Con la serie igualada a dos triunfos y donde todo son victorias locales, el martes se disputaba el quinto encuentro en el Philips Arena de Atlanta. Y como en los partidos anteriores, el equipo local volvió a mandar. En este quinto encuentro el dominio de Atlanta Hawks fue aplastante ante unos Boston Celtics que se diluyeron cual azucarillo en el café. Sobre todo porque su gran estilete en el Playoffs, Isaiah Thomas, cuajó un mal partido y terminó lesionado, aunque solo tiene un esguince leve y se le espera en el sexto partido.

Como ya sucediese en partidos anteriores, el primer cuarto fue lento y trabado. Las defensas se imponían ante las imprecisiones en ataque. Ambos equipos se veían forzados a tirar mucho desde la línea de tres puntos, pero los errores eran constantes. Con empate a 15 encaraban los últimos 30 segundos, donde en dos acciones consecutivas los Celtics se fueron de cinco puntos tras un triple de Crowder y una canasta de Rozier.

Los Hawks engrasaban el rodillo en el segundo cuarto

Cuando el segundo cuarto tomaba sus primeras posesiones, los Celtics parecía que todavía se encontraban en Boston y lograban ir ampliando la distancia que habían logrado al final del primero. Un triple de Sullinger, cuando transcurrían dos minutos y medio del cuarto, ponía el más nueve para los suyos. Ese sería el fin de los Boston Celtics.

Tras unos minutos de imprecisiones en ambos bandos, mediado el segundo cuarto los Hawks decidieron ponerse manos a la obra. Comenzaron a enchufar desde la línea de tres puntos, sobre todo un inspirado Bazemore que anotó cuatro triples en este periodo. Los de Budenholzer comenzaban a encontrar su juego mientras los de Stevens se perdían por la cancha de Georgia. Al final del cuarto, los Hawks habían logrado irse ganando por ocho puntos después de la remontada vivida en estos 12 minutos.

Exhibición local después del descanso

Los Hawks son uno de los máximos exponentes del tiki-taka en el baloncesto y así se encargaron de demostrarlo en el tercer periodo. Si en el segundo habían empezado a mostrar lo que sabían hacer, después del descanso se empezaban a divertir, y de qué manera. Los Celtics solo podían asistir impasibles a como los Hawks anotaban una y otra vez con una facilidad que parecía un entrenamiento. Con gran circulación de pelota y gran acierto en los tiros, firmaron un cuarto para no olvidar con 42 puntos. Si en la primera parte, Bazemore, Teague y Millsap se habían puesto manos a la obra con la remontada, en este tercer cuarto se les unió Korver y Schroder para que la fiesta ya fuese completa.

Las cosas aun podían ir peor para los de Massachusetts. Su faro durante esta serie, Isaiah Thomas se torció el tobillo y abandonó el partido. Tampoco estaba haciendo gran cosa, pero el pesimismo se terminó de instalar en su equipo. Por suerte todo se ha quedado en un susto y parece que estará listo para el sexto partido.

El último cuarto solo sirvió para ver cuáles son las prendas de otras temporadas que tienen en el fondo de armario, bueno en el fondo de banquillo de los dos equipos. Con los suplentes se vieron 12 minutos de baloncesto que no era de Playoffs, porque los Celtics solo aguantaron el espectáculo de los Hawks durante tres cuartos. Con 3-2 la serie se va de nuevo a Boston donde los Celtics trataran a toda costa de forzar el séptimo partido.