En sus tres primeros meses siendo entrenado por Sam Mitchell,  Zach LaVine se ha vuelto más duro. Y esto ha sido por los cambios de posiciones, los partidos comenzados en el banquillo, los gritos y todos los métodos que ha empleado Mitchell para moldear al veinteañero en su segunda temporada.

Mitchell dijo que trata a LaVine de la misma manera que hizo con José Calderón cuando coincidieron en Toronto e igual que Popovich hizo para desarrollar a Tony Parker en su momento.

"Le digo a Zach, cuando pasa por esto, que será mucho mejor jugador porque habrá pasado por momentos duros", dijo Mitchell a principios de enero después de que LaVine saliera de una mala racha en el tiro. "Va a ser puesto a prueba. Va a haber momentos en que se sienta deprimido, pero así se forman los bases".

Cuando se le pregunta por esto, Zach LaVine parece apretar los dientes.

"Le digo a Zach que de esta manera será mucho mejor, porque habrá pasado por momentos duros"

"No es divertido. A veces resulta incluso injusto" dijo el base. "Pero él es el entrenador y yo el jugador, y eso es algo que hay que aguantarse. No puedo hacer nada salvo darlo todo en la cancha".

En Minnesota hay una lucha de intenciones en Minnesota entre un entrenador de la vieja escuela y una plantilla construida alrededor de nuevas promesas. El sorprendente inicio de los Timberwolves, con un 8-8, fue seguido de un aplastante 6-24 que ha llevado a algunos jugadores a dudar de su veterano instructor.

Mitchell asegura que su enfoque está comenzando a obtener resultados en sus estrellas más jóvenes, como Andrew Wiggins, el propio LaVine, Karl-Anthony Towns o Shabazz Muhammad, que tienen la tarea de rescatar a una franquicia que se derrumba por momentos. 

"No es divertido. A veces es incluso injusto. Pero él es el entrenador y yo el jugador, y eso es algo que hay que aguantarse"

Pero casi la mitad de la plantilla, compuesta por 15 jugadores, expresó en declaraciones privadas a The Associated Press su opinión sobre Mitchell, que en la mayoría de los casos se centraron en su anticuado sistema defensivo y en una falta de responsabilidad a la hora de asumir los fallos. Los miembros del equipo hablaron en condición de anónimos porque no querían declarar públicamente en contra del que es su entrenador.

Kevin Garnett, que conoce a Mitchell desde que fueron compañeros en 1995, fue preguntado antes de la victoria frente sobre las fuertes críticas que su preparador está recibiendo. Rápidamente respondió: "Siguiente pregunta". Es cierto que Garnett suele saltarse aquellas preguntas que le resultan negativas, pero que uno de los pesos pesados del vestuario rechace la oportunidad de respaldar a Mitchell no juega a favor de este.

Glen Taylor, dueño de la franquicia de Minnesota, contó a The Associated Press que sabe que Mitchell tiene una tarea compleja reemplazando a Flip Saunders, que murió en octubre. También dijo que el actual record de 14-32 y los problemas en casa, que han llevado a una decreciente asistencia, son dolorosos de ver.

"Si algo dije al inicio de la temporada es que necesitaba ser paciente, y si algo he aprendido a lo largo del curso es que quizás he de ser aún más paciente", declaró Taylor antes de que su equipo de enfrentara a los Grizzlies.

Taylor le dijo a Mitchell que le daría toda la temporada para que trabajar y que al finalizar esta, evaluaría su labor. Al parecer, planea mantener este plazo de tiempo.

"Tengo que darme cuenta de dónde estamos y tengo que mantenerme con el equipo técnico y los jugadores, no hacer cosas que interrumpan los planes a largo plazo", dijo Taylor.

Problemas ofensivos

Una de las críticas dirigidas a Mitchell más repetidas es que su ataque se aleja mucho del impuesto ahora en la liga, en el que el triple ocupa el primer plano, por delante del juego en el poste.

"Tengo que darme cuenta de dónde estamos y tengo que mantenerme con el equipo técnico y los jugadores"

Mitchell se defiende diciendo que la falta de tiradores en los Timberwolves les obliga a rechazar el sistema dominante. De hecho, su porcentaje de acierto en el tiro exterior (32,5%) es el tercer peor en la liga. Su porcentaje de intentos también es de los más bajos de la NBA, siendo del 15,5%, la mitad que los Warriors.

Mitchell señala que su equipo obtuvo muy buen porcentaje de lanzamiento exterior en un partido contra los Raptors en Toronto. Eso sí, dijo también que se debió a que tenían jugadores capaces de encentar desde la larga distancia.

Dolores en aumento

Mitchell repite que "no hay atajos", y para comprobarlo solo hay que mirar a los Oklahoma City Thunder, que visitaron a los Timberwolves el miércoles.

Kevin Durant acabó con un 20-62 en su año rookie. Al año siguiente, junto con Westbrook, terminaron con un 23-59. En la temporada 2009-10, justo la siguiente, llegaron a las 50 victorias.

"Era toda una lucha tratar de ganar partidos cada noche" recuerda Durant. "Nuestro campeonato era cada partido. Era como 'si ganamos este partido, estaremos en la cima del mundo'. Y después de ganarlo, era como 'wow, ¿esto es todo?'. Eso te aumentaba las ganas de vencer".

Mitchell conoce esa sensación.

"No hay ningún otro conjunto al que me gustaría entrenar ahora"

"Ha habido noches en las que he querido que me tragara el parqué. Noches en las que he tenido ganas de cavar un agujero e irme a casa. Así de mal había jugado", dijo el mes pasado tras una derrota frente a los Bucks. "Pero esas noches se quedan conmigo. Y algunas partidos, el entrenador me dejaba ahí fuera y me decía 'te dejo ahí para que no dejes que eso te vuelva a pasar'".

Futuro incierto

Mitchell dice que no debe preocuparse de su puesto.

"Es más grande que yo, y sé eso desde hace mucho tiempo" dijo el entrenador de los Timberwolves. "Puede que me quede aquí a ver si el proyecto funciona, pero puede que no. La gente en esta liga sabe que hay una manera concreta para hacer esto".

El equipo lleva un 2-3 después de una racha de 1-13, y Mitchell está contento con lo que ve.

"No hay ningún otro conjunto al que me gustaría entrenar ahora" comentó. "Estos jóvenes se están convirtiendo en profesionales delante de nuestros propios ojos".

Taylor dice que quiere ver un progreso tangible en los jóvenes con respecto al inicio de la campaña.

"Comenzamos muy bien la temporada, y ahora solo estamos teniendo dificultades a la hora de acabar los partidos", dijo el dueño de la franquicia. "Esto hace que nos preocupemos y que nos preguntemos cuando lograremos traer victorias con estos jóvenes".