No se han disputado aún dos semanas completas de temporada regular y ya empiezan a poder extraerse las primeras ligeras apreciaciones de lo que estamos viendo en el nuevo curso baloncestístico de la mejor liga del mundo.

Como grandes confirmaciones aparecen la imbatibildiad de Golden State o el vistoso y efectivo juego de los Atlanta Hawks. También hay hueco para las sorpresas, como las protagonizadas por los Detroit Pistons del imparable Andre Drummond o los Orlando Magic, que están compitiendo cada uno de sus partidos a pesar de su rebosante juventud e inexperiencia.

En la faceta negativa, aparecen la puesta en escena de Ty Lawson en Houston y el inicio de campaña de Derrick Rose con sus Chicago Bulls. Ambos tenían marcada esta temporada como la del regreso a la élite y, de momento, no están a la altura. Si nos detenemos en la estadística avanzada, observamos que ambos jugadores están promediando más de 32 minutos por partido y, en dicho período, están siendo incapaces de llegar a los 10 puntos de valoración en el PER (Player Efficiency Rating). De prolongarse en el tiempo este errático inicio, sería la primera vez que un jugador obtiene esos registros en una campaña completa desde la temporada 2005-06.

El caso del base natural de Illinois no debe ser criticado ferozmente, pues D-Rose no ha podido disputar aún una temporada completa en los últimos años. Y es que, precisamente, el explosivo juego del número 1 de Chicago necesita de continuidad para volver a lucir como lo hacía en sus orígenes. Ya en este inicio, y a pesar de los problemas de visión, Rose ha ofrecido una gran actuación (ante Oklahoma City Thunder), que da motivos de esperanza para disfrutar de un gran Rose después del parón del All-Star.

Sin embargo, Ty Lawson, después de salir de Denver siendo acusado de multitud de problemas extradeportivos, está desaprovechando por el momento la última oportunidad de ser importante en unagran franquicia de la NBA. Aterrizó en Houston, ecosistema necesitado de 1vs1 exterior, con el papel de ser el principal secundario de James Harden y aún no ha sabido estar a la altura. McHale sabe que necesita resucitar la mejor versión del jugador natural de Maryland para ampliar los recursos de su equipo y aumentar su nivel global a la hora de la verdad.

Es cierto que esto es sólo el inicio de una larga temporada pero no es menos cierto que en Chicago y Houston no están del todo tranquilos viendo el mal arranque de dos de sus principales pilares.