¿Entrega sobre el parqué? De sobra. ¿Tiros en el último segundo? Para dar y regalar. ¿Dedicación al juego? Toda su vida. ¿Jugadas para el recuerdo? Miles. ¿Títulos? A montones. Pero lo que dejará huella de esta sobresaliente generación de jugadores será su liderazgo, su legado en la liga, sus enseñanzas, valores, pero sobre todo, un sinfín de momentos que dejan un valle de lágrimas, al saber que les queda poco tiempo deleitándonos como jugadores y que ya no los volveremos a ver en acción.

La última gira de Kobe Bryant

La Mamba Negra oficializó su retiro el pasado 30 de noviembre y sus últimos años en la liga no han sido de los más felices de su carrera. Han estado marcados por las graves lesiones que sufrió, primero en el Aquiles en 2013, la posterior de la rodilla en 2014, y otra devastadora en su hombro a principios de 2015. Esos ‘percances’ físicos han impedido rendir al escolta angelino al nivel que nos tenía acostumbrados, y esta temporada anunció que será su última como jugador de baloncesto, en parte, porque su cuerpo no da más de sí. En esta última temporada había empezado bastante flojo debido a factores como el cansancio de tantos minutos a sus espaldas, las lesiones y un físico que no aguantaba, pero parece que ha enderezado el rumbo en las últimas semanas de competición y espera irse de la liga con una imagen digna. También actúa como mentor de las nuevas estrella en Los Ángeles, sobre todo con D’Angelo Russell, la gran esperanza en Hollywood, pero también con Randle y Clarkson. Estos tres diamantes en bruto son la esperanza de los aficionados del equipo dorado.

Ahora se dedica a recibir merecidos homenajes en todas las canchas y a guiar con mano firme a los nuevos valores de la liga. Deja tras de sí una vida plagada de éxitos- 5 Anillos, 1 MVP de la temporada, 2 MVP de las Finales, 17 veces seleccionado al All-Star, medallas con la selección, numerosas elecciones a los primeros quintetos, y un sinfín de records batidos- y algún que otro fracaso- las finales perdidas en 2004 y 2008 contra los Pistons y los Celtics respectivamente-. Eso sí, quedará para la historia como uno de los mejores y más dominantes jugadores de este bello deporte.

Tim Duncan, el mejor '4' de la historia

The Big Fundamentals afronta una de sus últimas temporadas en la liga, con un rol mucho menor que otros años, y dejando paso a los nuevos puntales del equipo, Leonard y Aldridge, ejerciendo también de mentor con el primero, ya que se espera que sea la pieza angular de los tejanos en el futuro. Duncan será recordado no solo por sus movimientos al poste, su supremacía en la zona o su liderazgo sobre el parqué, sino también por ser una estrella sin un ego desmesurado, algo raro hoy en día, y por saber pensar en el equipo antes que en él mismo, algo que agradecerán en San Antonio.

Nunca tuvo cualidades atléticas desmesuradas ni un físico privilegiado, pero sí una inteligencia sobresaliente, y un poco de suerte, lo que le ha llevado a seguir dando clases de baloncesto a una alta edad sin sufrir lesiones severas como otros de sus compañeros. Ha sabido cuidarse, y por eso sigue siendo uno de los referentes interiores de la liga. Aunque ya juegue pocos minutos, tenga una importancia casi residual en ataque y no sea el líder del equipo, le seguiremos viendo bailar sobre el parqué como solo él sabe hacer durante los playoffs, momento para el que se reserva y rinde a un nivel muy superior que el de la temporada regular. Quizá no sea su última temporada, pero el fin de uno de los mejores ‘4’ de la historia está próximo a llegar, eso sí, con una carrera sobresaliente: dos MVPs, tres de las Finales, 5 anillos de campeón (en busca del sexto), 13 elecciones para los mejores quintetos de la NBA y 14 elecciones para el All-Star Game.

Unos jóvenes Nowitzki y Duncan llamaban a las puertas de la NBA. (Fuente: thegonzoinsashow).
Unos jóvenes Nowitzki y Duncan llamaban a las puertas de la NBA. (Fuente: thegonzoinsashow).

