Los Pelicans no están teniendo suerte en esta pretemporada. Tienen el equipo en cuadro, enlanzando lesión tras lesión, sin llegar a alcanzar ningún tipo de estabilidad en el roster a estas alturas de la fase de preparación. El último en caer ha sido uno de los fundamentales, Tyreke Evans.

Evans se sometió a una nueva operación. El potente jugador de NOLA arrastra problemas en la rodilla derecha, razón por la que se ha visto obligado a pasar por el quirófano para una cirugía artroscópica. Es recurrente, ya que en mayo de este mismo año tuvo que seguir un procedimiento parecido. El tiempo de recuperación aún no ha sido anunciado por la franquicia; de hecho, tampoco es vox populi porque ha pillado totalmente por sorpresa incluso a la prensa local. Las primeras exploraciones dan un período de un mes, por lo que sí parece seguro que se perderá el comienzo de la competición.

El oriundo de Chester está llamado a ser uno de los hombres importantes de una franquicia joven y renovada como New Orleans Pelicans. Con el liderato de Anthony Davis, Evans ya tuvo una gran progresión durante la pasada temporada. Pese a este contratiempo, contará como uno de los activos de Alvin Gentry para tratar de meter al equipo en playoffs nuevamente en la siempre complicada Conferencia Oeste.

No ha sido el único castigado por las lesiones en su equipo. De hecho, han tenido que deshacer y rehacer la planificación basándose en el alto número de problemas de salud que han ido teniendo. Las lesiones de Omer Asik y Alexis Ajinça, dos pívots, han obligado a buscar potencial interior como el de Mirza Begic. Bo McCalebb y Nate Robinson han llegado para suplir la lacra que el equipo padece en la posición de base-escolta en la que ahora flaqueará más tras la lesión de Evans, ya que a los renqueantes Eric Gordon y Jrue Holiday se unió la lesión en el tobillo de Norris Cole.