Partido disputado en Canadá donde el segundo clasificado de la Conferencia Este (Toronto Raptors) recibía a un equipo como los Detroit Pistons, metido en la pomada de equipos que entre el octavo y quinto apenas hay diferencia.

Toronto marca territorio

El partido no empezó demasiado bien para los visitantes. La falta de ideas en ataque provocaba que se empezara con un 6-2 en el marcador. Casi todo el primer cuarto se caracterizó por un desacierto general y fueron los errores en los Pistons (especialmente los tiros libres con Drummond o Reggie Jackson) los que les condenaron a ir por detrás en el marcador. Los locales se ponían 12-7 con un Kyle Lowry a buen nivel pero que no sumó ninguna asistencia en este primer cuarto.  Los de Stan Van Gundy recurrieron con mucha frecuencia a Andre Drummond, cuyos ganchos crearon real peligro; y a Reggie Jackson, cuyo objetivo fue encontrar tiros por el sector de la zona interior. Esta labor última fue contrarrestada por los locales con la gran defensa de Biyombo. Un triplazo de DeMar DeRozan en la cara de Marcus Morris puso el 24-17 a poco de terminar los primeros doce minutos.

Segundo cuarto de idas y vueltas

Brandon Jennings salió desde el banquillo aportando un triple para cortar la sangría que se estaba produciendo en 29-22. Sin embargo, los Raptors continuaban inspirados y con grandes acciones como un 2+1 de Cory Joseph o una canasta tras reverso de Lowry, eran las demostraciones de dicha afirmación. Un nuevo problema sería para los Pistons el escaso acierto desde el tiro libro, y no solo de Drummond, ya que Jennings o Jackson tampoco estuvieron especialmente acertados en ese tipo de tiro. A pesar de la gran diferencia de 38-26 en el marcador para los Rockets, estos no perdieron el ritmo del partido hasta que le pitaron una técnica a Kyle Lowry. Los visitantes no se dieron por vencidos y un triple les puso a solo cuatro puntos, con Brandon Jennings como principal artífice de la remontada. Dos tiros libres de Kentavious Caldwell-Pope ponían el 44-42 en el marcador, pero un posterior triple del argentino Luis Scola volvía a poner tierra de por medio. Con 51-42 en el marcador y a falta de dos minutos para terminar el segundo cuarto, Dwane Casey dio la orden de hacer falta a Andre Drummond para que los ataques de los Pistons se redujeran a tiros libres del pívot con bajo porcentaje. Los Raptors volvían a encontrar el camino de la distancia en el marcador y Van Gundy se vio obligado a solicitar un nuevo tiempo muerto. Tras un segundo cuarto con un marcador cuyas distancias variaron mucho, se llegó al descanso con todo por decidir en la segunda mitad del encuentro.

La guerra y sus momentos

Los dos equipos mostraron todas sus armas en este tercer cuarto ya que ambos querían encarar el último y decisivo cuarto en la mejor situación posible. Marcus Morris salió bien de los vestuarios logrando los 5 primeros puntos de su equipo. El buen inicio de los Pistons lo culminaría Reggie Jackson con una bandeja para poner el 59-56 en el marcador. Tras un nuevo distanciamiento local, Marcus Morris iba a poner la igualdad de nuevo con 66-62. Sin embargo, a mitad del cuarto se producía la cuarta falta de Andre Drummond, cometida sobre Jonas Valanciunas y tuvo que salir Baynes en su lugar. Los Pistons alternaban momentos alejados en el marcador con otros muy cerca de su rival pero sin llegar a ponerse por delante en ningún momento. De nuevo los tiros libres supusieron un lastre para los visitantes. Un pequeño tirón al final de los Raptors les colocaba nueve puntos por delante antes de empezar el último cuarto.

Saber actuar en los momentos decisivos

Empezó el último cuarto con un nuevo tapón de Biyombo, un hombre clave en la defensa local, esta vez sobre Stanley Johnson. Los primeros minutos del cuarto cuarto no fueron los idóneos ni mucho menos para los Pistons ya que su rival se distanció en el marcador y Stan Van Gundy tuvo que pedir tiempo muerto para frenar la mala racha. Otro de los factores que aupaban la superioridad de los Raptors era la escasa aportación de Andre Drummond. El pívot echó en falta al turco Ersan Ilyasova (baja de última hora) para abrirle la cancha, trabajo que Anthony Tolliver no pudo desempeñar con igual resultado. Además las faltas sobre el pívot cuando recibía balón eran habituales.

Los Raptors sacaron a relucir sus mejores virtudes en estos minutos y una canasta de Patrick Patterson puso el 90-74, la profundidad de banquillo de los de Dwane Casey se impuso sobre su rival, que acusó el cansancio de haber jugado el día anterior frente a los Cavs. A falta de más de seis minutos para concluir el último cuarto se producía un nuevo contratiempo para los de Michigan ya que Andre Drummond era eliminado del partido por faltas. Además, en la siguiente jugada le iban a pitar una falta flagrante a Stanley Johnson por una falta sobre Kyle Lowry. Con todo esto, Toronto disipó cualquier opción de remontada y a falta de cinco minutos se colocó veinte a arriba, 98-78. A Detroit se le acabó haciendo largo el partido, pero es de agradecer un último esfuerzo realizado por los suplentes de Detroit, que consiguieron maquillar el marcador para que la diferencia no fuera al final tan abultada. Una labor que se vio más que facilitada por los Raptors cuyos despistes de última hora casi les cuesta un susto.