Irán: debutante en un mar de problemas

Irán es un país difícil, en el que la política y la religión lo marcan todo. En materia deportiva la tradición no es grande y casi todo se limita al fútbol, el voleibol y la lucha. Pero en los últimos años otro deporte ha empezado a adquirir protagonismo: el balonmano. Todo ha llegado de parte de un magnate que en la ciudad de Sabzevar ha hecho crecer al equipo Samen Al-Hojaj. Para ello contrató en octubre de 2012 a un entrenador español, Rafa Guijosa. El mejor jugador del mundo de 1999 hizo las maletas y acudió a la llamada, y su trabajo en el club le sirvió para que la federación nacional, patrocinada por el mismo magnate, le nombrara seleccionador apenas tres meses después.

Durante el siguiente año Guijosa preparó al equipo nacional iraní para el Campeonato de Asia, con la esperanza de luchar por los primeros puestos y, por primera vez en su historia, conseguir una plaza para el Mundial que se disputaría en Qatar en 2015.

Irán se hizo con una de las tres plazas asiáticas con su bronce en el Campeonato de Asia

El Campeonato de Asia disputado en Bahréin fue de lo más irregular para ellos. De esta competición saldrían tres plazas para el Mundial. Toda vez que Qatar iba a estar en el Mundial sí o si, en calidad de organizador, si los de Valero Rivera llegaban a semifinales las otras tres selecciones que les acompañaran tendrían el billete seguro.

Por tanto, el objetivo de todos en el campeonato era acceder a semifinales. Irán quedó encuadrado con Bahréin, Corea del Sur, Arabia Saudí, China y Uzbekistán. Ganó a las dos últimas, como todos los demás, pero empató con las tres selecciones fuertes: con la bahreiní, con la coreana y con la saudita. Estos resultados les colocaron con siete puntos, empatados con Corea del Sur. Por suerte para ellos, el ‘gol average’ les favorecía y gracias a ello pasaban a semifinales. Como Qatar había ganado el otro grupo, el pasaporte al Mundial estaba sellado: por primera vez estarían en el mayor evento planetario del balonmano.

En la lucha por la final se encontró con la selección de Qatar, entrenada por Valero Rivera, que en un igualadísimo partido terminó imponiéndose por 23-22, dejando a Irán y Rafa Guijosa muy cerca de hacer historia. El premio menor, la medalla de bronce, se la jugarían contra Emiratos Árabes Unidos, cuya selección entrenaba otro español, Julián Ruiz. Los iraníes cuajaron su mejor encuentro del campeonato y ganaron por 29-23 para hacerse con su primera medalla continental.

Pero el mejor premio es que por primera vez iban a ir a un Mundial. Hasta ahora su actuación internacional se ha limitado a los Campeonatos de Asia y a los Juegos Asiáticos. Por eso miran con impaciencia al comienzo de este Mundial 2015, mientras el resto del mundo les mirará a ellos con curiosidad.

El gran artífice de este éxito, sin embargo, no estará en la cita. Y es que Rafa Guijosa abandonó la selección después de clasificarla, por problemas con la federación iraní. En su lugar será el esloveno Borut Macek, que ya entrenó al combinado persa en 2010.

Un equipo al que le gusta correr

La calidad del equipo iraní es limitada. Como todas las selecciones de poca tradición, lo que menos tienen sus jugadores es sentido táctico. Así lo explicaba Rafa Guijosa cuando todavía entrenaba a estos jugadores: “Les faltaba disciplina, educación deportiva. Los jugadores eran excesivamente egocéntricos, solo miraban su rendimiento individual. He conseguido cambiarles el objetivo individual por el del equipo”.

A los jugadores de Irán les falta disciplina y sentido táctico

Aun con el trabajo de Guijosa, todavía son un equipo bastante caótico en el que cada uno juega a una cosa distinta, a intentar resolver de forma individual. Falta continuidad en el juego combinativo, es algo que necesitará mucho más tiempo para cuajar. Es además una selección joven, nacida prácticamente en su totalidad después de 1988 y que todavía tiene mucho que aprender.

