La selección ofreció dos caras incompatibles e irreconocibles entre sí. En la primera parte, sus mejores 30 minutos del campeonato, fue superior táctica y estratégicamente a Dinamarca. La de la segunda fue muy distinta, se vio superada en todas las facetas del juego por Dinamarca.

Manolo Cadenas acertó con las defensas que alternó en la primera mitad, 5:1 cuando Mikkel Hansen estaba en pista y 6:0 cuando descansaba.De esta forma, y respaldados por un Sterbik que intimidaba a los daneses, España construyó rápidamente sus primeras ventajas (4-1, 6-2), que neutralizaría parcialmente Dinamarca cuando Landin paró varios balones seguidos desde los extremos (7-6) y en una inferioridad numérica (9-8).

Pero el equipo siguió jugando en la misma línea, con continuos cambios de refresco que mantenían su intensidad en defensa, mientras Aginagalde hacía una labor de zapa en los seis metros que permitía a sus compañeros encontrar espacios con cierta facilidad buscando las superioridades. Raúl Entrerríos dio un recital de desborde liderando la mejor versión de los Hispanos.

Pero ese rumbo claro se perdió totalmente en la segunda mitad. No por desorientación, sino porque la defensa danesa se plantó casi en nueve metros, no concedió espacios y trababa continuamente con agarrones permitidos impunemente por los árbitros (una única exclusión para los daneses). En ocho minutos España sólo marcó un gol. En esos momentos la sostuvo Sterbik con sus paradas a cual más espectacular en su estatismo, pero no fue suficiente.

Con Noddesbo en la pista, Dinamarca buscó al pivote barcelonista, que hizo un roto considerable. Ahí se notó la baja de Gedeón Guardiola en el centro del 6:0. Hansen igualó el marcador (18-18) en el minuto 45 en medio de un parcial de 7-0 (del 18-16 al 18-23) para su equipo, coincidiendo con una fase en la que la inferioridad física de la primera línea española (Álex Dujshebaev, Mindegia y Antonio García) fue manifiesta.

Cuando Cadenas la cambió, los daneses ya corrían a favor de viento. Dos decisiones arbitrales -no señalaron un penalti hecho a Entrerríos y a continuación pitaron uno discutible en contra- echó otra palada en la fosa en la que se había metido España.

Con casi todo perdido, Cadenas sacó a la pista a Del Arco, inédito desde los primeros minutos del partido contra Eslovenia. Su empuje y determinación fue lo que sacó del aturdimiento en ataque a un equipo totalmente superado en una segunda parte realmente aciaga y atajó la dimensión de una derrota que podría haber revestido consecuencias morales y materiales aún más serias. A España no le queda otra que hacer su trabajo ante Hungría y Rusia y esperar acontecimientos.

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