Aaron Gordon y Zach LaVine, dos nombres que han quedado inscritos en los anales de los concursos de mates. La madrugada que ponía inicio al día de San Valentín quedará grabada como una de las más bonitas para los verdaderos amantes de las volcadas. Con el día del amor ya comenzado, estos dos jugadores fueron los encargados de poner la guinda en el pastel de un Slam Dunk que pasará a leyenda. Movimientos imposibles, potencia de salto, elasticidad pasmosa y mates hechos con amor fueron los ingredientes que propiciaron que en aquella noche canadiense brillasen las estrellas más fuertes que nunca. La final que se vivió fue un auténtico tributo a esta disciplina que tanto ha dado a la mejor liga del mundo.

Dos personas para un solo premio, esto no es nuevo y es que no es la primera vez que ocurre en la noche del sábado. Los fantasmas de las rivalidades entre Dominique Wilkins y Michael Jordan hicieron acto de presencia en el pasado crepúsculo, en el cuerpo de LaVine y en el de Gordon se instaló esta competencia que aportó un toque mágico a sus acciones.

Gordon saltando a la mascota de su equipo I Foto: national.suntimes.com
Gordon saltando a la mascota de su equipo I Foto: national.suntimes.com

Osados eran los que se atrevieron a afirmar que en el ámbito del mate “está todo inventado” y esta teoría fue desmontada al completo por dichas figuras. Se han disputado ya 31ª ediciones y ha habido tiempo para poder ver un gran abanico, pero cuando algunos ya pensaban que esto no daba para más, un base-escolta y un ala-pívot han devuelto el encanto.

Aaron Gordon enseñó por primera vez una clavada nunca antes vista, un two-handed double pump con un reverse double pump. Así lo han bautizado los expertos, tan complejo de pronunciar el nombre, tan complejo de realizar. Uno de los mejores mates de toda la historia y posiblemente el mejor del concurso. Gordon se ganó los corazones de todos los presentes con su capacidad de innovación y su pasmosa facilidad de saltarse a la mascota de su franquicia, otra de las grandes protagonistas. Cual galán se prentó en el concurso (con americana hizo su presentación) y como una bestia salió de este.

Zach LaVine ya tiene en su poder dos campeonatos de esta disciplina

Zach LaVine ha nacido para ganar concursos de mates. El de los Wolves sorprendió con sus impresionantes movimientos y demostró que se puede volar sin motor. Realizó hasta tres mates saltando desde la línea de tiros libres, a cada cual más rimbombante y prodigioso. Es una pluma que ha surgido para regalar diversión y pese a la complejidad de sus vuelos, se podía apreciar que iba sobrado, como si lo hiciese cada mañana. Mucho tiene que gratificar la NBA a Super-Zach y es que es un regalito caído del cielo para una liga donde prima el entretenimiento. Zach LaVine le dedicó el trofeo de mates al su difunto excoach, Flip Saunders. Un precioso gesto que puso el broche de oro a una brillante actuación.

A los aficionados solo les quedó agradecer este espectáculo y hacer de la noche del amor uno de los mejores Slam Dunk Contest de toda la historia de los All-Star. Los traseros se despegaban de las sillas cada vez que uno de estos dos jugadores realizaba uno de sus perfectos brincos. Las caras atónitas buscaban una explicación para lo que veían sus ojos y es que el concurso de mates está de vuelta. ¡Gracias!

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Sobre el autor
Jaime Egüen Hernández
Pertenezco a la versión beta de la Generación del 98. Coordinador General de NBA VAVEL y redactor del Real Madrid de Baloncesto. Antes MotoGP y F1.