Como era de esperar, el FC Barcelona es el primer clasificado para la final de la Copa del Rey de balonmano, que se disputará el domingo a partir de las 17 horas en el pabellón Anaitasuna de Pamplona.

El anfitrión, el Helvetia Anaitasuna, no ha sido capaz de hacer saltar la banca y sorprender al favorito. Los navarros han hecho un buen partido, pero insuficiente para inquietar al cuadro de Pascual. Sólo la relajación catalana ha impedido que la goleada fuera mayor.

El macedonio Kiril Lazarov ha sido el gran protagonista del partido, merced a sus siete goles. Los mismos ha conseguido el lateral serbio Boza Nadoveza para los pamplonicas.

Mostrando autoridad desde el pitido inicial

El Barcelona no esperó demasiado para imponer su ritmo en el partido. Empezó mostrando sus armas más típicas, el lanzamiento exterior de Lazarov, la velocidad de Víctor Tomás a la contra y los latigazos de Rutenka. Con eso y Saric empezando a hacerse notar pusieron una primera ventaja de 0-3 en el marcador.

Anaitasuna trató de responder con las trayectorias largas del zurdo Borragán. Ayudados por el ánimo de su gente consiguieron volver al partido. Los navarros lograron robar un balón clave, que les permitió salir a la contra y forzar la exclusión del bielorruso Rutenka. Nadoveza anotó de penalti para rematar la jugada y poner el 3-4 en el luminoso.

Pero a este Barcelona no le molesta mucho jugar en inferioridad. En ataque con una simple a la par que complicada suspensión, Lazarov consiguió anotar. En defensa, la movilidad de sus jugadores les permite robar el balón aunque cuenten con un hombre menos. Así llegó una contra, de nuevo con Víctor Tomás como protagonista, pero esta vez Capón detuvo el intento del capitán blaugrana.

"Atacad a Rutenka"

En el primer tiempo muerto del partido, el técnico navarro Aitor Etxaburu pidió a sus jugadores que buscaran el uno contra uno ante Siarhei Rutenka. El bielorruso no es un buen defensor y ya había sido excluído en una ocasión, por lo que si conseguían forzar una nueva exclusión limitarían sobremanera el daño que el lateral les podría hacer en ataque.

Pero sus pupilos insistieron en jugar por el lado contrario e hicieron daño por allí, con alguna circulación del extremo Chocarro a doble pivote y con las trayectorias de derecha a izquierda de Borragán.

Aun así, no eran lo suficientemente efectivos para superar el entramado defensivo visitante y poco a poco el Barcelona fue aumentando su renta, hasta un claro 4-11 antes de cumplirse los primeros 20 minutos.

La diferencia podría haber sido más grande de no ser por el guardameta salmantino. Pero lo que no pudo hacer el charro es frenar a Lazarov desde los siete metros. El macedonio marcó la diferencia en el primer tiempo desde la línea de penalti. El juego colectivo azulgrana permitía llevar con facilidad el balón hasta los seis metros y forzar varias penas máximas. Lazarov se encargaba de transformar. Capón intentó detener las dos primeras, sin éxito. El canario Santana le sustituyó en la siguiente, pero tampoco pudo con el lanzamiento del macedonio. A la cuarta, por fin, Sánchez Capón consiguió parar el penalti de Lazarov.

En el otro lado de la cancha Saric hacía todo lo contrario. El bosnio, muy listo, detuvo dos lanzamientos de siete metros, uno a Nadoveza y otro a Ricard Reig, aguantando los amagos de ambos.

Pero el Anaita siguió forzando a la defensa blaugrana, sobre todo un agresivo Borragán, y consiuguió más opciones de penalti, que esta vez Nadoveza sí transformó en gol.

Funciona la pizarra

En los últimos minutos del primer tiempo adquirió protagonismo el pivote Noddesbo. El danés dejó un detalle 'marca de la casa' con un gran tanto de rosca con el que además forzó la exclusión de Borragán. Segundos después volvió a anotar finalizando una contra, y suyo fue también el gol que cerró el primer periodo.

Xavi Pascual pidió tiempo muerto para preparar los últimos 43 segundos del primer tiempo. Ordenó a su equipo la jugada "Kielce", en la que el central Sarmiento, después de sacar al pivote Noddesbo, circula a doble pivote. Tras esto, 'Pasqui' pidió a Lazarov que iniciara trayectoria hacia el centro para que Karabatic respondiera por detrás en cruce. La jugada se desarrolló tal cual estaba diseñada, y cuando llegó el balón a Lazarov el macedonio observó que Noddesbo estaba emparejado con Goñi, mucho más pequeño que él. 'Kiro' le dio el balón al danés, que se revolvió con fuerza y consiguió el gol desde los seis metros. Una acción que deja patente la calidad de la plantilla azulgrana y el entendimiento y buena química que reina en el equipo.

El tanto suponía el 10-17 con el que se llegaba al tiempo de descanso.

Trámite final

Los segundos 30 minutos se jugaron con el resultado en la cabeza de los jugadores. Los azulgranas habían conseguido una clara renta que se vería aumentada en los primeros minutos, gracias a los goles de actores nuevos en el partido, como Sorhaindo, Morros y Juanín. El serbio Nadoveza, que había sido el mejor del Anaitasuna hasta entonces, siguió cargando con el peso ofensivo de los anfitriones, pero no pudo impedir que la distancia llegara hasta los nueve goles (12-21) en el minuto 35.

Entonces llegó cierta relajación en las filas barcelonistas. El pivote Ricard Reig lo dejó patente al robar dos rechaces a la defensa de Pascual. El primero lo transformó él mismo en gol y el segundo se lo sirvió a Nadoveza para que él marcara su séptimo gol.

Si un catalán como Reig había hecho daño a los barcelonistas, un navarro como Gurbindo volvió a poner las cosas en su sitio. Varias penetraciones del lateral derecho espabilaron a los suyos, que volvieron a verse con nueve goles de renta.

En el último tramo del partido el lituano Rolandas Bernatonis tomó el testigo de Nadoveza. Cuatro goles consecutivos del lateral de Kaunas, acompañado con cuatro paradas de Santana, acercaron de nuevo al equipo blanco. Solamente Dani Sarmiento conseguía responder por parte visitante.

Los de Aitor Etxaburu maquillaron el resultado y llegaron a colocarse a cinco goles (28-33), pero Robin y Lazarov patentaron una sociedad limitada en los compases finales para terminar el partido con tranquilidad. El portero francés sirvió dos balones en largo al macedonio para que éste definiera sendas contras con maestría.

El partido moría con el luminoso reflejando un claro 28-36. El Helvetia Anaitasuna había realizado un buen papel ante su afición, forzando al gran favorito a un resultado por momentos más igualado de lo esperado. El Barcelona, por su parte, pudo utilizar a todos sus jugadores y cumplir con el primer objetivo, plantarse en la gran final. Los de Pascual están ya a 60 minutos de levantar el cuarto trofeo nacional de la temporada, una Copa del Rey a la que tienen muchas ganas, ya que hace cautro años que no levantan el título.

El rival será el Fraikin Granollers, que en un disputado duelo se deshizo del BM Huesca por 26-25.