Los españoles quedaron desolados tras la derrota frente a Alemania el pasado viernes. Sólo le quedaba a los hombres de Isidoro Martínez resarcirse con un metal, aunque fuera el bronce.

Pero saltaron a la pista de Linz con poca agresividad, demasiado tocados por el resultado del pasado viernes. Y parecía que les iba a pasar demasiada factura. La defensa danesa era inquebrantable y en la zaga las cosas no salían mucho mejor. Un parcial de 5-1 dejaba al combinado júnior casi noqueado. Y sólo habían pasado 10 minutos de partido.

La defensa mejoró y surgió en ataque la figura de Jon Azkue. El lateral diestro del Bidasoa se echó al equipo a la espalda, y con sus goles y varios reajustes en el 6-0, la selección júnior mejoró, y mucho. Poco a poco se fue acercando en el electrónico.

Un segundo tiempo de escándalo

Los hombres de Isidoro Martínez, gracias a un gol de penalti y el poco acierto de los daneses en las últimas jugadas del primer periodo, se marchaban al descanso con un solo gol de desventaja (15-14), lo que les permitía soñar de cara a la segunda mitad.

Apenas dos jugadas en el segundo periodo, con un gol de Jon Azkue y una exclusión al danés Pedersen iban a dar alas a los españoles, que se ponían por delante en el marcador en el minuto 6 (16-17).

El cuadro español movía muy bien la pelota y provocaba numerosas imprecisiones en la zaga nórdica, que se veía ampliamente superada en todas las líneas, en especial desde los 9 metros. Desde allí, Azkue o Sánchez-Migallón lanzaban con facilidad para perforar la portería danesa, o bien buscaban a ese grandísimo pivote que es Nacho Plaza.

Pero también provocaban exclusiones (el principal hándicap de los daneses, que terminaron con siete excluidos) que terminaron por demoler la muralla nórdica que parecía infranqueable en los primeros treinta minutos.

A la vez comenzó a aparecer la defensa, los de Isidoro Martínez recuperaban balones, salían al contraataque, y en la portería, Carlos Calle se convertía en un muro para los daneses.

A falta de doce minutos para el final, España se ponía con un 20-24 que parecía definitivo, pero Dinamarca, que ha demostrado durante el campeonato ser una de las grandes favoritas, no tiró la toalla y volvió a acercarse más con el corazón que con la cabeza.

Pero el tiempo era un elemento que jugaba en contra de los nórdicos, y las imprecisiones se hicieron cada vez más frecuentes lo que permitía a los de Martínez salir a la contra y matar el encuentro, como hicieron, para terminar con un claro 27-29.

Con este bronce, la selección española júnior aumenta aún más si cabe, el palmarés de la categoría, ya que España no se baja del cuarto puesto en los últimos siete campeonatos del Mundo o de Europa juveniles o júnior.