La NBA ya entró en periodo de entrega de premios hace algunos días y en este caso salió la designación al jugador más mejorado de la temporada. En varias ocasiones nos encontramos con que hay mucha paridad entre los candidatos a recibir este galardón, pero en este caso ya la gran mayoría sospechábamos quién sería el ganador, ya que además de su progreso individual, también fue pieza fundamental para llevar a Portland a un equipo que había quedado diezmado.

McCollum fue uno de los jugadores que se tuvo que hacer cargo de la situación incierta en la que había quedado Portland tras la partida de cuatro de sus cinco titulares (Aldridge, Matthews, Batum, Lopez) repentinamente. En la previa los Blazers arrancaban este año como un equipo sin ambiciones que lucharía solamente por no quedar mucho más allá del décimo lugar en el Oeste. Sin embargo, de la mano de un maduro Damian Lilliard y C.J. McCollum que se pusieron el equipo al hombro, Portland fue poco a poco haciéndose un rival muy duro y se instalaron en zona de Playoffs para nunca más salir. Incluso fueron de los pocos equipos que pudieron derrotar a los Golden State Warriors y por 32 puntos. Ese dia McCollum se despachó con 21 puntos (3/4 triples).

C.J. ya llevaba dos años en la liga para el comienzo de esta temporada y no se esperaba que pudiera aportar mucho más de lo que habíamos visto el año previo. No obstante, contra todos los pronósticos, rápidamente empezó a demostrar que no era el mismo y paso a ser la mano derecha de Lilliard, convirtiéndose en una de las mejores duplas de guardias de toda la liga.

El escolta de Ohio finalizó la temporada regular con un promedio de 20'8 puntos, 4'3 asistencias, 3'2 rebotes y 1'2 robos durante 80 juegos disputados. Sin olvidarnos del muy buen 42% en triples. Números incomparables a los que había tenido el año pasado. Premio más que merecido.

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