A veces, el deporte se reduce al más mínimo de los momentos. Un milisegundo, que puede cambiar el rumbo de un partido, serie o campeonato. En esta noche, por alguna gracia divina, el milisegundo cayó del lado de Toronto Raptors.

La franquicia canadiense venció a Indiana Pacers por 102 - 99 en el quinto juego de su serie de Primera Ronda, posicionándose como la favorita para avanzar a la siguiente fase. Todos recordarán el triple fallado (o, mejor dicho, tardíamente encestado) de Solomon Hill, pero para llegar a esa instancia, los Raptors debieron remontar un encuentro que parecía definido

George dice presente

Para el inicio de este partido, Dwane Casey -entrenador de Toronto- realizó un cambio en su quinteto titular. Patrick Patterson reemplazó a Luís Scola, que venía sufriendo un declive en su producción. La idea de Casey era que, con Patterson, su equipo lograría un mejor arranque de juego, cuestión que le había costado caro en los primeros dos cotejos.

Del otro lado, para pesar de los locales, Paul George no le prestó demasiada atención al cambio táctico de los Raptors. El alero de los Pacers retomó su mejor nivel -luego de dos actuaciones por debajo de su norma en Indiana- y se encargó de que los dirigidos por Frank Vogel sean propietarios del partido en sus primeros minutos.

George, que finalizó con 39 puntos, ocho rebotes y ocho asistencias, se impuso ante la marca de DeMarre Carroll y varios miembros de Toronto, que no pudieron hacerle frente. Indiana lideraba con comodidad tras un cuarto (35-20).

DeRozan se suma a la fiesta

Los Raptors, que rápidamente empezaban a irse mentalmente del partido, encontraron una respuesta para George en DeMar DeRozan. No en el costado defensivo, donde el All-Star continúo su dominación, pero al menos en ataque.

El escolta, que venía alternando buenas y malas en esta serie, se destapó y anotó 34 puntos, incluyendo 12-13 en tiros libres. Siempre que Toronto necesitó una canasta, DeRozan tuvo el coraje necesario para embestirse contra la defensa rival y conseguir lo que fuere necesario.

Claro, la acción de un hombre no era suficiente para que el conjunto local se acerque en el marcador. El crédito de DeRozan es, aunque sea, haber mantenido la diferencia en nueve, diez u doce unidades, dependiendo el momento del juego.

Una remontada de película

En el tercer cuarto, cuando los Raptors volvieron a cargar sobre su rival, George se lució. El alero anotó 15 de sus 39 puntos en dicho período, para que Indiana inicie los últimos 12 minutos con una ventaja de 90-77.

Curiosamente, Casey eligió un quinteto mayormente compuesto por suplentes, para intentar despertar a su equipo. El trío de Norman Powell, Cory Joseph y Bismack Biyombo fue escencial para acortar distancias. En total, los tres jugadores mencionados tuvieron un +38 en el diferencial.

Así, con el aporte eventual de DeRozan y Kyle Lowry, Toronto quedó a tiro. En ataque, puro movimiento de balón. En defensa, rotaciones perfectas, para que los Pacers no tengan camino al aro (apenas anotaron nueve puntos en todo el período).

Una tremenda volcada de Powell igualó el marcador en 92 y dos triples consecutivos pusieron a los locales en ventaja. A falta de 15 segundos, apareció el banquillo de Indiana. Más precisamente, Solomon Hill, encestando un triple que dejaba a los Pacers a un punto.

El desenlace

DeRozan, con sangre fría, encestó dos tiros libres que extendían la ventaja a tres. Y así fue como, en la jugada final, George atrajo una doble marca y realizó un pase en el último momento posible. La bola cayó en las manos de Hill, que lanzó y encajó un triple que, en teoría, hubiese mandado el partido a tiempo extra.

Sin embargo, luego de un replay (extrañamente) corto, los árbitros decidieron que, cuando el reloj alcanzó '0', las yemas de los dedos de Hill seguían tocando la pelota. Por diferencias tan chicas se pueden definir partidos, series y campeonatos. Toronto - Indiana fue, apenas, el ejemplo más reciente.