Golden State Warriors venció a Los Angeles Clippers por 117-124 en el Staples Center de Los Angeles en partido correspondiente a la temporada regular de la NBA 2015/16.

Espectáculo digno de los mejores playoffs

Chris Paul volvía a las canchas. Y lo haría ante el equipo contra el que se lesionó, en la primera batalla de estos dos conjuntos en la actual temporada regular. No iba a encontrar mejor escenario para hacerlo: en casa, ante un rival imbatido y con las ganas del primer día. Si había alguna duda sobre su estado de forma se iba a encargar de disiparla rápido. Curry daba el pistoletazo de salida al encuentro, pero Paul ponía más metralla y sacaba todo el arsenal. No había tiempo que perder. Barnes y Thompson enseñaban sus armas tímidamente, pero eran Paul y Griffin los que otorgaban a los locales un inicio pluscuamperfecto. “Chef Curry” cocinaba dos faltas tempraneras que le mandaban al banquillo. Ni el comienzo de la guerra de guerrillas en las pizarras de los entrenadores, iniciadas con el cambio de Luke Walton para jugar con Thompson-Iguodala-Barnes-Speights-Bogut, restaban protagonismo al hasta ese momento excelso juego clipper. Blake Griffin y sus escorzos para anotar desde fuera ponían el aderezo al probablemente mejor 1º cuarto de Chris Paul en la NBA: 18 puntos sin fallo (7/7 en tiros). Klay Thompson respondía con 15 puntos en el otro bando, pero la diferencia creció hasta los 20 para terminar en un 41-25 de escándalo con sólo doce minutos jugados.

La historia era como la del Correcaminos y el Coyote, blanco y negro: en un aro, Barnes fallaba bandejas solo y Speights hacía lo propio con tres ganchos seguidos debajo del aro; en el otro, Pierce y Johnson martilleaban desde fuera del arco y DeAndre Jordan rebañaba para machacar. Parece anecdótico, pero que la primera pérdida de los Clippers ocurriera cuando los Warriors ya llevaban seis da una fiel medida de la diferencia de sensaciones que se palpaba en el Staples. El relevo a Paul se lo cogía Austin Rivers, que con siete puntos rápidos ponía más madera y no daba respiro para que Curry pudiera coger algo de aire. El actual MVP de la competición sí mejoraba su inicio de partido, pero Paul seguía a lo suyo. Hubo un parón anotador que, acompañado por la cuarta falta de Pierce (sí, aún estando en el segundo cuarto) y una doble técnica acercaron al equipo de Oakland. No sólo la diferencia sino que el partido en sí se estabilizaba con el poso de calma tras tanto sobresalto. Y, sin apenas esfuerzo y con ya algunos errores en su bagaje, Curry se plantaba en vestuarios con un triplazo ante Griffin que le dejaba a él con 17 puntos y a su equipo por debajo en el partido (68-54).

Fuente: NBA

Contrariamente a lo que viene siendo habitual, el estallido de la tranquilidad y el parón en le festival de fuegos de artificio en que se había convertido el partido les vino bien a los Warriors. Con ataques menos locos y más elaborados, y ayudados por un posicionamiento más inteligente en defensa, redujeron distancia. Del +23 en el 1º cuarto se pasaba al +7 para Clippers. Blake Griffin era el que templaba gaitas para su equipo, pero Curry había despertado y su liderazgo ofensivo se comenzaba en canastas anotadas. Walton no se resignaba y utilizaba a todos sus jugadores pese a la derrota momentánea, y no le salía mal; Ian Clark, uno de los menos habituales, daba una gran asistencia a Draymond Green para que éste clava se el triple sobre la bocina y desde la esquina que ponía a Golden State a sólo seis: 91-85.

Tras el repaso del primero, los Warriors habían ganado segundo y tercero. Y venían remontando. Se presentaba una última manga antológica. Y se terminó de confirmar con un comienzo on fire del “Black falcon”. Barnes llevó a su escuadra a la orilla con ocho puntos casi consecutivos. Pero comenzaría una de las últimas ofensivas, la que trataba de aniquilar el partido, por tierra y aire de parte de ‘Doc’ Rivers y sus chicos. Y, por si faltaban más armas, los triples: Paul, Curry, Iguodala, Pierce, Iguodala, en secuencia, para apretar todo más si cabe y dejar un pavimento precioso para los últimos minutos de partido. Y Stephen Curry, quién si no, iba a ser el encargado de dar la puntilla, el que diera el liderazgo a los Warriors a falta de un minuto tras no haber ido por delante desde el 2-3 de comienzo de partido. Los Clippers terminaron traicionándose a sí mismos, con errores no cometidos hasta esos momentos, y los Warriors no perdonaron. El resultado final fue 117-124 en un auténtico partidazo, digno de verse repetido en la final de la Conferencia Oeste.

Ahora sí, a por el récord

¿Qué más obstáculos deben librar Golden State Warriors para alcanzar el récord de mejor comienzo de la historia de la liga? Tras la salvación ante los Nets y esta gesta en Los Angeles, no se vislumbran otros a los que ya se hayan enfrentado. Los actuales campeones se ponen 13-0 y con una confianza y una solvencia que asustan.

Para Los Angeles Clippers, sensación agridulce. Han jugado uno de los partidos más completos que se le recuerdan con Rivers como coach, y aún así han caído. Para el recuerdo y la esperanza, Paul & Griffin en un primer cuarto para enmarcar. 6-5 para los angelinos.

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Sobre el autor
Miguel Maestre Fernández
Amante de los pases al hueco, los tapones y otros géneros denostados