Si bien es cierto que tiene 37 años, que no tiene el acompañamiento que desea y que quiere acaparar todo el protagonismo en el juego ofensivo de su equipo, Kobe Bryant promedia 16,6 tiros por noche produciendo apenas 16 puntos por encuentro. Algo que le sitúa entre los peores de la NBA, lo que a su vez se refleja en los pésimos resultados de la franquicia angelina (2-11). Con respecto a sus porcentajes de tiro, también son bastante decepcionantes: está en un 33% en tiros de campo y un mísero 20% en tiros de 3. Solo 4 jugadores lanzan más que él en la faceta de más allá del arco: Lillard, Eric Gordon, Harden y, por supuesto, Curry. Todos ellos tienen mucho mejores porcentajes además de ejecutar sus tiros en selecciones de tiro más adecuadas.

Su temporada personal está dejando un legado que será difícil de olvidar. En sus últimos tres partidos Kobe tiene una marca de 1/14 en triples, además de firmar un 1/8 en triples ante los Kings y un 2/10 en el Madison ante los Knicks. Estos datos pueden señalar lo que pudiera ser -a la postre- el peor año de la carrera de una de las leyendas de la NBA. Otro dato que es completamente significante en este principio de temporada es su porcentaje de tiro si se obvia la larga distancia; se ubica en un 42%, un dato que solo se ha dado en dos ocasiones en su trayectoria: el año de rookie y la temporada pasada, en la que se pasó la mayor parte de la campaña lesionado.

Efectivamente su situación no es la mejor, ya no es ése jugador que poseía la superioridad física que le caracterizaba y que le permitía penetrar hacia canasta con una facilidad pasmosa. Ya no es considerado uno de los mejores jugadores actuales tras los famosos ránkings que realiza ESPN.

Además, este año finaliza contrato con su equipo de toda la vida, lo que hace que resuenen las campanas de la retirada. Aunque siempre intenta acallar esos rumores, el propio jugador afirmó que necesitaba tener un equipo mejor el año que viene para prolongar su carrera como púrpura y oro.