Desde la antesala del encuentro ya se vislumbraba que éste no iba a ser una réplica del Game 4. Desde la notable diferencia entre la interpretación de Andy Grammer y la que hizo el público de 'The Q' a capella del himno de EEUU, hasta la más que vital baja de Draymond Green en el conjunto de Oakland.

El buen ataque de ambos equipos en la primera mitad y la equidad máxima con la que llegaron al descanso (61-61), hacían preveer que muy probablemente los Warriors deberían esperar para cantar victoria.

Esto, sumado a que Ohio será el escenario del sexto partido, han hecho llenar de ilusión a todos los amantes del baloncesto con la posibilidad de un Game 7 que puede hacerse realidad tras dos años de espera.

Kevin Love, el socio inesperado

Ausente en estas Finales. El que fuera ala-pívot de los Minnesota Timberwolves está siendo, durante muchos minutos, un verdadero peso para su equipo.

Lento y descuidado en defensa, nada nuevo en un jugador que nunca fue un intimidador bajo el aro. La gran diferencia en su rendimiento y aportación al equipo se hace palpable en el ataque: con miedo a pisar la zona rival, impreciso en los pases y abandonando mucho la que en esta temporada ha sido du gran virtud, el acierto desde el triple. 

Y es que los Warriors han encontrado en Love su mejor aliado. En el día de ayer encontramos el mejor ejemplo posible: dos puntos, tres rebotes, cuatro faltas personales y un 20% en tiros de campo en 33 minutos de juego. Un arma de doble filo para un Tyronn Lue que ha visto en Richard Jefferson la mejor alternativa al mal nivel de juego de su '4' titular. 

La defensa de Iguodala

Quizás el factor desequilibrante en el Game 5. Con él en pista, LeBron adjuntaba una estadística de -48 puntos en los cuatro primeros encuentros; con Iguodala fuera, la aportación de James asciende hasta los +31 puntos.

Andre Iguodala entrando a canasta | Fuente: NBA
Andre Iguodala entrando a canasta | Fuente: NBA

El último MVP de las Finales ha sabido volver a hacer aquello que le hizo ser reconocido como tal: asfixiar a LeBron James hasta el punto de desesperarle y sacarle del partido. Los números lo avalan y las sensaciones lo confirman. Con él en pista la presencia de 'The King' queda altamente reducida.

Pero ayer las sensaciones fueron muy diferentes a los primeros cinco enfrentamientos. Sin Draymond Green, el otro hombre capaz de para al cuatro veces MVP de la NBA, Iguodala dabía mltiplicarse para frenar la anotación de los Cavaliers. Con unos pívots lentos en las ayudas defensivas, un simple bloqueo anulaba la defensa de Iggy sobre LeBron, liberando un tiro de cinco o seis metros con el que el 23 de los de Ohio se sintió muy cómodo ayer.

El retorno del rey

LeBron James está de vuelta. Los incansables pitos escuchados en el ORACLE Arena cada vez que tocaba la pelota no lograron amedrentar a un jugador que en estas Finales no para de batir récords. Ayer superó a 'Magic' Johnson como el noveno máximo anotador en la historia de las Finales.

Volvió el rey, sí, pero no estaba sólo. Con el 'Big Three' dinamitado debido al mal juego de Kevin Love, Kyrie Irving está sabiendo convertirse en el mejor socio posible de un monarca destronado que quiere volver a ganar la corona de campeón de la NBA. Ayer, está asocioción se convirtió en la mejor de la historia de las Finales: 82 puntos entre los dos para llevar a los Cavaliers de la mano de vuelta al Quickens Loans Arena.

La lesión, el punto de inflexión

La gran primera parte de los 'Splash Brothers' (en especial de Klay Thompson) hizo tener confiado al público de San Francisco con una más que posible celebración si el partido acababa en victoria. Pero, por suerte para los de Cleveland, la segunda mitad distó mucho del gran nivel que presentaron los dos mejores triplistas del mundo.

Gran parte de culpa se la lleva la lesión de Andrew Bogut al poco de comenzar el tercer cuarto: tras una caída en la que JR Smith impactó contra la frágil rodilla del pívot australiano, el que fuera número uno del draft tuvo que marcharse con severas molestias camino de los vestuarios, dejando a su equipo náufrago en la pintura.

Bogut tras la caída que le obligaría a abandonar | Fuente: NBA
Bogut tras la caída que le obligaría a abandonar | Fuente: NBA

La lesión de Bogut cayó como un jarro de agua fría sobre los Warriors, los cuales sólo pudieron contemplar cómo sus rivales se crecían poco a poco. Aprovechando una breve estancia de Curry en el banquillo, los Cavs se hicieron más fuertes que nunca en defensa y dinamitaron el marcador. Los 'Splash Brothers' volvieron, pero su acierto desde más allá de la línea de tres ya no era el de los primeros 24 minutos de encuentro.