Tras más de tres meses regresaba la mejor liga de baloncesto del planeta y lo hacía con un partidazo por todo lo alto y que puede ser, a buen seguro y por lo que las apuestas señalan en este inicio de competición, la final de la conferencia este allá por el mes de mayo. El United Center se vestía de gala para recibir a esta temporada 2015-2016 en un choque que dejó un gran sabor de boca y en el que los Bulls se llevaron el gato al agua.

El buen hacer del conjunto de Fred Hoiberg, en lo que al estilo y resultado se refiere, volvió a conectar a los jugadores con la afición tras un año raro con Tom Thibodeau en el banquillo. Por equipo y manera de jugar, la franquicia de los Rose, Gasol y compañía tienen aún mucho margen de mejora y mucho por corregir pero comienzan a mostrar brotes verdes y a hacer buenos los vaticinios que apuntan que este equipo puede llegar lejos esta temporada.

Chicago sorprende de inicio

La primera canasta del partido y de la temporada fue obra de un Kevin Love que volvía a la actividad tras perderse la fase final de la campaña pasada, lo que sirvió, en gran parte y junto a la baja de Irving, para que los de David Blatt no se adjudicaran el anillo y sí lo hicieran los Warriors de Curry, Green y compañía.

LeBron James comenzaba a demostrar que este año quiere ser el MVP y que quiere conseguir su tercer anillo y tras tres grandes canastas y seis puntos en su haber, abría la primera distancia en el tanteador con el 6-12. Fue el momento en el que los de Hoiberg reaccionaron y lo hicieron gracias a dos triples consecutivos de Nikola Mirotic.

Mirotic empezó muy bien el choque y fue el mejor de los Bulls con 19 puntos y nueve rebotes

Las premisas de Thibodeau del año pasado parecían caer en saco roto (en la prohibitiva del lanzamiento de tres) y el 44 de los de Chicago se iba hasta los once puntos en un cuarto de ensueño para él, y para su equipo que remontaba y se ponía 17-15, dos arriba en el marcador. Estos Bulls eran radicalmente opuestos a los de hace unos meses. El ataque predominaba, el juego divertía y la afición, que abarrotaba el United Center vibraba con el juego de su equipo.

Obama, presente en la grada en este partido de apertura, estaba siendo testigo de la metamorfosis de una franquicia, la de Chicago, que se iba al final del primer cuarto nueve arriba, 26-17, ante la desesperación de un David Blatt que veía como su equipo no había estado nada fino en ataque con una anotación baja, y en defensa había sido superado netamente por los locales.

En el comienzo del segundo cuarto, las imprecisiones y los "melones", uno incluido de Pau Gasol, predominaban hasta que el técnico de los Cavs solicitó tiempo muerto para despertar a sus hombres, que tras más de 16 minutos de encuentro disputados, parecía que aún no se habían dado cuenta de qué iba esto.

Derrick Rose daba el susto tras retorcerse el tobillo en una acción de entrada a canasta con Lebron James a escasos centímetros de él, y aunque dolorido, continuaba en el partido. La ventaja local permanecía en un cuarto en el que McDermott comenzó a dejar pinceladas de la calidad que ostenta y que tantas alegrías puede dar a su equipo esta temporada.

El final de este parcial "King" James se empecinó en reducir distancias a base de canastas de su cosecha para dejar el marcador al final del segundo cuarto en un 46-40 que hacía presagiar una segunda mitad con mucha tela aún por cortar y con un presumible final de infarto.

Final de infarto y victoria local

Tras unos paupérrimos porcentajes de tiro en la primera fase del partido (39% Chicago y 32% Cleveland), las dos escuadras saltaron a la cancha tras el descanso demostrando un acierto mayor. Mirotic seguía a lo suyo y Rose, con una canasta antológica, de esos dos más uno que levantan a todo el pabellón, volvía a abrir brecha para el 53-46.

Un Gasol desacertado durante los primeros 24 minutos, quería también ayudar a los suyos y de nuevo el uno de "Los Toros" volvía a protagonizar otra canasta de esas de dibujos animados que acababa en tres puntos más. Los locales volvían a mostrar ese juego alegre, desenfadado, y tras un triple de Snell, se iban hasta el 61-48, provocando el tiempo muerto de David Blatt.

Un tapón de Pau Gasol a LeBron James a falta de 3.6 segundos para el final dio el partido a los Bulls

No veía Cleveland la forma de derribar la dura defensa mostrada por el equipo de Hoiberg, y atrás tampoco eran capaces de parar a los Rose, Mirotic, Snell y compañía. Los minutos pasaban y a los locales se les veía sumamente cómodos sobre la pista volviendo a ilusionar a su hinchada, pero los visitantes, con un Lebron fuera del choque siendo atendido por los problemas en la espalda que viene arrastrando durante toda la pretemporada se acercaban a solo tres puntos, 71-68, que sería el resultado al final del tercer parcial.

En la primera jugada del último cuarto, Mo Williams anotaba de tres, se iba hasta los 17 puntos, y ponía el empate a 71 en el luminoso. El aviso sirvió a los de rojo en la madrugada de hoy, para volver a ponerse el mono de trabajo en defensa y a propinar un parcial de 6-0 al rival tras una canasta de Taj Gibson que ponía el 77-71.

Ante la situación, James volvió a la pista y a las primeras de cambio volvió a colocar a su equipo a solo dos puntos, 77-75. Rose también quería ser protagonista y tiraba del carro hasta que apareció Nikola Mirotic para, con un dos más uno, poner el 86-83 primero y sacar una falta a un JR Smith que terminó desquiciado el choque.

Una canasta del "Playmaker" de los Bulls a falta de poco más de dos minutos ponía el más ocho para los locales 93-85. Sin embargo, y tras dos triples, uno de Love y el otro de Lebron, los de Blatt se ponían 97-95 con algo más de 10 segundos para llevarse el partido. Y ahí apareció Pau Gasol para poner un gorrazo "Marca de la casa", al 23 de los Cavs y dar la victoria a unos Chicago Bulls que sufrieron ante el principal candidato a hacerse con el anillo pero que apuntan alto esta temporada.

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