Carlos Ruesga estará de baja durante los próximos seis meses por culpa de la lesión que se produjo en el partido del domingo contra Alemania. El jugador del Veszprem sufre una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha y se despide así de la temporada.

Mediado el primer tiempo, el jugador asturiano sufrió un mal apoyo y enseguida saltaron todas las alarmas. La que estaba siendo una bonita vuelta a la selección y a León para el jugador se tornó en desgracia. Aunque salió de la cancha apoyando ligeramente el pie, finalmente se cumplieron las peores expectativas. Así lo ha anunciado José Muñoz Benito, médico de la RFEBM. Aunque en un primer momento la exploración era "compatible con un esguince de rodilla", la resonancia magnética a la que el asturiano ha sido sometido confirma "que el alcance de ese esguince es prácticamente una rotura completa del ligamento cruzado".

De todas formas, hay que esperar todavía a ver cómo evoluciona para fijar definitivamente los plazos de la recuperación, aunque todo parece encaminado a pasar por el quirófano. "Es posible que requiera un tratamiento quirúrgico y entonces el proceso de recuperación sería de 24 semanas, más o menos. Ahora hay que darle un tiempo de evolución a esa rodilla y valorarlo todo bien cuando esté más fría", declaró Muñoz Benito.

Es la segunda vez que el ligamento cruzado se interpone en la carrera de Ruesga, ya que en 2010 sufrió la misma lesión, en aquel caso en la rodilla izquierda. El asturiano afirma que es "la peor noticia posible", pero confía en volver a ser el mismo: "De aquella (la de 2010) me recuperé perfectamente y no tengo ninguna duda de que me recuperaré también de esta y volveré a estar a un gran nivel".

De esta forma el central dice adiós a la temporada, que debía terminar con la disputa de la 'Final Four' de la Champions League con su equipo, el Veszprem húngaro.