Lo que sí tienen muy interiorizado los jugadores es la voluntad de correr. Cuando recuperan el balón buscan siempre el ataque rápido, si se puede en contraataque directo bien, si no, se sigue corriendo en segunda oleada.

El ataque estático gira en torno a los hermanos Esteki. El mayor, Allahkaram, dirige el juego desde la posición de central, mientras Sajjad actúa desde el lateral izquierdo. Ambos son los más peligrosos en ataque, son grandes goleadores, potentes. Sus fintas, tanto al punto fuerte como al débil, tienen éxito más por fuerza que por velocidad, pararles en carrera es complicado. Sajjad, además, puede jugar de lateral derecho, aunque no genera tanto peligro como desde el otro lado.

En la recámara siempre está esperando en el banquillo Mohammad Reza Rajabi, el máximo goleador de la selección. Es el único jugador que no milita en la liga local, pues juega en el Al Janoob de Irak. El joven Mehrdad Samsami también puede ayudar mucho, ya sea jugando de central o de lateral izquierdo o incluso de extremo izquierdo.

La primera línea se completa con el zurdo Sajad Nadri, talentoso en ataque pero mal defensor, algo endeble físicamente. Por eso su presencia suele llevar asociado un cambio ataque-defensa.

En el extremo derecho rotan Milad Masaeli y Omid Sekenari. El primero es alto y más talentoso, con buena muñeca. Por el extremo izquierdo destaca sobre todos Eshan Abouei Mehrizi.

El pivote Bijari recuerda al tunecino Issam Tej

El pivote cuenta con dos jugadores de perfiles distintos. Mehdi Bijari es más veterano y recuerda por su fisionomía, su corpulencia y su forma de moverse al tunecino Issam Tej. Por su parte, Alireza Mousavi es más joven y se nota, pero con sus 197 cm es el techo de su selección y cuando juega en ataque le suelen buscar bastante con balones por arriba. Los dos son buenos defensores.

El 6:0 defensivo es casi inamovible, con Rajabi, Bijari y Mousavi en el centro de la zaga. Es una defensa que a veces se desordena en las salidas, por lo que sufrirán contra los buenos equipos. Son agresivos en el centro, pero por las zonas exteriores tienen bastantes problemas. Con frecuencia utilizan la defensa mixta cuando juegan en superioridad.

El portero más sólido es Saeid Barkhordari. Es ágil y bastante emocional, por lo que en un día inspirado es de los que pueden desquiciar a los jugadores rivales.

Nada más que disfrutar la estancia

Irán no puede ni debe llegar a Qatar con ninguna obligación. Es probablemente el equipo más débil del campeonato, con lo que las expectativas de lograr alguna victoria son remotas.

Irán es probablemente el equipo más débil del campeonato

Su grupo no es ni mucho menos el más complicado, pero están a un nivel lejano del de sus rivales. Croacia está muy por encima de los demás y, aunque los otros cuatro integrantes son más accesibles, será difícil que Irán sume algún punto. Hay dos selecciones de un segundo nivel europeo, como son Macedonia y Austria, y una de las selecciones africanas de más tradición como Túnez. El rival más accesible será Bosnia-Herzegovina, pero será también difícil que le puedan disputar el partido.

Por tanto, el único objetivo debe ser disfrutar de la primera participación en un Mundial y dar el máximo. El baremo para medir su rendimiento no puede estar en sus resultados, sino en la forma de jugar y en sus propias sensaciones. Será su primera experiencia midiéndose a selecciones mucho más grandes, de las que pueden aprender y en las que deben fijarse para que en el futuro su presencia en grandes campeonatos sea más habitual.

El técnico: Borut Macek

El asunto del seleccionador ha supuesto la gran polémica antes del Mundial. El alcalaíno Rafa Guijosa llegó con la intención de hacer crecer el balonmano en Irán a partir de una apuesta a largo plazo. Haciendo uso de su experiencia en España diseñó un plan de futuro y se creó una escuela con más de 500 niños y jóvenes, con seis equipos de tecnificación e incluso uno femenino, algo especialmente difícil en ese país.

Pero poco a poco las cosas empezaron a torcerse. Para empezar él estaba ‘solo’ al frente de la selección, sin ayudantes de su confianza. “Preferimos que formes a gente iraní”, le decían. El propio Guijosa admitía sentir cierta envidia hacia sus colegas españoles en el mundo árabe: “Veía a Valero, rodeado por toda su gente, y yo solo con mis persas y un montón de problemas”.

El colmo llegó cuando la federación nombró al esloveno Borut Macek como nuevo director técnico sin hablar con Guijosa. El español, que había pedido rodearse de gente de su confianza, se tomó el nombramiento como un ataque directo contra él.

Por eso, finalmente la relación se rompió y el otrora gran extremo se quedó sin Mundial. El propio Macek, que ya había sido seleccionador iraní, tomó las riendas del equipo.

Macek lleva casi 20 años entrenando y prácticamente la mitad los ha pasado en equipos árabes. Después de retirarse, en 1996 comenzó a entrenar en Eslovenia y Austria. Pero fue en 2004 cuando dio el paso a su nueva vida, aceptando una oferta para dirigir el Kazam Sport Club kuwaití. Desde entonces comenzó a entrenar a diferentes equipos del golfo Pérsico, incluyendo selecciones nacionales como las de Kuwait, Bahréin o el propio Irán, con quien consiguió la plata en los Juegos Asiáticos. Eran siempre trabajos de meses, máximo uno o dos años.

Su mejor época llegó como seleccionador de Qatar. Entre 2010 y 2013 consiguió una medalla de plata en el Campeonato de Asia 2012, otro segundo puesto en el Campeonato del Golfo y la clasificación para el Mundial de España.

La estrella: Sajjad Esteki

A sus 24 años el menor de los Esteki se ha convertido en la gran referencia de su selección. Es un jugador de fuerza, no excesivamente alto pero sí de espalda ancha y potente. Tiene capacidad para lanzar desde fuera y calidad para hacerlo con armados variados, sobre todo de cadera. También tiene habilidad para jugar con el pivote. Cuando la defensa se cierra sobre él es capaz de buscar al jugador mejor situado y asistir.

Su polivalencia le permite jugar de lateral derecho, aunque su posición natural está en el lateral contrario. Tiene además buen desplazamiento lateral, lo que le ayuda a defender con eficiencia, sin ser un especialista.

Sus compañeros le buscan en momentos de agobio en los que el ataque parece atascado. Es un jugador que podría jugar en un equipo europeo, aunque quizás no en uno de primera fila. En el Mundial Júnior de 2011 fue el máximo goleador del campeonato, donde compitió contra jugadores de la talla de Mads Mensah Larsen, Christian Dissinger o Andreas Nilsson. Habrá que ver cómo responde en un evento de la magnitud de un Mundial.

Jugadores clave: Allahkaram Esteki y Saeid Barkhordari

Como la mayoría del combinado iraní, Allahkaram Esteki juega en el Samen Al-Hojaj. No tiene la polivalencia de Sajjad, está más encasillado en el central. Aun así, su aportación a la selección iraní es tan importante como la de su hermano. Es un jugador de características similares, aunque algo más grande y potente. Tiene también mucha capacidad de lanzamiento y suele terminar los partidos con más de cuatro goles anotados. Sin embargo, no es buen defensor y siempre obliga a su equipo a realizar un cambio ataque-defensa.

El portero Barkhordari es otro de los puntos fuertes del equipo. No es excesivamente alto (190 cm) y tiene bastante peso, pero no por ello deja de ser rápido y ágil. Tiene mucha soltura para ir al suelo y en ocasiones abusa de esa querencia por ir abajo. Es de los porteros a los que les gusta celebrar sus intervenciones, tratando siempre de minar la moral de los rivales. En Qatar tendrá la oportunidad de demostrar que es capaz de parar contra los mejores jugadores del mundo.

Calendario primera fase

Lista de convocados