Los Minnesota Timberwolves no están pasando por su mejor momento. El equipo sigue anclado en los puestos bajos de la Conferencia Oeste con tan solo 12 victorias y 23 derrotas. El grupo que había conseguido reunir la franquicia con dos números uno del Draft y varios jugadores talentosos daban esperanzas de ver otra vez a la plantilla luchando en el mes de abril. La reciente derrota contra los Philadelphia 76ers ha dejado en evidencia a la plantilla, uniéndose a Sacramento Kings, Phoenix Suns y Los Angeles Lakers como únicos equipos en perder contra el peor equipo de la NBA. Otro de los datos impactantes es que los Timberwolves no han llegado a anotar 100 puntos en los últimos ocho partidos.

Tras la catástrofe en Philadephia, se canceló la sesión de entrenamiento, dando lugar a una reunión improvisada en el centro de la cancha. Sam Mitchell tomó la decisión de preguntar uno a uno a los jugadores sobre cómo ven la situación, y cómo podría solucionarse el problema. El base Ricky Rubio se pronunció tras los últimos partidos del equipo diciendo: "Creo que hemos tocado fondo, así que tenemos que encontrar la solución. No quiero poner excusas. Tenemos que salir ahí fuera y ganar". 

Existen jugadores veteranos como Andre Miller, Tayshaun Prince y por supuesto Kevin Garnett. Ellos estaban llamados a ser las voces principales en el vestuario, guiando al joven grupo hacia una buena temporada y a mejorar su rendimiento. A pesar de ello, fueron los jugadores jóvenes quienes llevaron el rumbo de dicha reunión.

Los próximos tres partidos reciben en casa a los Denver Nuggets, el viernes a los Cleveland Cavaliers ante su ex-estrella Kevin Love, y cerrarán la semana ante los Dallas Mavericks. Estos partidos serán una buena piedra de toque y para ver si la reunión ha calado en el equipo y poder así revertir la situación.