La que algunos consideran una de las mejores temporadas de la historia de la NBA se decide a un partido. Mucho ha llovido desde el salto inicial del primer encuentro del curso allá a finales de octubre, pero tantos partidos, puntos y victorias y derrotas después, solo 48 minutos de juego, si no hay prórroga, decidirán al campeón 2016.

De poco sirven ya los récords logrados por uno y otro equipo, sobre todo en el caso de los Warriors, que en este 2016 han superado algunos históricos, como bien saben, como el de victorias en temporada regular, 73, o de victorias totales en temporada, 88, o mejor inicio de la temporada, entre otros. Tampoco cuentan ya los momentos difíciles atravesados por ambos equipos; en este caso, sobre todo en Cleveland, donde a mitades de campaña despidieron al entrenador David Blatt pese a liderar la Conferencia Este. Ahora lo que importa es el presente: ganar un partido más y levantar el título Larry O'Brien al finalizar el encuentro, para posteriormente enfundarse el anillo a principios de la 2016/17.

Una temporada increíble que se decide en un séptimo partido tras unas Finales que baten récords de audiencias y que enganchan al aficionado como en los mejores años de los 80, cuando Magic y Bird se veían las caras en cada mes de junio vestidos de oro y púrpura y verde trébol, o cuando Michael Jordan dominaba la liga con la camiseta de los Bulls. Un séptimo partido en el que se venden entradas hasta por 49.000 dólares y que todo el mundo espera que sea histórico.

Improbable séptimo partido

El destino ha querido que se decida todo así después de unas Finales que podrían haber terminado a principios de esta misma semana. Los Warrors llegaron a ir mandando por 3-1 la serie y lo tenían todo de cara para sentenciar en el quinto.

Los de Steve Kerr venían de remontar ese mismo resultado en las Finales del Oeste contra los Thunder y llegaban lanzados a por el título. Los de Oakland se llevaron los dos primeros duelos en California por una diferencia de puntos nunca vista en unas Finales (49). Además, lo hacían sin necesitar de la mejor versión de sus estrellas con unos 'Splash Brothers' Curry y Thompson algo erráticos. El buen papel de Draymond Green y la aparición de secundarios, sobre todo en el primer partido, dieron ventaja a los Warriors.

La serie se trasladó a Cleveland, donde los Cavs estaban imbatidos en estos Playoffs. No fallaron los de Lue en el tercero, devolviendo la moneda a los californianos con un apabullante 120-90. Sin embargo, los Warriors consiguieron sacar el orgullo de campeón y colocarse con 'pelota de partido' tras el primer recital de Curry en estas Finales con 38 puntos.

La eliminatoria regresaba a Oakland, donde estaba todo preparado para que los de Steve Kerr levantasen el título ante su afición. No obstante, apareció el mejor LeBron James, acompañado de Kyrie Irving para devolver las Finales a Ohio y que la serie no estuviese resuelta. Los dos jugadores de los Cavs hicieron historia y superaron la barrera de los 80 puntos entre los dos. Por primera vez en la historia, dos compañeros en de equipo anotaban cada uno 40 puntos o más en un mismo partido de unas Finales. 97-112 en una pista en la que los de Lue llevaban cinco derrotas seguidas entre Finales 2015, temporada regular y Finales 2016.

Y por último, un sexto partido en Cleveland en el que los Cavs acabaron por forzar este séptimo partido. Los de Ohio arrancaron el encuentro con un parcial espectacular contra el que poco pudieron hacer unos Warriors superados. La ventaja llegó casi a los 20 puntos, aunque los de Kerr se mantuvieron vivos hasta los últimos minutos.

Un encuentro com polémica, por la expulsión de Stephen Curry en el último cuarto tras cometer su sexta falta personal a 4:22 para el final del partido. Críticas a los árbitros por su parte y por la de Steve Kerr que les han costado 25.000 dólares de multa a cada uno. El MVP, además de protestar la señalización de esa sexta falta personal, lanzó el protector bucal a un aficionado, lo que podría haberle costado una sanción teniendo en cuenta otros precedentes. La NBA no lo ha considerado oportuno y Curry será de la partida en este séptimo encuentro.

Unas Finales extrañas, decididas por 49 puntos para los Warriors en los dos primeros duelos y que ahora los Cavs igualan a 610 en el global de puntos de la serie. En total 118 puntos de diferencia entre equipo ganador y perdedor, ya que han sido seis partidos decididos por 10 puntos o más, cifras que baten récords en unas Finales tan igualadas.

LeBron James, contra la historia

El alero de Ohio intentará este domingo ganar el tercer título de su carrera y evitar así salir derrotado de otras Finales como ya sucediese en 2007, 2011, 2014 y 2015. El cuatro veces MVP de la liga tiene el reto además de conseguir un título de gran liga americana para la ciudad de Cleveland por primera vez desde hace 52 años, cuando los Browns de la NFL ganaron el anillo en 1962.

