Mucho se esperaba antes de empezar este Mundial de la selección de Qatar. En el golfo Pérsico se decidió, tras conocer que albergarían el Campeonato del Mundo 2015, apostar fuertemente por el deporte del balonmano. Por eso en 2013 decidieron apostar por uno de los entrenadores más laureados del balonmano mundial y el que llevó a España a ganar el Mundial 2013, Valero Rivera.

Pero la apuesta fue más allá. Aparte de dar a Valero todas las facilidades para trabajar y rodearse de su gente de confianza, decidieron 'reforzar' su equipo con jugadores foráneos, principalmente europeos. Así llegaron a Qatar los porteros Danjel Saric y Stojanovic, los laterales Roine, Markovic y Capote, el extremo Memisevic y los pivotes Youssef Benali, Borja Vidal Fernández y Damjanovic.

Por tanto todo el mundo del balonmano estaba pendiente de comprobar de qué era capaz esta selección de jugadores. Se esperaba un buen rendimiento del equipo, pero nadie podía sospechar antes de empezar este Mundial que conseguirían plantarse en la final. Sobre todo porque estos jugadores nacionalizados son grandes, pero salvo el meta del Barça Saric y el cañonero zurdo Zarko Markovic, ninguno era de primera fila mundial.

Pero aquí están, han sorprendido a propios y extraños y lucharán por el título. El juego táctico de Valero Rivera, una enorme defensa y el hecho de jugar en casa les ha servido para presentarse en la final. Cierto es que la segunda posición del grupo A, detrás de España, les permitió ir por el lado del cuadro con selecciones menos poderosas, pero nadie les ha regalado nada.

Contra Alemania, la selección de Qatar dio una muestra de lo que es capaz de hacer

En la primera fase ya dieron muestras de lo que eran capaces de hacer, venciendo todos sus partidos excepto el que les enfrentó a España, un duelo que aun así estuvieron cerca de llevarse. Ganaron entre otras a la selección de Eslovenia, cuarta del último Mundial.

Capote lideró a Qatar ante Alemania. Foto: AFP.

Posteriormente vencieron en la ronda de octavos de final a otra selección europea como la de Austria, aunque tuvieron que sudar mucho para conseguirlo. En cuartos de final se medían a un hueso más duro de roer, Alemania. En ese partido dieron un golpe de autoridad, imponiéndose de forma contundente a uno de los equipos que mejor balonmano estaba desplegando hasta ese momento. La primera parte del equipo asiático fue para enmarcar.

En semifinales Polonia les allanó un poco el camino al eliminar en cuartos a una selección peligrosísima como Croacia. Ante los polacos Qatar jugó un partido muy serio, llevando el dominio del marcador desde los minutos finales de la primera parte. Aunque los jugadores polacos se quejaron mucho del arbitraje de los serbios Stoijkovic y Nikolic, los qataríes vencieron con merecimiento. Su victoria les valía para ser la primera selección no europea que jugaría la final de todo un Mundial.

Un juego muy característico

Las cualidades de esta selección de Qatar son fáciles de advertir. La base del equipo está en los dos cañoneros que sostienen el ataque: el jugador de origen cubano Rafa da Costa Capote y el 'montenegrino' Zarko Markovic. Su lanzamiento exterior es una de sus mayores armas y desatascan el juego cuando parece que no encuentran soluciones. El ritmo del ataque lo marca el central Kamalaldin Mallash, un eléctrico jugador que posee una excelente finta al punto fuerte y un gran lanzamiento para su pequeña estatura.

Cuando Mallash necesita un descanso su puesto suele ser ocupado por otro jugador de características similares, Hassab Alla. El resto del tiempo el talentoso jugador qatarí actúa como extremo izquierdo. En el otro extremo suele actuar el zurdo nacido en Bosnia-Herzegovina Eldar Memisevic.

La potencia de Markovic y Capote y la aportación de la portería son los mejores argumentos de los de Valero Rivera

Valero Rivera utiliza distintas opciones cuando su juego tradicional no funciona. En ocasiones el 'francés' Roine, poseedor también de un potentísimo lanzamiento, actúa en ataque formando una primera línea muy potente con Capote y Zarkovic.

En otras ocasiones apuesta por el sistema 2:4 con doble pivote, aprovechando la corpulencia de Borja Vidal y la movilidad de Youssef Benali.

En defensa, la corpulencia de Roine, Capote, Benali y el especialista Mabrouk es la base de una defensa 6:0 muy compacta. Pero gran parte del éxito defensivo del equipo llega de la mano de una excepcional pareja de porteros, la que conforman Danjel Saric y Goran Stojanovic.

Francia vuelve a terreno conocido

No tendrá fácil Qatar culminar la sorpresa. Porque enfrente estará la mejor selección de la historia. Puede que hayan perdido algunos de los que les hicieron prácticamente invencibles, como Bertrand Gille, Didier Dinart; puede que otros hayan cumplido ya muchos más años de 30, como Omeyer, Jerome Fernandez, Daniel Narcisse o Micheael Guigou; puede que su gran estrella Nikola Karabatic esté en peor forma que en otras ocasiones; y puede que una pieza importantísima como Luc Abalo se haya perdido el Mundial por lesión, pero esta Francia sigue siendo un rival temible.

Si Francia gana se convertirá en la primera en ganar cinco Mundiales

Los galos han ido de menos a más en este torneo. Tras una primera fase en la que dejaron alguna duda, como el empate ante Islandia o la más que sufrida victoria ante una Suecia venida a menos, sus partidos de la fase eliminatoria han sido casi perfectos.

En octavos de final dieron toda una lección defensiva ante el combinado de Argentina, al que dejaron en seis goles en la primera mitad. En cuartos también solucionaron el compromiso ante Eslovenia en los primeros minutos con una autoridad aplastante.

Francia dio un golpe sobre la mesa ante España. Foto: Reuters.

El último partido, ante España, también fue una muestra de poderío. El primer tiempo fue excelente a nivel ofensivo. Con el recurso de las circulaciones de Michael Guigou superaron con facilidad a la zaga 'hispana', con gran aportación de Narcisse y Nikola Karabatic.

En el segundo tiempo, cuando España mejoró sobremanera en defensa y el ataque galo se atascó, apareció el portero Thierry Omeyer para solucionar el partido y dar a Francia el pase a la final.

Francia tiene ante sí un reto único. Hasta ahora ha habido tres selecciones capaces de ganar cuatro Mundiales: Checoslovaquia, Suecia y la propia Francia. Si los de Claude Onesta consiguen vencer este partido se convertirán en la primera que levanta cinco veces el trofeo de campeón mundial.

Si antes del Mundial se hubiera pedido que se diseñara una final atractiva, sin duda una de las opciones habría sido este Qatar-Francia. La anfitriona, la exótica selección qatarí, entrenada por el actual seleccionador campeón del mundo, contra la selección más exitosa de la historia.