Derrick Rose tenía por el año 2011 probablemente uno de los físicos más prodigiosos jamás recordados en la historia de la NBA. Además, no solo poseía un gran físico, sino que también era único y jamás visto antes. Era literalmente el cuerpo de un fornido alero encajado a la altura y características de un base. 

Derrick podía correr la pista de un lado a otro, tenía visión de juego, templanza en los momentos decisivos y una explosividad jamás vista anteriormente en un base. Como decía un comentarista americano cada vez que hacía un coast to coast: “too big, too fast, too strong, too good”. Con estas armas Derrick Rose se hizo con el premio del MVP más joven de la historia y llevó a los Bulls a las Finales de la Conferencia Este. 

Su físico daba resultados y los Bulls tenían un prometedor futuro. Sin embargo, el experimento del base en el cuerpo de un escolta explotó en un partido de Playoffs del año 2012. La rodilla del MVP dijo basta y sus ligamentos se rompieron. Desde ese preciso momento nada volvió a ser igual ni para Rose, ni para Chicago. El calvario de Rose fue patente y los aficionados de los Bulls empezaron a perder la ilusión de ver al MVP que maravilló al mundo. Hasta dos lesiones más de rodilla sufrió el joven MVP.

¿Por qué no dejarlo?

Tres lesiones graves de rodillas en poco más de tres años puede ser devastador para la mentalidad de un chico como Rose. Ver como sus ganas de jugar eran interrumpidas una y otra vez por el estado físico debió de ser algo sumamente doloroso. La rutina de las muletas, ir a la rehabilitación, las visitas a los doctores… espacios muy alejados de su habitat natural, una cancha de baloncesto. Es por eso que empezaron a sonar los rumores en los pasillos del United Center de la retirada e incluso personas que le pedían que lo hiciese.

Derrick Rose, el triunfo del talento frente al cuerpo I Foto: NBA.com
Derrick Rose, el triunfo del talento frente al cuerpo I Foto: NBA.com

Cuesta pensar que alguien durante esos fatídicos tres años no se haya sentado con Rose y le haya dicho: “¿Por qué no lo dejas?”. La verdad es que se pueden contar con los dedos de las manos los jugadores que han salido de una situación como la suya. Aunque son muchos más los que han dejado sus carreras deportivas por unas rodillas maltrechas. Rose decidió seguir, decidió continuar confiando en el gran jugador que es y sobre todo decidió continuar haciendo lo que más le gusta: jugar al baloncesto.

La transformación de Rose y su plenitud física

El Derrick Rose de ahora poco tiene que ver con el de 2011. Su físico ha cambiado. Ya no es tan sumamente rápido como antes (pese a que sigue siendo rápido), ya no es ese jugador extremadamente explosivo que volaba por encima de sus rivales y, por supuesto, su etapa de jugador kamikaze quedó en el olvido. Derrick ha evolucionado y se ha transformado en una nueva versión. 

Derrick Rose, el triunfo del talento frente al cuerpo I Foto: NBA.com
Derrick Rose, el triunfo del talento frente al cuerpo I Foto: NBA.com

Derrick Rose está dejando destellos de los que fue anteriormente

Ahora juega en los New York Knicks y vive una etapa de plenitud física. Vuelve a sentirse querido, es una pieza clave del proyecto y en cada partido va a más. Los destellos de su calidad son más que claros y su rapidez ha vuelto. Pese a que se encuentra en un gran momento físico, los Knicks todavía no han sabido aprovecharlo. No está integrado al 100% en el juego y sus puntos vienen de acciones individuales. Gran culpa la tendrán su falta de pretemporada y su inicio en un proyecto nuevo. Una nueva rosa está germinando en el Madison Square Garden, los aficionados de los Knicks solo esperan que ningún pétalo se rompa.