Balonmano Guadalajara debutaba en casa frente a un aparente superior equipo, Ademar de León. Los alcarreños salieron a la pista muy confiados de sí mismos y con las "pilas bastante cargadas". El joven lateral derecho, Chema Márquez, abrió el marcador para dar paso a un partido que a nadie dejaría indiferente.

Hombrados que retornaba a las pistas a sus 43 años, batiendo el record de partidos disputados en ASOBAL 607, volvió a demostrar porque fue durante tantos años el portero de la selección absoluta de balonmano. No tuvo tanta suerte el guardaeta de Ademar, Cupara, que a escasos minutos del inicio de partido fue sustituído por Biosca.

Con Montoya, Márquez y Hombrados en estado de gracia, Rafa Guijosa se veía obligado a solicitar su primer tiempo muerto en el minuto diez de partido. Las pautas dadas por el veterano surtieron efecto igualando el partido, Acacio Marqués Moreira fue el encargado de empujar al equipo hasta el empate. César Montes que veía peligrar el encuentro cambió el sistema defensivo subiendo a Mellado al 5:1 para intentar desestabilizar el ataque de los visitantes.

El encuentro se pondría más interesante a partir del minuto 24, la intensidad y la competitividad de ambos conjuntos ponían una marcha más al encuentro, dando lugar a un partido de alternativas hasta el descanso. Finalmente, los leoneses se impusieron antes de llegar al final de la primera mitad, dejando el marcador con dos tantos a favor (11-13).

En la segunda parte, los alcarreños mantendrían su defensa con avanzado. Por otro lado, Ademar continuaba haciendo su juego rápido con efectivos lanzamientos desde los nuevo metros que les permitían mantener las distancia en el marcador. Los locales tuvieron unos minutos iniciales de desconcierto, con una férrea defensa y una mayor rapidez en el movimiento de balón lograban acortar la diferencia y llegar en el minuto 7 a empatar el partido de nuevo (16-16). Este "batacazo" provoca en los leoneses un estancamiento en el juego ofensivo llegando a estar más de cinco minutos sin anotar un solo tanto.

A pesar de que este partido no fue un encuentro para los extremos, quienes no recibieron un solo pase en sesenta minutos, el extremo internacional brasileño Chiuffa aparecía en el momento indicado para poner por delante a su equipo y obligar a Guijosa a solicitar su segundo tiempo muerto. Entonces, como en la primera parte, volvían las alternativas al luminoso, esta vez los morados se mostraban firmes en defensa, pero escasos de ideas en ataque, ayudando a Ademar a igualar el tanteador en el minuto 20 (21-21).

Un empate que sabe a gloria

Los próximos diez minutos serían una auténtica clase magistral de defensa, los nervios a flor de piel provocanban errores poco habituales en los jugadores. Faltas en ataque, pérdidas de pases, malas recepciones, lanzamientos forzados... Momentos en los que los leoneses mostraron más cabeza fría, pero nuevamente aparecería Hombrados para "volverles locos". Una parada de contrataque levantaba al banquillo alcarreño y su técnico solicitaba se segundo tiempo muerto para poder darles las pautas necesarias para la consecución de la victoria. Sin embargo, Ademar lograría ponerse dos tantos arriba, la grada alcarreña ya daba el partido por perdido, pero Guadalajara lograba anotar, poniéndose a un gol del empate.

Un minuto cardiáco para la finalización del encuentro, Guijosa solicita su tercer y último tiempo muerto, ordena jugada para Acacio, para Hombrados. Aún quedan treinta segundos para los locales, último ataque, juegan el balón y finalmente anota Ales Silva, empate a 25. Tras sonar la bocina el público se ponía en pie para agradecer con aplausos el precioso partido disputado por ambos conjuntos.

Javier Parra, el timón alcarreño

El público que asistió al partido de ayer seguramente recuerde las paradas de Hombrados, los fugaces lanzamientos de Acacio, la rapidez de Montoya, pero pocos recordarán la actuación de Javier Parra, un clásico del BM. Guadalajara.

Javier Parra no ha destacado por su cualidades como jugador profesional, pero si por su calidad técnica. Ayer el extremo izquierdo de los morados hizo un regalo al balonmano y al público sin que ellos lo supieran, regaló una clase de coaching deportivo en estado puro. Regaló valores.

Parra anotó en los momentos más difíciles, pero no solo hizo eso. Parra empujó psicológicamente del equipo, levantó a 300 espectadores, hizo sonar los tambores en la grada y elevó a todo un banquillo e hizo creer que la victoria era posible para los alcarreños. Por su espíritu ganador, su confianza en el equipo y su esperanza debe haber un Javier Parra en cada conjunto, ya no de la máxima categoría masculina, sino en cada equipo que exista de balonmano. 

A veces no es aptitud, sino actitud lo que puede llegar a determinar un encuentro.