Si había una noticia acorde para terminar de cerrar el verano 2015 (destacado por la novela de DeAndre Jordan) de la NBA, fue ésta. Justo cuando las 30 franquicias de la liga están transitando los primeros días de la pretemporada, salió a la luz un hecho tan ridículo como el de Jordan, aunque mucho más grave.

Aparentemente, Matt Barnes -alero de Memphis Grizzlies- condujo su auto desde Tennessee hasta Nueva York para confrontar a Derek Fisher, entrenador de los Knicks. El enojo de Barnes se dio cuando se enteró que Fischer está manteniendo una relación amorosa con Gloria Govan, su ex esposa.

Según fuentes del periódico New York Post, el alero se enfureció más aún cuando supo que sus hijos gemelos de seis años lo llamaron el sábado para decirle que Fisher estaba en su casa. "Matt se volvió loco. Se metió en su auto y se fue hasta allá para darle una golpiza", declaró la fuente consultada por el Post.

Una vez que llegó, los jugadores que fueron compañeros por dos temporadas en Los Ángeles Lakers protagonizaron una pelea al mejor estilo "callejero". La policía no tardó en llegar, pero para ese entonces Fisher se había ido.

Por ahora, el entrenador de los Knickerbockers aclaró que no presentará cargos contra Barnes. También cabe remarcar (ya que ambos salieron ante las cámaras en sus respectivos 'training camps') que ninguno sufrió daños físicos visibles.

Si bien ambos estuvieron presentes con sus equipos, el único que ha hablado con la prensa es Fisher, que prefirió no referirse al insólito episodio. "Mi estado anímico es algo personal y privado y pretendo que así se mantenga. He pasado por diversas situaciones en mi vida. A veces tocan cosas sobre las que no se tiene un control. Estoy aquí, estoy concentrado. No es algo que me va a impedir concentrarme en mi trabajo", comentó el quintuple campeón NBA.

Por último, resta decir que ejecutivos de la liga ya están investigando el tema y podrían sancionar a Barnes con el tipo de multa que les parezca apropiado.