Cuando llegó el momento de la verdad, la vigente campeona del mundo sacó a relucir su mejor balonmano, ese que le llevó a conquistar su segunda estrella. Ante Túnez en los octavos de final dieron un recital de balonmano sacando su mejor versión. Simplemente fue un día perfecto. Tanto en ataque como en defensa la selección dirigida por Manolo Cadenas funcionó como la maquinaria de un reloj, dando toda una lección de trabajo en equipo.

No necesitó tirar de ningún jugador en particular, incluso Joan Cañellas, el timón del equipo y uno de los jugadores clave, se permitió estar casi 20 minutos sin jugar en el segundo tiempo. Valero Rivera, uno de los máximos goleadores, apenas jugó los últimos cinco minutos de partido. Y con ello, el equipo dio una lección. Mención especial a Gonzalo Pérez de Vargas, que estuvo simplemente espectacular, soberbio el portero toledano que desquició a los tunecinos.

Comienzo perfecto

El partido comenzó muy ordenado, con los jugadores muy bien posicionados y tácticamente perfectos. Joan Cañellas empezó su clase magristral en ataque culminando con el gol que abrió el marcador y dirigiendo al equipo para que empezaran con un parcial de 4-0. Las acciones combinativas de dos contra dos terminaban con balón al pivote y ahí estaba Julen Aginagalde para anotar.

Gonzalo Pérez de Vargas empezó su recital de paradas desde el primer momento

Pero si en ataque comenzaban de manera brillante, en defensa no fue menos. El equipo, en su tradicional sistema 6:0, se mostró muy intenso y fue por ello que Túnez no marcó el primer gol hasta el minuto siete de partido. Y es que si los tunecinos lograban superar la defensa española, ahí estaba Gonzalo Pérez de Vargas, que ya desde el primer momento comenzó su recital de paradas.

La mejor versión de España estaba en pista y todo funcionaba. Si las acciones combinativas acababan en gol, los robos de balón en defensa y los contragolpes tenían un final similar. El inicio, más que arrollador, armonioso de los 'Hispanos', obligó al técnico tunecino a solicitar un tiempo muerto. Pero el juego de España seguía siendo dinámico en ataque e intenso en defensa y ninguno de los potentes lanzadores de Túnez lograba abrir brecha.

A España le salía todo. Incluso en las inferioridades numéricas creaban situaciones de desequilibrio que acababan con robos de balón y contrataque. Y es que una de las claves de este equipo es la intensidad defensiva. El trabajo de Gedeón Guardiola y Viran Morros fue inconmensurable.

Antonio García, Alex Dujshebaev y Cristian Ugalde, tuvieron una participación activa en la primera mitad que terminó con 18-9 en el marcador. La fuerte defensa española logró que Túnez no llegase a la decena de goles en la primera media hora de partido. En la primera mitad Gonzalo Pérez de Vargas logró un 45% de paradas y el acierto español de cara a portería se quedó en un 72%. El único jugador destacado en el combinado sudafricano fue Alouini, que mantuvo a su equipo de cara a portería. El resto de la primera línea estuvo desaparecida.

Con rotaciones

En el principio de la segunda parte parecía que uno de los principales pilares de Túnez iba a empezar a aparecer. Pero Bannour se mostró algo intermitente, como en toda la competición, y si no, ‘Gonchi’ acababa deteniendo sus lanzamientos; tan sólo logró un tanto. Tampoco pudo aportar mucho el jugador azulgrana Jallouz, ni otro de los jugadores que estaba brillando Senai, quienes no lograron anotar. El que sí estuvo fue el veterano Megannem, así como el extremo Boughami, máximo anotador de los tunecinos.

Cadenas pudo dar minutos de descanso a los más habituales y los supuestos suplentes estuvieron al mismo nivel

La segunda parte quizá no fue tan fluida como la primera y sobre el ecuador Túnez, también merced a varias superioridades numéricas, recortó algo de distancia. Pero la ventaja era abultada y en ningún momento se vio al equipo español bajar el nivel. A pesar de varias decisiones controvertidas de los árbitros en las que dejaron a España en inferioridad numérica, las actuaciones de Pérez de Vargas y la intensidad defensiva hicieron que las diferencias se mantuvieran.

La superioridad mostrada durante todo el encuentro hizo que Manolo Cadenas pudiese dar más minutos de descanso a jugadores más habituales y que otros que han disputado menos estuviesen en pista y se sintiesen importantes disputando un partido de octavos de final. Y lo bueno de España es que da igual quien salga porque el resultado es el mismo. Juan Andreu, uno de los que menos minutos está jugando, aprovecha cada segundo que tiene y en el partido ante Túnez se mostró eficiente forzando en sus dos primeras jugadas dos siete metros.

Al final el marcador se quedó en 28-20 y España despeja dudas en el momento en el que las tenía que despejar. Imagen de equipo fuerte tanto en ataque como en defensa y con muchas opciones en el banquillo. El MVP del partido como no podía ser de otra manera fue Gonzalo Pérez de Vargas. Los 'Hispanos' tendrán ahora descanso, en concreto un día más que su rival para cuartos, que saldrá del duelo entre Dinamarca e Islandia.