El FC Barcelona tenía marcado en rojo uno de los seis títulos que disputaba esta temporada, la VELUX Champions League. Los de Xavi Pascual perdieron de forma cruel la pasada campaña ante el HSV Hamburg en la prórroga de la gran final, por lo que tienen unas ganas tremendas a esta competición.

El Barça es el rey de la Champions en balonmano. Los catalanes tienen el récord con ocho títulos, y el objetivo de esta campaña no era otro que conseguir el noveno. A dos días de terminar la temporada han vencido los cinco títulos que han disputado: Mundial de Clubes, Supercopa ASOBAL, Copa ASOBAL, Liga ASOBAL y Copa del Rey. Pero ellos quieren la Champions, tienen hambre, están deseosos de volver a sentarse en el trono europeo y olvidar así el mal trago de hace un año.

Karabatic y Lazarov han reforzado al equipo para levantar de nuevo la Champions

El cuerpo técnico, dirigido por el propio entrenador Pascual, ha configurado un equipo para dicho objetivo. Si la plantilla del Barcelona ya era de primer nivel, los refuerzos de este verano buscaron dar un paso más y formar un grupo al que todos temieran antes de saltar a la pista. Para ello, lo mejor es fichar al que posiblemente sea el mejor jugador de la última década y para muchos el mejor jugador de la historia. Un jugador que ha hecho historia con su selección, llevándola a conquistar dos Juegos Olímpicos, dos Mundiales y tres Europeos, y que además ha ganado la Champions con dos equipos distintos, además de ser distinguido como mejor jugador en infinidad de torneos. Un jugador que marca diferencias desde la defensa y que asume el liderazgo ofensivo en los momentos cruciales. Esta estrella no es otra que Nikola Karabatic. El francés ha llegado a Barcelona para volver a levantar la copa, la que sería su tercera con tres equipos de países distintos.

Pero los refuerzos no quedaron en el 'Mago de Nis'. El segundo fichaje estrella fue uno de los brazos izquierdos más temidos del continente, quizás el mayor talento goleador de los últimos tiempos, el macedonio Kiril Lazarov.

Una plantilla de ensueño

Aparte de las nuevas piezas, el Barcelona se completa con jugadores de primer nivel. La dupla en portería es difícilmente igualable en Europa, con Saric y Sterbik rotando bajo los palos.

Dos centrales de la calidad de Raúl Entrerríos y Dani Sarmiento dirigen el ataque del equipo; los extremos están guardados por dos de los jugadores más veloces del planeta, que además poseen muñecas de terciopelo, son el capitán Víctor Tomás y 'Juanín' García. El leonés, que ya ha anunciado que este verano abandonará la disciplina del Barça, dará su último servicio al que durante nueve años ha sido su equipo, el que le ha hecho campeón de Europa. Suplentes de lujo como Martin Stranovsky, Aitor Ariño y Joan Saubich les dan minutos de descanso de calidad.

En los laterales, cañoneros de la talla del mencionado Lazarov y el bielorruso Siarhei Rutenka ejercen de goleadores, con Karabatic completando la nómina y Gurbindo aportando solidez al lado derecho. Para fajarse en los seis metros, dos pivotes corpulentos, rápidos y hábiles, con muñecas casi tan suaves como las de los extremos: el francés Cedric Sorhaindo y el danés Jesper Brian Noddesbo. Por último, su especialista defensivo es uno de los más reconocidos del mundo. El canterano Viran Morros maneja el centro de la defensa como nadie.

Temporada casi inmaculada

Tras una temporada extraordinaria los catalanes están a dos partidos del objetivo. Los de 'Pasqui' completaron una primera fase de lujo, con ocho victorias en diez partidos. Sólo tropezaron en sus salidas a Macedonia, la primera contra el Vardar en el partido inaugural (empate) y la segunda en la última jornada, cuando ya estaba todo decidido, contra el Metalurg (derrota).

En octavos de final se deshicieron del Aalborg danés con suma facilidad, imponiéndose por un resultado global de 60-42.

La remontada en el Palau fue memorable. Foto: EFE.

La eliminatoria de cuartos de final sí fue un duro escollo. El rival, nada menos que el Rhein-Neckar Löwen. Los 'leones' cuajaron un partido de ida espectacular en Mannheim y liderados por un excepcional Uwe Gensheimer (14 goles) se impusieron por 38-31. La sangría pudo ser mayor, pero los barcelonistas se acercaron en los minutos finales y dejaron una puerta abierta a la remontada.

Para mantenerse vivos los culés necesitaban una nueva proeza en el Palau Blaugrana, el escenario que tantas tardes de gloria había brindado, y la magia de el pabellón barcelonés volvió a surgir. En un partido de vuelta emocionante, el Barça ganó por 31-24, justo lo que necesitaba para estar de nuevo en la Final Four.

