Después de unos últimos encuentros donde la selección española dejó más dudas que esperanzas, los Hispanos se enfrentaban a la selección de Macedonia con la intención de conseguir el triunfo que les diera el pase a semifinales sin esperar a lo que sucediese en el otro encuentro del grupo.

El partido comenzó con unos minutos de tanteo por parte de ambos equipos, que se estudiaban en cada acción sin decidirse a lanzar un juego directo sobre la portería contraria. En el minuto 5 el marcador reflejaba un 3-3, muestra de la igualdad que había en la pista.

Al igual que en los anteriores enfrentamientos de este campeonato, la defensa española estaba muy abierta, lo que permitía cómodos lanzamientos desde el exterior por parte de los jugadores macedonios, y excesivamente lenta, lo que permitía la llegada de balones al pivote Stoilov con demasiada comodidad. Pese a ello los de Manolo Cadenas mantenían la ventaja por la mínima.

En el minuto 15 el seleccionador nacional solicitó tiempo muerto para pedir a sus hombres más intensidad en las acciones defensivas y concentración en las jugadas de ataque, donde una vez más se buscaban con demasiada insistencia los pases al pivote, obviando las jugadas por los extremos, lo que facilitaba las acciones defensivas de los rivales.

Bajo palos, un extraordinario Sierra impedía varías acciones claras de gol del conjunto balcánico, que seguía bombardeando la portería española con durísimos lanzamientos desde el exterior.

Mejoría en la segunda mitad

El comienzo de la segunda mitad mostró a una selección española más dinámica en su juego, con una defensa más adelantada que impedía los lanzamientos de los artilleros macedonios y cerrando de manera contundente los pases al pivote, arma primordial de los centroeuropeos en la primera mitad. Controlado el ataque rival apareció el electrizante ataque español que comenzó a abrir brecha, liderado por un genial Cañellas.

Viendo el trascurrir del encuentro y que la diferencia empezaba a ser suficiente, Cadenas dio descanso a sus jugadores principales y puso en pista a los menos habituales. Minutos que aprovechó Antonio García de manera especial, definiendo a la perfección varios contraataques y realizando potentes lanzamientos desde los 9 metros.

Llegados al ecuador de la segunda mitad, con la clara superioridad del conjunto español, la selección de Macedonia bajó los brazos aceptando el poderío de los españoles, lo que dio paso a unos últimos minutos en los que bajó la intensidad del encuentro.

El definitivo 22-33 daba a España el pase a semifinales donde espera la potente selección francesa, que hoy ha perdido con Suecia en un partido en el que no se jugaba nada, toda vez que tenía asegurada la primera plaza de su grupo. Hasta hoy no conocían la derrota en este campeonato.