Se preveía un partido complicado para el Granollers. El delicado momento por el que pasa el cuadro de Carlos Viver ponía las cosas todavía más complicadas para los catalanes en un grupo, a pesar de ser más asequible que los demás, todos sus rivales son habituales en las competiciones europeas.

Tras la épica clasificación en la fase previa frente al Sporting de Portugal, el Palau d'Esports de Granollers daba el pistoletazo de salida a la fase de grupos de la Copa EHF para catalanes y daneses.

Ritmo alto desde el inicio

Como era previsible, ambos equipos salieron enchufados en el partido, buscando la ventaja desde los primeros minutos de juego. Los catalanes, con más urgencias que los daneses por la situación en la que se encontraban, estuvieron por delante duarnte los primeros 20 minutos.

Muchas idas y vueltas de ambos conjuntos, defensas sólidas y contragolpes rápidos de los daneses, que respondían muy rápidamente a los goles locales. Tanto Pejanovic -y luego Sastre- como Lind no tuvieron especial protagonismo en la primera mitad.

Imagen: www.b.dk

El meta del cuadro danés, sin embargo, cerró su portería en los últimos diez minutos, cosa que evitó a los catalanes marcar más de un gol en el último tramo de la primera mitad.

El Granollers desapareció de golpe. La parada de Lind ante el lanzamiento de siete metros de Álvaro Ruiz hizo mella en el central que no volvió a anotar hasta que se reanudó el encuentro en la segunda mitad. De hecho, desde que el central falló el penalti, a los 20 minutos de juego, el Granollers solo anotó un gol más en la primera mitad.

Segundas partes sí son buenas

El cuadro vallesano salió más enchufado que los daneses en la segunda mitad. Los catalanes lograron ponerse a tres goles de distancia con goles de Álvaro Ruiz y Valadao. Sin embargo, el Holstebro volvió a ponerse a cinco tantos rápidamente, y durante diez minutos el marcador oscilaba en esta diferencia de goles.

Pero a los 40 minutos de juego el partido se transformó. Los palos en primera instancia, Pejanovic y la defensa aparecieron para poner el candado a la portería vallesana e iniciar una remontada que empezaba a ser imprescindible. Las exclusiones de Larhorlm y Oechsler también ayudaron a que los catalanes le dieran la vuelta al partido.

Equipo y afición remaron juntos para que los lanzamientos fueran imparables para Lind. Adrià Pérez, desde el extremo, y Ferran Solé hicieron sus mejores minutos en este tramo de partido. Y llegó el empate. Un gol de Álvaro Ruiz a los 47 minutos hizo estallar al Palau, que veía más cerca la victoria.

El buen juego tiene sus frutos

A partir de aquí fue primordial la defensa vallesana. El cuadro danés se había desecho de una forma increíble. Las transiciones no eran fluidas, los lanzamientos se topaban con Pejanovic o con la defensa local y el único que parecía querer irse con los dos puntos de Granollers era Lind, que seguía con su recital bajo palos.

Tanto era el buen momento de forma del Granollers que Grundsten marcó dos goles en sendas recuperaciones de la defensa, para ponerse por delante por primera vez desde el minuto 20 de partido.

Imagen: BM Granollers

Tras una recuperación de Adrià Pérez, la jugada termina con un pase de Blanxart desde el extremo para Solé, en el centro del área, para que éste, con un increíble fly, pusiera al Granollers dos arriba. Y de penalti, también Solé, ponía la diferencia en tres goles a falta de cinco minutos para el final.

Sin embargo, en el tramo final del partido el Granollers acusó el cansancio. Los fallos en los lanzamientos y las paradas de Lind permitieron al Holstebro igualar los tres goles de diferencia en los últimos cinco minutos. Álvaro Ruiz intentó darle los dos puntos a Granollers sobre la bocina pero Lind salvó un punto para los suyos.