Además, a nivel personal, LeBron repite séptimo partido en unas Finales como en 2013, cuando se acabó coronando campeón contra los Spurs en Miami, después que Ray Allen forzase el encuentro decisivo con otro triple espectacular. En total, James ha jugado cinco séptimos partidos en su carrera, con un balance de tres victorias y dos derrotas en los que ha promediado 34,4 puntos, 9,0 rebotes, 3,6 asistencias y un 47% en acierto en tiro.

Además, LeBron quiere liderar a los Cavs al primer anillo de su historia y convertirse en el primer equipo de la historia que remonta un 3-1 en unas Finales. Solo otros dos equipos forzaron el séptimo tras ir perdiendo por ese margen pero ambos perdieron, los Knicks del 51 y los Lakers del 66.

Además, los Cavs podrían ser el cuarto equipo que se proclama campeón tras empezar las Finales 2-0. El último, los Heat de Wade y O'Neal, que lo consiguieron en 2006, aunque el formato por aquel entonces era 2-3-2 a diferencia del actual 2-2-1-1. Aquel equipo de Miami perdió los dos primeros partidos en Dallas para ganar luego cuatro seguidos entre los tres de Florida y el sexto en Texas.

Por su parte, es el primer séptimo partido de Cleveland en unas Finales y el quinto en una serie de Playoffs. La franquicia de Ohio tiene un balance de 2-2 en séptimos partidos; el último fue una derrota en Boston en las Finales del Este de 2008.

Foto: cavaliersnation.com

Las estadísticas están para romperlas, y es lo que intentarán los Cavs en estas Finales. En 18 ocasiones el título se ha decidido en un séptimo partido pero solo en tres acabó ganando el equipo visitante. Los últimos precedentes son de victoria local: Spurs 2005, Lakers 2010 y Heat 2013. El último triunfo visitante fue en 1978, Washington Bullets en Seattle.

Curry y los Warriors, tras su segundo consecutivo

Si LeBron quiere hacer historia para sus Cavs, lo mismo Stephen Curry y el resto de los Warriors. Para muchos, supone además el hecho de que una temporada histórica de 73 triunfos en temporada regular no se quede sin la guinda, el anillo de campeón que sí consiguieron esos Bulls de 1996 de 72 victorias.

El de este domingo podría ser el segundo consecutivo en la franquicia tras el de 2015. Los Warriors podrían entrar en el club de los equipos campeones 'back-to-back'. Lo consiguieron los Lakers en 1954 1988, 2001 y 2010, Celtics en 1960 y 1969 (ganaron ocho títulos seguidos, 11 en 13 años), Pistons en 1990, Bulls en 1992 y 1997, Rockets en 1995 y Heat en 2013.

Sería el tercer título en total para la franquicia, que el año pasado acabó con una sequía de 40 años sin Anillo después de conseguir el de 1975.

Además, también es el primer séptimo partido de la historia de la franquicia en unas Finales. Un encuentro que supone para la franquicia un ingreso potencial de 14 millones de dólares entre venta de entradas y merchandising. Para las televisiones a los 224 por publicidad en esta serie pueden añadirse otros 45 solo en este séptimo partido.

Los de Steve Kerr intentarán hacer de su pista un fortín como lo ha sido entre enero de 2015 y abril de 2016 en temporada regular, donde no han conocido la derrota. En los pasados Playoffs solo perdieron dos partidos en casa, uno contra Memphis en semifinales y otro contra Cleveland en las Finales.

En esta temporada regular perdieron dos sorprendentes partidos en casa de forma consecutiva ante Boston y Minnesota, mientras que dos también son las derrotas en el Oracle en estos Playoffs: Thunder y Cavs.

Además, los Warriors, bajo la dirección de Steve Kerr, nunca han perdido tres partidos consecutivos.

Stephen Curry ha dicho que para ganar tendrá que hacer "su mejor partido". En séptimos partidos, el MVP promedia 34,5 puntos en los dos que ha disputado. Perdió la primera ronda de 2014 contra los Clippers y ganó recientemente el de la Final del Oeste contra OKC.

Además, otra estadística sonríe a los Warriors: 27-5 es el balance de vigentes MVP en séptimos partidos, los últimos 18 de forma consecutiva desde que Julius Erving perdiese en las Finales de 1981.

Las claves

Si hay un factor que ha transformado la eliminatoria desde el quinto partido es el nivel de juego de LeBron James. El alero de Akron ha superado la barrera de los 40 puntos en los dos últimos duelos. Es el primer jugador desde Shaquille O'Neal en conseguirlo en unas Finales desde el 2000. Solo ellos dos y Jerry West, Rick Barry y Michael Jordan lo han conseguido a lo largo de la historia.

Además de sacar su mejor baloncesto al jugar contra las cuerdas, LeBron se ha visto beneficiado de algunos desajustes defensivos en los Warriors. En el quinto partido, la ausencia de Draymond Green en las ayudas defensivas provocó mucha facilidad anotadora en LeBron.

Por otra parte, los continuos cambios en los bloqueos emparejan a James con jugadores inferiores físicamente como Curry o Klay Thompson. Además, hay que tener en cuenta que su principal defensor, Andre Iguodala, sufre problemas físicos en la espalda. El MVP de las Finales 2015 es duda pero Kerr ha confirmado que jugará el séptimo.

