Los Raptors empezaban la campaña con una de las plantillas más potentes de la parte Este de los Estados Unidos. Fichajes como el consagrado DeMarre Carroll, la roca Biyombo, el hijo pródigo, Cory Joseph, o el argentino Luis Scola. Todos aportaban y mejoraban lo que había el año pasado en Toronto, ya que las salidas no fueron muy sangrantes en la franquicia, siendo las más dolorosas la de Louis Williams rumbo a los Lakers después de ser coronado como Mejor Sexto Hombre de la asociación y la de Amir Johnson rumbo a Boston.

La Temporada Regular

Su temporada empezaba bien, pero algo titubeante, ya que se situaban, empezado ya el 2016, con un balance que les dejaba en cuarta posición, lejos de su objetivo de acabar, mínimo, en el pódium de la conferencia. Además, se juntaban los problemas físicos de Carroll y Valanciunas, dos piezas claves del equipo, aunque Casey consiguió hacer piña y salir más o menos airoso de la situación. Pero un espectacular mes de enero para empezar el 2016, les aupó a la estela de Cleveland, a los que estuvieron a punto de superar a final de temporada y arrebatarles el primer puesto al final de la Regular Season. En 2016 solo perdieron 13 partidos de los casi 50 jugados en este año, por lo que terminaron de una forma espectacular de cara a los Playoffs.

Además, para acrecentar aún más su confianza, habían ganado, o al menos plantado cara, a los ‘cocos’ de la liga; ganando a San Antonio, Cleveland, Miami, Oklahoma, Clippers, y poniendo contra las cuerdas a los campeones y realizadores de una temporada de ensueño, los Golden State Warriors.

Playoffs

Pero lo que hay más allá de la mitad de abril es otra historia, y en el Air Canada Center lo saben bien. El año pasado ya sucumbieron, de forma sorprendente y abrumadora, ante unos buenos Wizards que les propinaron una dura barrida por 4-0. Por si fuera poco, dieron la sensación de ser un equipo blando, plano, sin ideas y ‘pecho frío’, como dirían por tierras latinoamericanas.

Y este año era más de lo mismo, Indiana comenzaba su andadura en los Playoffs -desde la séptima posición- con una victoria en territorio comanche que hacía revolotear, de nuevo, viejos fantasmas en la franquicia canadiense. Un Paul George excelso durante toda la serie, hizo que los ‘dinosaurios’ tuvieran que sudar tinta china para poder pasar de ronda, en una ronda que se antojó infinita, llegando hasta un séptimo partido donde ahí sí, Toronto dio muestras de ser el equipo que fue en los anteriores 82 partidos. Pero llegó Miami y fue más de lo mismo. Mal juego, partidos vergonzosos de sus estrellas, tirando alarmantemente mal, y por si fuera poco, entre algodones como había pasado antes. Carroll y Valanciunas se iban a la enfermería durante la serie, por diversos problemas, y en el caso del lituano, no volvió más hasta bien entradas las Finales del Este contra Cleveland. Pero por suerte, el gigante del equipo contrario, Whiteside, también se fue a pique, y Spoelstra se vio obligado a jugar con Winslow de pívot, recurriendo al small-ball, en gran medida debido a la mala forma de sus interiores suplentes. Y tras otros excitantes siete partidos, Toronto volvía a ganar en casa para cerrar la serie. Esperaba Cleveland.

