Comenzaba el All-Star Weekend, y como es normal, lo hacía con el Rising Stars Challenge, el partido disputado por jugadores de primer y segundo año en la NBA. Por segundo año consecutivo, los participantes se repartieron en dos equipos, según si eran estadounidenses (Team USA) o tenían nacionalidad extranjera (Team World). Y, al estar en Toronto, estos últimos jugaron de locales.

Lideraban al equipo estadounidense Zach LaVine, sophomore de los Timberwolves, Karl-Anthony Towns, rookie del mismo equipo, y Jordan Clarkson, jugador de segundo año de los Lakers. Destacaban en el Team World Andrew Wiggins, MVP de la pasada edición, Kristaps Porzingis, serio candidato a rookie del Año, y Emmanuel Mudiay, base de los Nuggets que está cuajando una primera temporada a un buen nivel.

El partido se inició y en seguida comenzó el espectáculo. Como es natural en este tipo de eventos, la defensa brilló por su ausencia la mayor parte de la primera mitad. Los jugadores se precipitaban en los lanzamientos, buscando el tiro de tres puntos de forma abusiva, a veces desde una posición demasiado alejada. Pero no todo fueron triples. También hubo lugar para los mates, los alley-oops, las asistencias espectaculares e, incluso, algún tapón. El ritmo de juego era muy rápido. No se desperdició tiempo en ningún momento. En cuanto se encajaba una canasta, el base subía la bola a toda velocidad. Parecían los minutos finales de un encuentro aún por decidir. El marcador estuvo igualado, y cambió de dueño hasta en 11 ocasiones. Sin embargo, en los últimos momentos del partido, el Team USA atacó con mayor precisión que su rival, logrando distanciarse de ellos antes de llegar al descanso. Del equipo de los Estados Unidos brillaron Devin Booker, con 18 puntos y un 4/6 en tiros de tres, y Jordan Clarkson, que anotó 19 puntos y dio dos asistencias. Del Team World, destacaron Mario Hezonja, que consiguió 16 puntos desde el banquillo, y Emmanuel Mudiay, que acabó la mitad con 21 puntos y un 9/11 en tiros de campo.

El MVP del partido fue Zach LaVine, del Team World, con 30 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias 

La segunda parte fue como la primera, salvo en un aspecto. El ritmo de juego disminuyó un poco, aunque se mantuvo elevado. Los jóvenes mostraron que no solo los veteranos saben dar espectáculo. Muchas jugadas increíbles, aunque realizadas ante defensas muy flojas (como suelen ser en los partidos del All-Star Weekend). Pudimos ver, al igual que en la primera mitad, bastantes ataques culminados de forma asombrosa, con mates, bandejas bonitas o incluso alley-oops, pero apenas vimos tapones en todo el encuentro. La distancia entre los dos equipos se mantuvo semejante a la que había cuando se llegó al descanso durante casi toda esta mitad. Pero el Team World aumentó el nivel y logró acercarse a tres puntos en los minutos finales. Sin embargo, el Team USA no perdió los nervios y se llevó el partido.

Como el All-Star se disputa en Toronto, el Team World fue el local

Un buen partido que, pese a no estar a la altura del duelo que viviremos este domingo, deja un buen sabor de boca tras mostrar mucho nivel. Las jóvenes promesas sacaron todo lo que tenían y dieron un espectáculo muy entretenido para los fans del baloncesto NBA.

El MVP del partido fue Zach LaVine, del Team USA, que anotó 30 puntos, capturó siete rebotes y dio cuatro asistencias. También fueron aspirantes al galardón Kristaps Porzingis, que logró 30 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias, y Devin Booker, que se quedó en 23 puntos con un 5/8 en tiros de tres.