La gran final de la Super Globe, una competición más deseada por el premio en metálico del campeón que por su prestigio, llega precedida por una sorpresa mayúscula: el FC Barcelona, actual campeón, no luchará por reconquistar el trono qatarí.

El Barça había levantado el título en las dos últimas ocasiones y venía de firmar una temporada perfecta en la que había conquistado todos los trofeos posibles, incluída la Champions League. Además, para ver la última derrota del campeón español, había que remontarse nueve meses atrás, a un partido europeo contra el Wisla Plock de Manolo Cadenas (34-31). Desde entonces, los azulgrana han sumado 276 días imbatidos, que se dice pronto.

A pesar de ello, el Füchse Berlin y el Veszprém proponen una final de infarto entre dos equipos que forman parte del top mundial y que se han ganado el respeto de toda Europa. Además, los dos aspiran a levantar la primera Super Globe de su historia, una razón bastante apetecible por la que dejarse todo en la pista.

El Füchse no tiene nada que perder

Tras salir indemnes del cruce de semifinales ante el Barcelona, un partido que pintaba muy negro, los 'zorros' de Berlín, tal y como son apodados los pupilos de Erlingur Richardsson, se plantan en la final sin ningún tipo de complejos.

El actual campeón de la Copa EHF llegó al torneo mucho más rodado que el equipo de Xavi Pascual, lo que ayudó a desequilibrar la balanza. Sin embargo, el Veszprém también ha disputado varias jornadas de liga y, además, tuvo un partido de semifinales mucho más sencillo, por lo que esta vez los alemanes empiezan el choque con desventeja.

Aun así, el equipo alemán tiene argumentos suficientes para creer en la victoria. A la férrea defensa comandada por el gigantón Jakov Gojun que propone Richardsson, hay que sumar el impresionante estado de forma en el que se encuentra el portero Stochl, tal y como demostró en el partido de semifinales. Junto a esto, también hay que destacar el esfuerzo del incansable Nenadic, que lideró a los suyos en la gesta contra el Barça. Sin embargo, el principal argumento de la escuadra alemana puede ser el prestigio de los nombres que no utilizó en semifinales: el guardameta Silvio Heinevetter, el central Bartlomiej Jazska y, sobre todo, el talentoso lateral Paul Drux.

El Veszprém es favorito

El equipo húngaro se planta en la final sin despeinarse, pues ha sido capaz de salvar las dos eliminatorias previas jugando a medio gas. En cuartos de final se midió al Taubate brasileño y el equipo de Antonio Carlos Ortega estuvo jugando con fuego hasta el final del encuentro, pues este terminó con un ajustado 27-24. En el partido de semifinales los húngaros se enfrentaron a la Universidad de Sidney y, esta vez sí, vencieron con claridad (17-29).

El Veszprém es el actual subcampeón de Europa -podría haberse repetido la final de la pasada Champions contra el Barça- y dispone de numerosísimos recursos, quizá su principal arma, pues es capaz de variar su sistema defensivo y utilizar dos pivotes en ataque en cualquier momento del partido, dejando en jaque al equipo rival.

Laszlo Nagy es el capitán del ambicioso proyecto magiar, pero la batuta del equipo la tiene el palentino Chema Rodríguez. El internacional español ha recuperado el nivel que luciera en Ciudad Real y Valladolid y es el encargado de ordenar el ataque del Veszprém, para delicia de Nagy e Ilic, que ocupa el lateral izquierdo. Ademas de habilitar espacios para la primera línea, Chema se entiende a la perfección con la que es una de las mejores parejas de pivotes del planeta: Renato Sulic y Andreas Nilsson.

Por otro lado, el Veszprém también destaca por la velocidad de sus extremos, entre los que se encuentra Cristian Ugalde, y por el tándem que defiende su portería, formado por Mikler y Alilovic. Además, Carlos Ruesga -ahora lesionado- es el último español que milita en las filas del subcampeón de Europa.