La selección española, vigente campeona mundial, inició su andadura en el Europeo de la mejor manera posible, con un triunfo. Los hombres de Manolo Cadenas impusieron su gran defensa 6-0, una buena portería especialmente Gonzalo Pérez de Vargas.
 
La rapidez de los contragolpes españoles y la experiencia de jugadores como Entrerríos salieron a relucir para aprovechar las siete exclusiones con las que fueron castigados los magiares merced a su dureza defensiva. Hungría se mostró como un equipo inconsistente, aunque ello también se debió a buen trabajo de los Hispanos.
 
De salida, España abrió brecha. Con un buen Sierra bajo los palos, mucha solidez defensiva y rápidos contragolpes, a los cinco minutos ya mandaba 3-0. Esta receta siguió funcionando y los Hispanos llegaron a alcanzar una renta de cinco tantos (7-2, m. 12). La doble exclusión de Mocsai y Putics permitió que los de Manolo Cadenas aumentasen la diferencia a seis (9-3), pero vino la exclusión de Maqueda y los magiares se permitieron un parcial de 4-0 que les acercó a dos goles.
 
El seleccionador español pidió tiempo muerto. Los hombres de Lajos Mocsai pudieron incluso ponerse a un gol, pero Pérez de Vargas, en su primera intervención en el partido, detuvo el siete metros. España tenía problemas en el ataque estático, pero lo solventó con el paso de los minutos. Las aguas volvieron a su cauce. Defensa y juego rápido, la receta volvía a funcionar y la renta llegaba a los siete goles al final de los primeros treinta minutos de juego (17-10).
 
Segunda parte mismo panorama
 
En la reanudación, España nadó y guardó la ropa. La selección magiar hizo una propuesta agresiva en defensa ante las acometidas españolas. Parecía la mejor manera de intentar dar la vuelta a un partido que por juego parecía imposible.
 
Ilyes y compañía se cebaron con los primeros líneas españoles y con Andreu. El pívote encontró fuertes complicaciones, pero salió victorioso de la contienda.
 
En esa segunda parte, Raúl Entrerríos, un mago en el balonmano, se ocupó de dar una lección magistral de dirección acompañada de goles de su siempre selecta cosecha.
 
España llegó a mandar de hasta ocho goles (26-18, m. 45). De ahí al final, todo el bacalao estaba vendido. Solo destacar que Pérez de Vargas detuvo su segundo siete metros y que dejó paradas de mérito pese a su juventud y a debutar en una gran cita.
 
España ha arrancado el Europeo de manera perfecta. Noruega, que cayó en su estreno frente a Islandia, espera el martes a los Hispanos.