El Flensburg, duro rival

Enfrente tendrá un equipo con mayúsculas. Un viejo conocido como el sueco Ljubomir Vranjes dirige al conjunto alemán. El pequeño pero fortísimo lateral de 1,66 metros de altura fue un jugador de referencia, campeón mundial y triple campeón europeo con su selección. Pasó dos años en España, en las filas del Granollers, antes de emigrar a Alemania. Ahora, desde el banquillo, ha llevado al Flensburg a unas semifinales de Champions, ocho años después de la última vez.

El teutón es un equipo muy serio, sostenido por un portero veterano, pasional e inteligente como el sueco Mattias Andersson, exjugador del Barcelona. El genial extremo Anders Eggert aporta la dosis de calidad al equipo. El mayor peligro ofensivo, aparte del danés, son sus laterales derechos, el junco alemán Holger Glandorf y su compatriota Steffen Weinhold, de complexión más fuerte. La capacidad goleadora del central sueco Gottfridsson y el juego con el pivote danés Knudsen también son sus señas de identidad.

Más sufrimiento para llegar al mismo punto

El camino de los alemanes hasta este punto no ha sido tan brillante como el de su rival, y también han estado cerca de verse apeados de la competición. Los de Vranjes fueron segundos de grupo en la primera fase, por detrás del actual campeón, el Hamburgo. En octavos sufrieron para deshacerse del Celje Pivovarna Lasko. Perdieron en la ida en Eslovenia por 26-25 y se vieron obligados a remontar en casa. Lo consiguieron, gracias a un excepcional partido de Eggert y Gottfridsson. Vencieron por 30-27 y se plantaron entre los ocho mejores por segunda temporada consecutiva.

En la ronda de cuartos volvieron a verse más fuera que dentro. El rival no era otro que el HC Vardar macedonio. Esta vez el partido de ida lo disfrutaron en casa, pero se vieron obligados a remontar, puesto que los de Raúl González comenzaron más entonados. Al final consiguieron una renta de dos goles (24-22), que pudo ser de tres si el último gol de Eggert hubiera entrado en la portería unas décimas de segundo antes.

En la vuelta, disputada en Skopje, debían aguantar el resultado. Lo cierto es que al principio parecía que lo tenían encarrilado, pues en pleno segundo tiempo ganaba por un claro 11-17. Pero entonces el equipo entró en barrena y encajó un parcial de 13-3. A poco más de un minuto para el final el Vardar vencía por 27-23, por lo que el Flensburg necesitaba dos goles para llegar a Colonia. Llegó el momento de Glandorf, que anotó un gol y provocó un penalti, que transformó Eggert a diez segundos para la conclusión. Sudando frío, pero el Flensburg estaría en la Final Four.

Duros precedentes para el Barça

El Barcelona está en una buena posición para llevarse la novena Champions League. Esta será la decimosexta semifinal de la máxima competición europea que disputen, y buscan la decimotercera final. El reto es difícil, pues ganar a un equipo alemán en su país no es nada fácil. A buen seguro que la grada del Lanxess Arena empujará a los de Vranjes, y es complicado que los 500 aficionados que viajarán para apoyar al Barça consigan callar a los 19.500 aficionados restantes.

El Barça ha perdido 18 de sus 25 partidos en Alemania

Alemania es una tierra difícil para el Barcelona, siempre ha tenido dificultades para sacar algo positivo de allí. Los catalanes han jugado 55 veces contra equipos germanos en Europa, con 27 victorias, 26 derrotas y dos empates. Pero reduciendo el espectro a los 25 partidos que se disputaron en Alemania, 18 de esos embites terminaron con derrota catalana, con sólo cinco triunfos y dos empates.

Esta será la cuarta vez en cinco años que el Barcelona se medirá a un equipo teutón en Colonia, en la Final Four. La primera vez fue en la final de la temporada 2009/10, el Kiel se llevó la victoria y el trofeo por un resultado de 36-34. Un año después el Barça ganó al Rhein-Neckar en semifinales por 30-28 y se desquitaron. En la final vencieron al Ciudad Real y levantaron la que hasta hoy es la última Champions del equipo.

La otra ocasión en que se enfrentaron a un alemán en el escenario de hoy fue la citada final de la temporada pasada, de infausto recuerdo, con la derrota en la prórroga por 30-29 ante el Hamburgo.

Pero el pasado no es más que eso, pasado. Este es el presente y el Barcelona tiene amplias posibilidades de imponerse. La Champions League espera al nuevo campeón. El FC Barcelona tiene muchas papeletas para firmar por novena vez en el libro de los campeones. Calidad y ganas tienen de sobra, sólo queda plasmarlo en el 40x20.