Por último, cabe destacar que LeBron está metiendo tiros abiertos como nunca, por lo que dejarle distancia no es una buena solución defensiva. Por estos motivos hay gente que considera que James será el MVP de las Finales sea cual sea el resultado. Solo Jerry West consiguió el galardón después de no ser campeón.

Sin embargo, los Cavs de estos dos últimos partidos no son LeBron y cuatro más. Kyrie Irving se ha desatado, y a los 41 puntos del quinto partido hay que sumarle un recital de juego en la primera mitad en el sexto, castigando la débil defensa de Curry, cargado de faltas.

Pero hay otros factores a tener en cuenta para Cleveland, como por ejemplo Tristan Thompson. El siempre cuestionado pívot, además de su aportación habitual en el rebote, se ha destapado como arma ofensiva, aprovechando que la defensa de los Warriors se centra en LeBron. Con Draymond Green o el resto de interiores siempre pendientes de la primera ayuda sobre el '23', Thompson está jugando como nunca sin balón por línea de fondo, beneficiándose de la visión de juego de 'King James'. El alero le suele encontrar cómodamente lanzándole 'Alleyoops', tanto en juego posicional como en transición como se pudo observar en el sexto encuentro.

Foto: ESPN

Al mismo tiempo, los ajustes en la rotación de Lue han beneficiado a Cleveland. Love juega menos minutos, jugando siempre como tirador abierto en las esquinas y dejando libre la zona para penetraciones de LeBron o Irving y continuaciones de Thompson. Además, han ido apareciendo jugadores que suman al equipo como Richard Jefferson o incluso Dahntay Jones y Mo Williams.

En los Warriors, todo lo contrario. El efecto de los secundarios ha ido desapareciendo desde el tercer partido; solo Barbosa estuvo afinado en el sexto, mientras que jugadores como Harrison Barnes han desaparecido. El alero tiene un 2/22 en tiros en los dos últimos partidos, hasta el punto de ser superado por otros suplentes como Barbosa, Livingston o Rush en la rotación. Barnes no está sabiendo aprovechar que la defensa de Cleveland ahoga a Curry y Klay Thompson.

Foto: gospelherald.com

Por otra parte, los de Kerr han bajado sus porcentajes de tiro, su arma de juego habitual. Sobre todo, porque el juego en ataque se ha vuelto predecible y de uno contra uno, al contrario del habitual juego colectivo de pase y juego sin balón. En el sexto partido, sobre todo en el primer cuarto fue muy evidente, que la mayoría de situaciones pasaban por darle el balón a Curry o Thompson y el resto esperar abiertos, sin ni siquiera cargar rebote. Ese primer cuarto es el peor de la historia en unas Finales con reloj de tiro: 11 puntos y 5/22 en tiros.

Además, los fallos y los pocos rebotes en ataque provocaron muchas jugadas de Cleveland en contraataque, arma que a los de Kerr se les ha vuelto en contra.

Ni el regreso de Draymond Green tras su sanción en el quinto partido sirvió para mucho. El de Michigan sumó ocho puntos, 10 rebotes y seis asistencias en 41 minutos.

Se puede considerar clave el factor físico, con unos Cavs más descansados en temporada regular y en estos Playoffs frente a unos Warriors que lucharon todo el año para batir el récord de victorias y en postemporada se enfrentaron a equipos como Blazers o Thunder. A los citados problemas físicos de Iguodala hay que añadir que Curry no está del todo bien tras su lesión o que Andrew Bogut causó baja tras el quinto partido. Ni Ezeli ni Varejao están sabiendo suplir al australiano.

Protagonistas de un séptimo histórico

En la previa del encuentro, desde ambos equipos han destacado la importancia de este partido y lo que supone. Irving dijo haber crecido "viendo séptimos partidos" y que era algo con lo que había soñado jugar "toda la vida". LeBron, mientras, destacó su papel dentro del equipo para llevarse el título: "Trato de ser el mejor jugador que puedo para este equipo. Pero al final solo pienso en cómo puedo ayudar a que mis compañeros y yo podamos tener éxito".

Por su parte, el técnico de los Cavs, Lue, destacó la importancia tiene el partido para Cleveland y Ohio: "Significa mucho traer este título para la ciudad y el estado".

En los Warriors, asumen la responsabilidad de ganar y darle valor a las 73 victorias. Klay Thompson reconoce que perder "sería un fracaso" y que "no es divertido quedar segundo". Al mismo tiempo, Curry también quiso valorar lo importante que es este último duelo: "Ganar era el objetivo desde el principio. Si no ganamos, estaremos todos muy, muy decepcionados".

Por último, Steve Kerr destacó que su equipo está "ante una gran oportunidad en casa" y que los Warriors están "centrados en el baloncesto" después de dos días en los que se ha hablado mucho de los árbitros.

Quintetos probables

Cleveland Cavaliers

Kyrie Irving JR Smith LeBron James Kevin Love Tristan Thompson

Golden State Warriors

Stephen Curry Klay Thompson Harrison Barnes Andre Iguodala Draymond Green