La clase de Manu Ginóbili quedará en nuestras retinas

Desde un increíble puesto 57 del Draft de 1999, Manudona tiene un caso similar al de su compañero de equipo. Llevando el papel, con bastante eficiencia y solvencia, de ‘Sexto Hombre’ del equipo durante varias temporadas, el argentino afronta sus últimos trotes en el deporte del balón naranja. Sigue siendo uno de los jugadores con más eficiencia y producción, no ya de su equipo, sino de toda la liga, y eso su equipo lo agradece. Capitanea la segunda unidad de los espuelas para intentar llevarlos a la gloria una vez más. Al igual que Timmy, intenta transmitir todo su conocimiento, que no es poco, a la gran baza de estos Spurs, Kawhi Leonard. Ginóbili, después de mucho pensar, renovó su contrato con la franquicia tejana buscando un nuevo título que conseguir y que añadir a su envidiable palmarés: 4 anillos de campeón, Mejor Sexto Hombre de la NBA en 2008, mejores quintetos, All-Stars, en 2005 y 2011, y premios también en Europa donde fue MVP de la Euroliga y en Italia, así como con su selección, con quien fue coronado MVP de los Juegos de 2004. Un jugador con una garra y pasión increíbles por el juego y con una inteligencia y elegancia que le hacen destacar por encima de muchos compañeros de profesión.

Manu Ginóbili en las últimas Finales contra los Heat. (Fuente: vivelohoy)
Manu Ginóbili en las últimas Finales contra los Heat. (Fuente: vivelohoy)

Dirk Nowitzki, calidad alemana

El que es, casi sin discusión, el mejor jugador europeo de la historia quema sus últimos cartuchos en la asociación, aunque sin visas de conseguir un Anillo más que añadir a su palmarés. El alemán ha sido uno de los interiores más completos en ataque de la NBA durante su estancia en la misma. Un jugador único, con unos imparables movimientos al poste y un mortífero tiro, hacen de él una auténtica máquina de hacer puntos. Transformó a Dallas desde que llegó en una franquicia ganadora y aunque no tenga jóvenes destacables a los que adoctrinar en su equipo, si los tiene fuera. Kristaps Porzingis es un prototipo del alemán, aunque como el propio Dirk ha dicho en alguna ocasión, mucho mejor que él cuando tenía 20 años. El letón recuerda mucho al germano, tanto por su parecido físico, como por su forma de juego- ambos cuatros abiertos con buena muñeca, altos y ágiles, aunque el rookie tenga mucho que desarrollar. El 'fade-away' del alemán, imparable

El ‘41’ de los Mavs, está realizando una decente temporada teniendo en cuenta su edad y su largo recorrido. Está siendo el puntal ofensivo del equipo que dirige Carlisle a sus 37 años y aún da alguna que otra lección de juego a los nuevos baluartes interiores de la liga. El alemán pondrá punto y final a su carrera baloncestística con una envidiable vitrina de trofeos como el MVP de 2007, el Anillo y MVP de las Finales de 2011, los All-Star, los quintetos de la temporada y actualmente se encuentra en el 7º puesto en puntos totales, y es más que probable que supere a Shaquille O’Neal para colocarse sexto en total, una hazaña a destacar. Dejará su impronta para siempre con su característico e intaponable fade-away sobre una pierna, poesía en movimiento sobre el parqué.

El mentor Kevin Garnett

Big Ticket afronta una de sus últimas temporadas en la mejor liga del mundo. Con unos números muy pobres, se centra en desarrollar y guiar, a la joven promesa interior de los cachorros de Minnesota, Karl-Anthony Towns, así como también lo hace, aunque en menor medida, con el puntal de los Wolves, Andrew Wiggins. El canadiense está llamado a tomar las riendas de la franquicia junto con Towns y Rubio, y liderar a la franquicia en el futuro.

