La pequeña lesión que Stephen Curry sufría en la espinilla izquierda se agravó en el partido del martes ante los Lakers, y el base de Golden State tuvo que retirarse en el tercer cuarto del encuentro. La espinilla de Curry golpeó con la pierna del pívot rival Roy Hibbert. Se mantuvo en el partido, pero cinco minutos después abandonó el encuentro con todo sentenciado para su equipo, que ganó por 109 a 88. En sus 26 minutos en pista Curry anotó 17 puntos (6/13 en TC y 4/8 en T3), repartió seis asistencias y robó tres balones.

"A largo plazo es algo que no me preocupa"

"Es frustrante y molesto, y cualquier otro adjetivo que tenga un significado parecido", dijo Curry después del partido. "A largo plazo no es algo que me preocupe. Es simplemente jugar con una lesión que está ahí. No creo que empeore, a no ser que me golpeen en esa zona, y ya me ha pasado tres veces. Espero que no pase más", añadía.

Curry se hizo daño en la espinilla por primera vez el 28 de diciembre contra los Kings en Sacramento y el equipo lo sentó los dos siguientes partidos en Dallas -donde perdieron su segundo partido de la temporada- y en Houston por precaución. Volvió a jugar al sábado pasado frente a Denver Nuggets, y un contacto con Jameer Nelson agravó la lesión. Frente a Charlotte Hornets el base volvió a ser titular ante la sorpresa colectiva, ya que no había participado en el entrenamiento previo.

Aunque el mismo jugador ha declarado que no es nada serio, hay el riesgo de que la lesión pueda empeorar con el contacto con otro jugador.

Los entrenadores le dijeron a Curry que estaría totalmente curado en unas cuatro semanas. A esto el base contestaba: "Yo no voy a estarme cuatro semanas sin jugar, así que solo tengo que encontrar la manera de proteger la zona de la espinilla mientras estoy en pista y seguir jugando. En los partidos que he jugado, solo he tenido un par de jugadas desafortunadas, voy a seguir jugando".