Nueva jornada en la NBA, con todo el mundo pendiente del Spurs – Warriors del sábado. Pero este viernes teníamos un interesante Houston Rockets contra los Timberwolves de Minnesota. Los Rockets son un equipo que sigue encontrándose. En su viaje espiritual, donde ya llevan casi 70 de esta temporada, suelen regalar un poco de buen baloncesto y otro poco de equipo del montón en la NBA. La buena noticia para los Bickerstaff, es que desde hace ya algunas semanas tiene la mejor versión de Harden, eso es vital para ellos si quieren dar guerra en Playoffs. Por su parte el equipo de los jóvenes de Minnesota, se tendrá que poner las pilas en defensa si quieren algún día ser un equipo competitivo en la liga.

El partido comenzó con bastante ritmo y acierto de cara al aro. Un inspirado Patrick Beverley con tres triples en tres intentos empezaba a poner las cosas cuesta arriba para el equipo de Ricky Rubio. Diez arriba para los locales en el arranque. Su ayuda llegaba desde el banquillo. Los Rockets afianzaban su mandato con la salida a cancha de Michael Beasley. El díscolo alero, acaba de aterrizar de nuevo en la liga después de su paso destacado en la liga china, quería lucirse ante uno de sus exequipos. Harden con un triple desde su casa, y Motiejunas, se unían a la fiesta. Parece que el lituano ya está superando sus problemas de espalda y empezaba a dar esbozos de lo que sería su buen partido

En la primera parte hasta ocho jugadores estaban por encima de los 8 puntos, cuatro por cada equipo

La salida a pista de Muhammad espabiló a los Timberwolves. Lo fueron confirmando a lo largo del segundo cuarto, hasta que lograron empatar el partido a falta de tres minutos y medio para el descanso. Había partido, y buen partido hasta entonces. En la primera parte hasta ocho jugadores estaban por encima de los 8 puntos, cuatro por cada equipo. Con Houston Rockets dos por encima, 54-52 llegaron al descanso y se podría pensar que se avecinaba una entretenida segunda parte. Pero nada más lejos de la realidad teniendo en cuenta la irregularidad de ambos equipos.

La fragilidad de los Timberwolves

La segunda parte empezó como la primera, los Wolves tenían problemas en ambos lados de la cancha. Sobre todo en ataque, donde solo consiguieron una canasta en los primeros cinco minutos y se iban los locales de nuevo por encima de los diez puntos. Reaccionaron y se pusieron a tres, pero sus cadencias en el balance defensivo son un lastre para los de Sam Mitchell. Los nervios se apiadaban de ellos, entre precipitaciones y tiros liberados que se convertían en error, el partido se les comenzaba a ir. Houston Rockets se marchaban en el marcador por 12 puntos al finalizar el tercer cuarto.

En el último cuarto, el quiero y no puedo de los visitantes era patente. Los Rockets no terminaban de matar el partido, pero los Timberwolves tampoco eran capaces de acercarse pese a que en varias ocasiones tuvieron posesiones para ponerse a menos de cinco puntos. Una y otra vez mostraban su falta de claridad en ataque. Además, daban unas facilidades defensivas que les iban a costar una nueva derrota. Ni siquiera le hizo falta a los Rockets hacer un buen final de partido para llevarse este triunfo.

Todos los titulares, con Harden a la cabeza y Beasley desde el banquillo, firmaron un muy buen partido. Todos ellos menos Howard se fueron por encima de los 15 puntos. En Minnesota Timberwolves, el que presumiblemente va a ser Rookie del Año, Karl-Anthony Towns, fue el mejor con 32 puntos y 11 rebotes. Tuvo la ayuda, aunque insuficiente, de Wiggins, LaVine y Rubio, con 22, 15, y 14 puntos respectivamente.

Las mejores jugadas del partido Rockets - Timberwolves: