España es uno de los países del momento en cuanto a balonmano se refiere. Es cierto que la Liga ASOBAL está lejos de ser lo que era hace apenas un lustro, la mejor liga del planeta junto a la Bundesliga, pero los jugadores españoles siguen siendo referencia y cada invierno se juntan para demostrar su calidad.

Lo que aconteció a principios de 2013 en España fue algo así como una fiesta del balonmano nacional, que comenzó allá por octubre de 2010. La Federación Española de Balonmano, con su presidente Juan de Dios Román a la cabeza, luchaba por albergar el Mundial. La renuncia de Corea del Sur y Dinamarca, primero, y de Noruega, después, dejó a España como única candidata y la IHF le otorgó la responsabilidad de albergar el evento.

Sobreponiéndose a las dificultades

El proyecto inicial incluía ocho sedes: Barcelona, Madrid, Granollers, Sevilla, Zaragoza, Ciudad Real, Málaga y Valladolid. Por motivos principalmente económicos las tres últimas ciudades se vieron obligadas a renunciar, por lo que finalmente las sedes fueron seis, con la inclusión de Guadalajara.

Ciudad Real, Málaga y Valladolid renunciaron como sedes del Mundial

De esta forma, la primera fase se jugaría en Barcelona y Granollers (grupo A), Sevilla (grupo B), Zaragoza (grupo C) y Madrid (grupo D). Posteriormente, la Copa Presidente se disputaría en el Multiusos de Guadalajara y la fase final entre Zaragoza y Barcelona. El Palau Sant Jordi de la Ciudad Condal sería el escenario elegido para la disputa de la gran final.

Hubo que trabajar para que la Caja Mágica fuera apta. Foto: Jesús Rubio.

Los problemas de Ciudad Real, Málaga y Valladolid no fueron los únicos a los que tuvo que hacer frente la candidatura española. La sede de Madrid se vio afectada por los trágicos sucesos que tuvieron lugar en el Madrid Arena la noche de 'Halloween' de 2012. Cinco chicas fallecieron en la desgraciada macrofiesta de la noche del 1 de noviembre en el pabellón que iba a albergar los partidos del grupo de España. La federación tuvo que moverse y escogió la Caja Mágica como alternativa. Aunque en un principio la IHF no aceptó el pabellón por problemas de iluminación, accesibilidad y visibilidad, finalmente dio luz verde tras los cambios que diseñaron el Ayuntamiento de Madrid y la federación de balonmano. Por tanto, la Caja Mágica acogería los partidos del equipo que había sido bautizado como el de los 'Hispanos'.

Primera fase

El sorteo deparó una primera fase con muchos puntos de interés. De cada uno de los cuatro grupos de seis equipos saldrían cuatro octavofinalistas. En la ronda de los 16 mejores se cruzarían los grupos A y B, por un lado, y los grupos C y D por el otro. El primero de un grupo se enfrentaría al cuarto del otro y el segundo se mediría al tercero del otro grupo.

El grupo A fue uno de los más igualados e interesantes. Alemania y Francia eran a priori las selecciones más fuertes y así terminó siendo. Las dos terminaron con un solo partido perdido: los galos cayeron en el duelo con los alemanes, mientras los germanos se dejaron sorprender por Túnez en un partido fantástico de Wael Jallouz. Finalmente la emergente Brasil y la propia Túnez se hicieron con la tercera y la cuarta plaza respectivamente.

En el grupo B había un gran favorito: el combinado de Dinamarca. Como era de esperar, los de la península de Jutlandia vencieron todos sus partidos, mientras que Rusia, Islandia y Macedonia se hicieron, por este orden, con las restantes plazas. Qatar y Chile dijeron adiós al campeonato.

El siguiente grupo era quizás el más flojo. Eslovenia dio la sorpresa al clasificarse por delante de dos selecciones más potentes en un principio, como las de Polonia y Serbia. La Bielorrusia de Rutenka fue cuarta en el grupo, dejando fuera a Arabia Saudí y una Corea del Sur venida a menos.

La victoria de España contra Hungría fue decisiva, la derrota contra Croacia poco importaba ya

El grupo de España tenía dos niveles bien diferenciados. Por un lado, los 'Hispanos' lucharían con Croacia y Hungría por los primeros puestos, mientras Egipto, Argelia y Australia pugnarían por la última plaza para octavos. El desarrollo del grupo fue más o menos el esperado. Las tres selecciones mejores vencieron a las otras tres y se repartirían las primeras plazas en sus enfrentamientos directos. España ganó a los magiares en un partido en el que la defensa mixta de Ariño sobre Nagy fue una de las claves. Se jugarían con Croacia el primer puesto del grupo en el último partido. Fue un duelo extraño, ya que a priori el perdedor tendría un cuadro menos exigente hasta llegar a la final. Hubo mucha suspicacia sobre lo acontecido en la pista y puede que con razón. El encuentro fue igualado y hubo más errores de lo habitual, y al final Croacia se impuso por los fallos de los españoles.

Una Copa Presidente de 'ARGenta'

Los equipos que no consiguieron sellar el pasaporte con destino octavos de final se dieron cita en Guadalajara para la disputa de la Copa Presidente. Esta competición es un castigo para las selecciones potentes que caen eliminadas antes de tiempo (como le sucedió a España en Croacia 2009), pero es una buena prueba para las menos experimentadas y más humildes.

Argelia venció a Argentina en la Presidents Cup. Foto: Oscar de Marcos.

En esta edición las más fuertes fueron Argentina y Argelia. Los 'Gladiadores' demostraron que el balonmano está creciendo sobremanera en su país y que la albiceleste será un equipo a tener en cuenta en el futuro. Argelia, por su parte, se mantiene como siempre entre las mejores representantes africanas.

Finalmente la victoria en el partido decisivo fue para Argelia, que venció por 29-23 y consiguió la decimoséptima posición final. Por otra parte, esta singular copa sirvió para confirmar a Australia como la selección más débil del campeonato.

Octavos sin sorpresas

La ronda de los 16 mejores equipos se resolvió con resultados lógicos, aunque algunos de forma muy igualada. Por la parte alta del cuadro, Dinamarca venció con claridad a Túnez. Aunque la estrella danesa Mikkel Hansen no estaba cuajando su mejor torneo, entre el portero Landin y el extremo Eggert estaban llevando a Dinamarca de forma placentera por el campeonato. Se enfrentarían en cuartos de final con Hungría, que apalizó a Polonia en un partidazo de Gergo Ivancsik.

Francia sufrió para vencer a Islandia

El siguiente duelo de cuartos enfrentaría a Francia y Croacia, que ganaron sus respectivos compromisos contra Islandia y Bielorrusia. Los galos sufrieron más de lo previsto para deshacerse de una correosa Islandia, pero finalmente lo consiguieron guiados por los extremos Guigou y Honrubia. Croacia tuvo muchos menos problemas para vencer a los bielorrusos.

En la otra parte del cuadro avanzaba veloz España, que solucionó su partido de octavos contra Serbia con una primera parte casi perfecta, con Sarmiento y Albert Rocas de protagonistas. Su rival en la siguiente ronda sería Alemania, que controló a la perfección el resultado de su partido con Bielorrusia.

El partido más emocionante lo protagonizaron las selecciones de Brasil y Rusia. Ninguno de los dos equipos consiguió imponer su juego y todo se decidió en los últimos minutos. Rusia llegó a gozar de tres goles de ventaja, pero los sudamericanos lucharon y Arthur Patrianova tuvo balón para empatar a siete segundos del final. Más fácil lo tuvo Eslovenia en el último enfrentamiento, ante Egipto. El zurdo Jure Dolenec guió a su equipo contra los faraones y metió a Eslovenia entre los ocho mejores.

Cuartos de infarto

Se acercaban las rondas finales y sólo las selecciones más fuertes seguían en competición. La ronda de cuartos de final dejaba ya algunos partidos que bien podían haberse considerado una final anticipada.

Especialmente interesante fue el enfrentamiento entre Croacia y Francia. Dos de las mejores selecciones de los últimos tiempos, protagonistas de la final de 2009, se medían en esta eliminatoria. Aunque habían dado síntomas de no estar en su mejor momento, los franceses eran el equipo a batir por todos. Algunos meses antes habían subido a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de Londres, dejando por el camino precisamente a Croacia. Los balcánicos tenían pues ganas de revancha y sus ansias terminaron por saciarse. El portero Alilovic puso seguridad atrás y Duvnjak, con nueve goles, terminó de matar a los galos. El Mundial del central croata estaba siendo simplemente espectacular.

Croacia terminó con el sueño de Francia de lograr tres Mundiales seguidos

Francia, por su parte, decía adiós a su sueño de imponerse en un tercer Mundial consecutivo, tras los éxitos de 2009 y 2011. Lo hacía en una ronda más temprana de lo esperado y muchos comenzaron a hablar del fin de una generación dorada. Como demostraron doce meses después, enterrarles antes de tiempo fue todo un error y 'les Experts' siguen siendo los referentes del balonmano europeo y mundial.

Por ese puesto de líder también lucha Dinamarca, que en su partido de cuartos de final ganó con sufrimiento a Hungría, gracias a un partidazo de Landin en portería y del zurdo Hans Lindberg en la ofensiva.

España también se enfrentaba a una selección importante, Alemania. El combinado germano ha sido siempre una de las bestias negras de España, pero esta vez no iba a cumplirse la tradición. Esta vez no, no en casa. La fantástica segunda mitad del 'Quillo' Sierra bajo palos y la famosa sociedad Alberto Entrerríos - Julen Aginagalde en ataque acabaron con la resistencia teutona. Dos años después del bronce en Suecia, España estaría de nuevo en semifinales.

El cuarto equipo semifinalista salió de una auténtica batalla. Eso y no otra cosa fue el partido que protagonizaron Rusia y Eslovenia. La dureza de los euroasiáticos fue por momentos excesiva y les llevó a perder a tres de sus mejores hombres: el pivote Chipurin y Evdokimov fueron excluídos tres veces, mientras que el lateral Gorbok vio la roja directa. Eslovenia puso algo más de cordura y combinaron la experiencia de los veteranos Zorman y Zvizej con el talento del joven Gasper Marguc para terminar venciendo por 27-28. El pequeño país exyugoslavo consiguió colarse por primera vez entre los cuatro mejores de todo un Mundial.

Espectáculo en semifinales

La victoria de Croacia contra España en primera ronda le dio un regalo envenenado, el de enfrentarse a Dinamarca en la primera semifinal. El partido bien podría haber sido la final del campeonato, pero el destino les cruzó antes. Se esperaba un encuentro igualado, pero los de Ulrik Wilbek no querían que fuera así. El inicio del partido de Dinamarca, con un Niklas Landin estratosférico asustó a los croatas, que se vieron ahogados por la defensa rival. El 6-1 inicial dio una ventaja a Dinamarca que supo administrar durante todo el partido.

Dinamarca dio un golpe de autoridad contra Croacia

El capataz balcánico Duvnjak realizó su peor partido del campeonato y solamente un inesperado Damir Bicanic mantuvo el orgullo croata. Entre los daneses, ante la floja actuación de Mikkel Hansen (de nuevo), fue el genial extremo Anders Eggert el que lideró a los nórdicos a la final.

En la otra semifinal todo el favoritismo recaía en España. Por historia, experiencia, jugadores y por jugar en casa, todos los ingredientes parecían preparados para que los de Valero Rivera avasallaran a Eslovenia en el Palau Sant Jordi. Pero no fue tan fácil. Tras un comienzo igualado España puso tierra de por medio y una contra de Gedeón Guardiola daba cinco goles de ventaja a los 'Hispanos'. Daba la sensación de que el pez gordo iba a zamparse al pez chico rápidamente, pero entonces apareció Gasper Marguc para volver a meter a los eslovenos en el partido. Tanto que en el descanso el resultado era de 13-12.

España hizo una gran segunda parte ante Eslovenia y selló su billete para la final

Eslovenia había metido el miedo en el cuerpo a los espectadores del Palau, pero tras el descanso la garra de los españoles salió a relucir. La defensa mejoró en intensidad y aparecieron las efectivas contras de los anfitriones. La ventaja española llegó a los siete goles y los de Valero Rivera afrontaron con relativa comodidad los minutos finales del encuentro. Con el pitido final España explotó: se clasificaba para la final de un Mundial en casa.

Una paliza histórica

A pesar de las grandes sensaciones que había dado la selección española de balonmano, la empresa final parecía una quimera. El equipo que se encontraba al otro lado de la pista era el nuevo dominador, el campeón de Europa, la 'kryptonita' de España. La Dinamarca de Ulrik Wilbek y la España de Valero Rivera se habían enfrentado en bastantes ocasiones en los últimos dos años con el mismo resultado: victoria danesa. Así había sido en la semifinal del Mundial 2011, en la semifinal del Europeo 2012 y en los Juegos Olímpicos de Londres. Había un componente mental en la superioridad danesa, parecía imposible que ese grupo de jugadores españoles consiguiera ganar nunca a esa Dinamarca.

El favoritismo danés era total

Tan fuerte era ese sentimiento que para el conjunto de los españoles la clasificación para la final ya se consideraba un éxito rotundo. Planeaba en el ambiente la sensación de que Dinamarca era netamente superior y que poco había que hacer contra el rival que había tocado en gracia. El aficionado español casi asumía la medalla de plata y se congratulaba por ello.

Pero había un grupo de españoles que se negaba a caer en esa tentación, que pretendían luchar hasta el final por el dorado metal. Eran los jugadores y el cuerpo técnico de la selección, los 'Hispanos'.

La cara de las estrellas danesas era un poema.

Lo que aconteció en el Palau Sant Jordi el 27 de enero de 2013 fue un orgasmo del aficionado español. La final del Mundial se convirtió en una de las mayores exhibiciones que este deporte ha visto nunca, en una paliza histórica que quedará grabada para siempre en la memoria de españoles y daneses.

Puede que Dinamarca también entrara en el partido habiendo escuchado el ruido de fondo que presagiaba su victoria, puede que hubiera relajación en sus jugadores, o puede que la responsabilidad hiciera temblar todos los músculos de sus jugadores. Fuera por la razón que fuera, el resultado fue el peor partido de la historia de Dinamarca.

A España le salió todo bien

La actuación de las estrellas danesas fue desastrosa: Landin no paró ni los balones fáciles, Hansen parecía asustado y Eggert falló todo lo que durante su carrera ha sido gol. A España, por el contrario, le salió todo bien. Su defensa estuvo férrea y agresiva, Sterbik estuvo imperial en portería, Cañellas demostró que es uno de los mejores jugadores del mundo, Guardiola, Rivera y Maqueda frieron a contragolpes a los daneses y Alberto Entrerríos firmó su retirada de la selección de la mejor manera posible.

España llegó a tener 17 goles de ventaja

Todos los pronósticos se fueron a pique y la final duró menos de media hora. Al llegar al descanso España vencía por 18-10 y Dinamarca no daba síntomas de tener capacidad de reacción. Por si quedaba alguna duda el inicio de la segunda mitad terminó por confirmar la paliza, España llegó a gozar de 17 goles de ventaja con el 29-12. La grada del Sant Jordi era una fiesta española y los hinchas se pellizcaban, pensando que vivían un sueño.

La actitud de los jugadores daneses fue decepcionante, en ningún momento mostraron ganas de arreglarlo u orgullo por intentarlo. Casi parecía que querían irse de allí cuanto antes. Las caras del banquillo, empezando por Ulrik Wilbek, eran de una mezcla de decepción y susto. Tuvieron que esperar a que se cumplieran los 60 minutos para terminar su agonía.

Todo lo contrario se vivía en el otro banquillo. Los 'Hispanos' acababan de escribir la página más dorada de la historia del balonmano español. Valero Rivera se abrazaba con su hijo, Maqueda cumplía su promesa y se quedaba en calzoncillos y Alberto Entrerríos recibió el merecido premio de levantar el trofeo de campeón del mundo mientras sonaba el 'We Are The Champions' de Queen.

España había empezado a principios de 2010 el sueño de albergar un Campeonato del Mundo y se despertaba tres años sentada en el trono mundial. Por segunda vez, tras Túnez 2005, el balonmano español se bañaba en oro.

Revive íntegra la histórica final del Mundial 2013

Distinciones individuales

El último cajón del podio lo ocupó la poderosa Croacia. Tras el palo de semifinales los balcánicos se recuperaron y entre Duvnjak y Cupic acabaron con Eslovenia.

Los premios individuales recayeron en grandísimos jugadores. El danés Anders Eggert fue el máximo goleador del campeonato, con 55 goles en nueve partidos. Su compatriota Mikkel Hansen fue nombrado MVP, no sin polémica, tras un campeonato gris en el que no dio lo mejor de sí. Su actuación en la final terminó por confirmarlo. El equipo ideal lo conformaron el portero Landin, el central Duvnjak, los laterales Entrerríos y Nagy, los extremos Dibirov y Lindberg y el pivote Aginagalde.

Clasificación final Mundial 2013
1 España
2 Dinamarca
3 Croacia
4 Eslovenia
5 Alemania
6 Francia
7 Rusia
8 Hungría
9 Polonia
10 Serbia
11 Túnez
12 Islandia
13 Brasil
14 Macedonia
15 Bielorrusia
16 Egipto
17 Argelia
18 Argentina
19 Arabia Saudí
20 Qatar
21 Corea del Sur
22 Montenegro
23 Chile
24 Australia
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