Aunque no esté haciendo grandes números, se ha asentado en algunas clasificaciones históricas: se ha colocado el tercero en minutos totales, solo superado por Karl Malone y Abdul-Jabbar, así como también se ha erigido líder en rebotes defensivos totales, con 11.413 rebotes defensivos, pero le sigue a poca distancia Duncan que podría acabar por desbancar al jugador de los Timberwolves. También cuenta con otros premios a su nombre, como el MVP de la temporada regular de 2004, el premio al Jugador Defensivo en 2008 (año del Anillo con Boston), 14 veces All-Star, y un sinfín de elecciones a los mejores quintetos y a los defensivos de la NBA, así como una medalla de oro con su selección en los Juegos Olímpicos de Sydney del 2000. Será recordado por su difícil carácter, por una encomiable entrega al juego y una gran pasión por el mismo, un jugador imparable tanto física, como técnicamente en sus mejores años y que ahora se erige como maestro de las jóvenes promesas de su equipo.

La verdad de Paul Pierce

The Truth labra sus últimas batallas en su tierra natal, Los Ángeles, a bordo del barco de Doc Rivers, con quien coincidió en el anillo de Boston en 2008, y con quien busca sus últimos trofeos en este deporte. El californiano ha vivido sus mejores años en Massachusetts, con trofeos, protagonismo y reconocimiento por parte de la liga y después de un par de temporadas fuera del que fuera su equipo de toda la vida, en Brooklyn, capitaneando junto a Garnett el ambicioso proyecto de Prokhorov y más tarde en Washington de mentor de jóvenes como Beal y Otto Porter Jr., además de dar victorias a su equipo en los pasados playoffs con antológicos game-winners. Ahora se dedica a ser jugador de rotación de la poderosa plantilla de Los Ángeles Clippers, que cuentan con jugadores de relumbrón, experimentados, y pocos novatos, por lo que no ejerce mucho de mentor para su nueva franquicia y se dedica a aportar puntos desde una segunda unidad, que no ha sido de mucha utilidad a los angelinos últimamente, y espera poder ampliar su vitrina de trofeos, que contempla algunos de los más importantes de la liga, como el Anillo y MVP de las Finales de 2011, y elegido varias veces en los mejores quintetos de la temporada, así como 10 selecciones para el All-Star durante su carrera. Uno de los anotadores más prolíficos de nuestro tiempo de la NBA está próximo al adiós definitivo y a dejar de disfrutar del juego que tanto ama, aunque antes, espera dar el último asalto hacia el campeonato formando parte de una de las mejores plantillas de la liga.

Pierce, en su etapa más exitosa en Boston, junto a Garnett. (Fuente: interbasket.net)
Pierce, en su etapa más exitosa en Boston, junto a Garnett. (Fuente: interbasket.net)

Vince Carter, de altos vuelos

‘Vinsanity’ dejará el baloncesto siendo reconocido, como uno de los jugadores más espectaculares de la última década de este deporte. Mates inverosímiles, un salto prodigioso y un físico envidiable le caracterizaban durante sus años en Toronto y Nueva Jersey. Conforme los años iban pasando, el bueno de Vince ha ido evolucionando y adaptándose a un nuevo rol que le ha permitido preservar su físico, acostumbrado a la alta exigencia de sus contundentes mates, y es que Carter se ha convertido en sus últimos años en la liga en un más que fiable tirador de 3 puntos, faceta en la que se ha especializado y por la que aún sigue conservando un sitio de prestigio en esta liga, pasando a formar parte de equipos en buena forma como Orlando, Dallas y Memphis. En los de Florida y en los tejanos llegó después de que estos llegasen a las finales. Una pena, ya que el jugador que nos ocupa, nunca ha disputado unas finales en su carrera, ¿será este año con Memphis el definitivo? En sus últimos años ha sabido ganarse un hueco en la rotación de sus equipos como especialista en el tiro de tres y no le va mal, aunque cada vez tiene menos incidencia en el juego, y, por suerte, de vez en cuando nos recuerda al joven Carter que machacaba aros sin oposición como esta maravilla de aquí. En nuestra memoria, el All-Star del 2000

En su palmarés cuenta con el Novato del Año de 1999 y elegido para el segundo (2001) y tercer (2000) mejor quinteto de la NBA, además de ser ganador del memorable concurso de mates del All-Star de Oakland del año 2000, con mates para el recuerdo. El fin de un jugador recordado por siempre por sus exuberantes y portentosos mates está cerca de escribir su última página, esperemos que sea más tarde que pronto.