Kobe Bryant es uno de esos extraterrestres que se encuentran rara vez en cada generación. Un tipo con unas habilidades y un carácter que le han hecho, y le hacen, una de las personalidades más reconocidas y respetadas en el mundo del baloncesto. Un amor al deporte indescriptible y una dedicación al deporte del balón naranja pocas veces vista, como él mismo reconocía en esa carta de despedida. Un jugador que ha sido fiel a una franquicia desde que confiaron en él en 1996 hasta hoy, y que ha establecido el récord de más temporadas seguidas en un club (20). No es moco de pavo el amor que desprende Bryant hacia la franquicia angelina y viceversa. Los Ángeles Lakers, aun sabiendo que Bryant podría estar en el ocaso de su carrera, le ofrecieron un contratazo como muestra de agradecimiento por los servicios prestados, ya que con la franquicia californiana ha conseguido múltiples premios, tanto individuales como colectivos; cinco Anillos, dos MVP de las Finales, un MVP de la temporada regular, 17 selecciones para el All-Star Game, y colocarse entre los primeros puestos de numerosas estadísticas, tanto de su equipo como de la liga.

La dilatada carrera del escolta de Philadelphia comenzó en la noche del Draft de 1996, uno de los más productivos de la historia de este deporte con nombres como Allen Iverson, Steve Nash, Marbury o Jermaine O’Neal. Un joven Bryant llegaba directamente desde el instituto y caía hasta la posición número 13, elegido por los Charlotte Hornets, que lo traspasaron a los Lakers unos días más tarde por Vlade Divac. Ahí empezaba su periplo en la mejor liga del mundo.

Las primeras temporadas no fueron fáciles para un joven Kobe que apenas disputaba 26 minutos en su segunda temporada en la liga. A partir de la tercera empezó a contar con más tiempo en cancha y se fue hasta los 38 minutos por partido, con un rol importante dentro de un equipo que contaba con Shaquille O’Neal de estrella. Pero no fue hasta la temporada 1999/00 cuando el "Maestro zen" se ocupó del banquillo laker y comenzaron a llegar los buenos resultados. Un tándem imparable con O’Neal, un equipo compenetrado y un three-peat que demostraba el dominio de la competición de Phil Jackson y sus pupilos. En 2004 llegaron Karl Malone y Gary Payton, ansiosos por conquistar un Anillo, y se fueron a los Lakers, pero perdieron estrepitosamente 4-1 ante los Pistons en las Finales de 2004.

La derrota en las Finales de 2004 contra los Pistons marcó el inicio de otro tiempo para Bryant; el equipo se disolvió, Jackson se fue y Kobe se quedó capitaneando la nave angelina varios años en el naufragio. Se convirtió en el líder indiscutible de un solar en la ciudad hollywoodiense. Sus compañeros más destacados eran Smush Parker y el número 1 del draft de 2001, Kwame Brown. Bryant estuvo varios años en la sombra colectivamente, ya que si bien Phil Jackson volvió en 2005 a la franquicia, el equipo no daba para mucho más que dar guerra en playoffs. Hasta 2008, "La mamba negra" estuvo varios años cosechando récords, aumentando estadísticas y sacando el jugón que había en él para tirar de un equipo muy pobre y que no le llegaba para luchar por cotas más altas. Incluso estableció un récord en la franquicia, encestando 81 puntos ante los Raptors el 22 de enero de 2006, una hazaña solo superada por los 100 de Chamberlain en 1962.

81 puntos en 2006 para entrar en la historia

En la temporada en la que conseguiría su primer y único MVP de la temporada regular Bryant, junto con Pau Gasol -que llegó en febrero al equipo-, llevaron a Los Ángeles Lakers a su primera final en cuatro años. Nada más y nada menos que ante el big three de Boston, avivando así una rivalidad histórica que permanecía un tanto muerta. Perdieron la serie por 4-2 aunque Kobe cuajó unas grandes Finales.

A la siguiente temporada, y ahora sí, con un Pau Gasol más asentado en el sistema de Phil, y con un equipo un tanto mejor, que contaba con Derek Fisher de armador de juego y otras piezas interesantes como Lamar Odom, Andrew Bynum o Metta World Peace. Los Lakers ganaron dos Anillos consecutivos, primero contra los sorprendentes Orlando Magic de un imperial Dwight Howard por 4-1. Bryant se alzó con el MVP de las finales y con su cuarto Anillo de campeón, a solo dos de su ídolo Michael Jordan. La siguiente temporada fue un calco de las dos anteriores y dominaron el Oeste y a sus rivales en playoffs hasta llegar a las Finales. En ella esperaban unos Celtics que esperaban ganar como dos años antes lo hicieron. La serie se fue hasta un emocionante y vibrante séptimo partido que ganaron los angelinos en casa y le dio a Bryant su quinto título y su segundo MVP de las Finales.

Dos Anillos consecutivos para acabar con cinco

Al año siguiente cayeron estrepitosamente ante los Dallas de Dirk Nowitzki, a la postre campeones y MVP de las finales respectivamente. Y Phil Jackson se fue del equipo, aunque Gasol se quedó y Bryant no estaba tan solo, pero volvió a tirar del equipo hasta que pudo. En esta etapa que va desde 2011 hasta la temporada que nos ocupa, Bryant tira del equipo, y cosecha numerosos récords, antes de sus graves lesiones en 2013, la del tendón de Aquiles, y posteriormente la de su hombro en 2015 y otras lesiones le han impedido jugar con continuidad estos últimos años en la liga y en el deporte que tanto ama.

El niño que encestaba bolas de papel en la basura por las noches y que soñaba con jugar en la mejor liga del mundo, ese niño que luego nos hizo soñar a tantos otros con llegar a ser una mínima parte de lo que era él en la cancha, de ganar partidos en el último segundo, de encestar tiros imposibles, de liderar al equipo de tu vida, ese niño pone fin a su impecable carrera tras 20 años en la asociación, como él mismo anunció este pasado domingo, y colgará las botas para dejar de ser un profesional del maravilloso deporte de la pelota naranja. Esperemos que termine la temporada dignamente y sin lesiones, y que ahora le espere ovación tras ovación en cada pabellón al que vaya.

Buen viaje y buena suerte Bryant, gracias por tantos momentos inolvidables.

Autoría de la foto (1): AS

Autoría de la foto (2): 20minutos