr Pollin y con nuevos jefes al mando, era el momento de renovar a los Wizards y empezar de cero.

Gurnfeld me avisó de lo que iba a pasar. "Seguramente tendremos que traspasar a todos. Reconstruir desde abajo, mirando al futuro. Le contesté: "Okay." ¿Qué más podía decir?

Texto traducido de la adaptación hecha por The Washington Post de este fragmento del libro publicado por Caron Butler. Por fin se cuenta en primera persona uno de los sucesos más desagradables de la NBA en los últimos tiempos y se aclara un poco este lamentable suceso.

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