Las Finales del Este

Territorio nunca antes pisado por el equipo fundado en 1995, y que ha tenido entre sus filas ilustres de la talla de Vince Carter, Tracy McGrady o Chris Bosh. Por lo tanto presión, y a la vez sin expectativas, al haber cumplido el hito de llegar hasta estas instancias por primera vez en su historia. Pero los partidos se ganan. Aunque no empezaron con buen pie. Volvían con un 2-0 para disputar sus dos partidos en casa y Cleveland con la sensación de rodillo, con un 10-0 en su haber, y sin intención de echar el freno de mano. Pero surgió el espíritu de lucha de sus jugadores, la figura imperial de Biyombo en la zona sustituyendo a Valanciunas, el acierto perdido de Lowry y DeRozan que encontraron en esta serie, y un paso delante de los secundarios importantes, como Joseph, Patterson, Ross, o el rookie Norman Powell, y el empuje de un país entero tras ellos. Y pusieron el 2-2, no sin sufrimiento, para llevar la serie a Ohio de nuevo con todo por decidir. Con el momentum de su lado, las buenas sensaciones y sus jugadores en racha, más de uno pensó en Toronto como posibles finalistas.

Pero volvió lo de siempre; la irregularidad, el nulo movimiento de balón, los desajustes defensivos en momentos puntuales, y el acierto desproporcionado de los Cavs desde el triple. Y adiós a los Playoffs. Y a la temporada.

Jugadores

Hay que destacar, dejando a un lado los Playoffs, la magnífica temporada de Lowry y DeRozan, refrendada con la selección de ambos para el All-Star de su ciudad el pasado mes de febrero, y llegando hasta las Finales del Este, aunque con cierta irregularidad. Ambos han acabado en el top-15 de anotadores, superando los 20 puntos por partido con asiduidad, DeRozan (23,5) y Lowry (21,2), se han convertido en uno de los backcourts más anotadores y mejor compenetrados de la liga, y en una de las parejas más letales de la NBA, uniéndose a otras ilustres como la de Curry-Thompson, Durant-Westbrook, Paul-Griffin o la formada por Wall y Beal.

Valanciunas también ha dado un pequeño paso hacia delante, sobre todo en los Playoffs, donde el lituano se ha mostrado como una fuerza dominante en la pintura. Aun así, al no ser la referencia ofensiva del proyecto, no destaca tanto como sus dos compañeros, antes mencionados. Pero sin duda es un gran complemento para ellos. Al igual que otros jugadores como Joseph, quine es un base suplente muy válido, que siempre da la cara, y lo da todo por su equipo, más aún por el de su ciudad natal, y siendo el primer jugador nacido en Toronto que juega para los Raptors. También Carroll, aunque esta temporada, con parones largos para él, no ha sido lo mejor que esperaba, a partir de la siguiente tendrán que empezar a justificar su contrato de 60 millones por 4 años.

El All-Star

La guinda del pastel, el fin de semana más importante del año, y en su ciudad, con Drake -cantante que está en los tops de las listas de cualquier país y medio y natal de Toronto, además de propietario de una parte de las acciones de la franquicia-, Lowry y DeRozan de estandartes. Fue uno de los mejores de los últimos años, al menos en los concursos, porque en los partidos ya sabemos que la defensa la dejan en casa.

Un concurso de mates espectacular, algo insólito, muy emocionante y entretenido, con un duelo entre Gordon y LaVine por todo lo alto. El de triples, un pique de casa entre Curry y Thompson que acabó ganando la 'metralleta californiana' con una gran ronda final. El de habilidades, con un final sorprendente e inimaginable, con el gigantón, y rookie, Towns, ganándole la partida al escurridizo y hábil Isaiah Thomas. Los rookies demostraron su valía en el partido de USA contra el Mundo. Y el partido del domingo, con grandes canastas como siempre, marcador altísimo, y con una gran organización y espectáculo, con Westbrook coronado como el mejor del partido.

En definitiva, uno de los mejores All-Stars que se recuerdan desde hace mucho.

Conclusión

Ha sido una temporada fantástica para ellos, a pesar de haber perdido en las Finales del Este, pero han hecho récord de victorias en la temporada con 56, llegar hasta tan avanzada la temporada, y tener dos miembros en el All-Star de la ciudad. Año para enmarcar en Toronto y veremos como sigue el curso del verano, con renovaciones muy importantes como la de DeRozan. Espera un verano muy interesante en ‘El Norte’.