Tras una batalla épica, el Barcelona ha conseguido derribar la puerta del castillo europeo y entrar en la fortaleza donde se guarda el ansiado trofeo. El enfrentamiento no ha sido tan sencillo como se podría pensar y no se ha decantado hasta los instantes finales, pero en esta Final Four no hay ningún rival que a priori sea inferior. Además, la escuadra catalana ha demostrado que si sus armas funcionan correctamente, es un rival imparable. La estrategia de Talant ha sucumbido ante las intentonas blaugranas y ahora el camino está despejado para afrontar la batalla final, la cual decidirá quién ocupará el trono del viejo continente durante un año en sustitución del Flensburg alemán.

La contienda no se ha podido librar en un escenario mejor: el Lanxess Arena. Sin entrar a discutir si es justo que la última fase de la 'Champions' se dispute en territorio germano, tras un acto inaugural cargado de luz y de sonido, el pabellón ha brindado un ambiente excepcional que le ha dado al partido ese punto de tensión y emoción. Y los dos equipos no han fallado y han ofrecido un duelo espectacular con un ritmo frenético, un primer plato perfecto.

Dominio blaugrana desde el comienzo

El encuentro comenzó con ambos equipos dispuestos a derramar sangre, sudor y lágrimas en la pista para acceder a la última batalla por el cetro continental. De hecho, en el equipo polaco Aguinagalde salió de inicio a pesar de las molestias que arrastraba, toda una declaración de intenciones. Los primeros ataques fueron de tanteo, pues las dos escuadras eran conscientes de lo mucho que había en juego. Sorprendió que Talant no colocara en el equipo titular a Zorman y Lijewski, aunque la ausencia de este último no fue importante ya que Buntic firmó una actuación sobresaliente en el lateral derecho.

Aguinagalde fue el encargado de inaugurar el marcador y los minutos siguientes supondrían un intercambio de golpes. Españoles y polacos conseguían encontrar soluciones en ataque con cierta facilidad y los porteros aún no habían aparecido. Sin embargo, Pérez de Vargas pronto comenzó a hacer de las suyas y el Barça comenzó a crecer gracias a Karabatic, hasta que los dos minutos del galo en el minuto 8 cortaron la racha ascendente del conjunto blaugrana. Aún así, el Barcelona aguantó la inferioridad y minutos más tarde, provocó la exclusión de Musa. El Campeón español empezó a carburar y tras conseguir una doble superioridad después de una sanción a Buntic, los de Xavi Pascual endosaron un parcial de 4-0 y provocaron el tiempo muerto de Talant Dujshebaev.

El exentrenador del BM Ciudad Real y Atlético de Madrid hizo saltar a la pista a Zorman y Lijewski, pero Pérez de Vargas repelía las intentonas polacas. Aguinagalde, que hasta entonces estaba firmando una actuación muy discreta, se resintió de sus molestias y tuvo que marcharse al banquillo y ya no regresaría a la pista. El Kielce se quedaba sin su máxima referencia en ataque. Entonces las defensas aumentaron su nivel y los ataques se mostraron muy espesos, pero poco a poco el Kielce comenzó a remontar y la alarma blaugrana se encendió cuando Karabatic sufrió la segunda exclusión en el minuto 26. Para alegría de Xavi Pascual, Buntic también fue sancionado por segunda vez con dos minutos y la asociación Sarmiento-Noddesbo permitió que su equipo se marchara al descanso con una renta de dos goles (16-14).

Rachas azulgranas

Tras el paso por vestuarios, Talant colocó a Jurecki en el pivote y al jugador polaco de pitaron dos faltas seguidas en ataque. Además, ambos entrenadores decidieron mantener a Karabatic y a Buntic en pista, así como a sus porteros (Sego y Pérez de Vargas). El Barça aprovechó la indecisión del Kielce para volver a poner tierra de por medio en los primeros cinco minutos de la segunda parte. Esta vez parecía que el conjunto catalán no desaprovecharía la oportunidad de escaparse en el marcador, pero de nuevo, inexplicablemente el equipo polaco remontó y un gol sin respuesta de Lijewski provocó el tiempo muerto de Xavi Pascual. El parón no surtió efecto e instantes después el Kielce empató el partido a 20 goles (minuto 38).

Entonces comenzó un nuevo encuentro en el que las defensas desaparecieron y ambas escuadras firmaron un intercambio de golpes. Saric impidió que el equipo rival se pusiera por delante en el marcador y Talant colocó a Szmal en su portería buscando un revulsivo, pero no lo consiguió. Un Karabatic espectacular demostró por qué ha sido elegido el mejor jugador del mundo y con la ayuda de Saric en la portería, condujo a su equipo hasta el interior de la fortaleza del Lanxess y lo situó ante su novena Copa de Europa. Finalmente, el partido terminó con el resultado de 33-28.

Así pues, el Barça ya espera rival para la final de mañana, el cual saldrá de la segunda semifinal entre el Veszprém húngaro y el Kiel alemán. Por su parte, el Kielce deberá recuperarse rápidamente para afrontar la final de consolación. Por último, Rutenka es duda para la final por molestias en el nervio ciático.