Hace una década que lo esperaban y lo rondaban. En estos diez años han conseguido un oro y un bronce mundiales, un bronce olímpico y un bronce europeo. Pero en este torneo, el Campeonato de Europa, las semifinales estaban siendo una losa. Lo intentaron en 2012 y 2014 pero se quedaron a las puertas, cayendo contra Dinamarca y Francia en partidos muy parejos. En 2016 por fin lo han conseguido, los 'Hispanos' lucharán por el Europeo, el campeonato internacional de balonmano de más nivel.

Es la magia del número 6. En un torneo que comenzó a disputarse en 1994, todos los años terminados en esa cifra han tenido a España en la final. En 1996 y 2006 la selección española no pudo con Rusia y Francia; en 2016 tratarán de derribar la última puerta contra Alemania, ganadora de la primera semifinal.

El partido contra Croacia ha sido uno de los mejores del Europeo para los de Manolo Cadenas, que en los últimos diez minutos del primer tiempo han rozado la perfección, y aunque en los minutos finales los balcánicos han apretado, de nuevo ha aparecido la mejor versión de los 'Hispanos' para asegurar la victoria.

En los últimos 10 minutos del primer tiempo España ha rozado la perfección y con un parcial de 8-1 ha cambiado el partido

Era partido de las grandes ocasiones y es en esos momentos donde tiene que aparecer un capitán. El de la selección española de balonmano es Raúl Entrerríos, el hermano pequeño de la fraternal pareja más importante de la historia de este deporte en España. Contra Croacia Raúl ha sido el timón del ataque, en el día que esta faceta del juego mejor ha funcionado. Su manejo de los tiempos y del ritmo ha sido fantástico y sus compañeros han agradecido con goles sus asistencias.

La familia Entrerríos celebró un bronce mundial en 2011 en un momento muy emotivo. Foto: Cordon Press.
La familia Entrerríos celebró un bronce mundial en 2011 en un momento muy emotivo. Foto: Cordon Press.

No ha sido, sin embargo, el único referente del equipo en este partido. Ante el difícil momento físico que arrastra Joan Cañellas ha aparecido un gran Antonio García para llenar ese vacío. Sus seis goles han llegado en momentos muy importantes, en los que el equipo de Cadenas sufrían. Aparte, la segunda línea ha estado muy fiable, con los extremos Víctor Tomás y Cristian Ugalde castigando a la contra, Valero Rivera dando otra lección de lanzamientos de siete metros y el pivote Julen Aginagalde ganando espacios en seis metros.

Los cañoneros Sliskovic y Kopljar fueron los que dieron más problemas a España

Croacia no lo puso fácil. La defensa y el contraataque al principio, el lanzamiento exterior después y la capacidad individual de Igor Karacic en la segunda parte hizo que los 'Hispanos' nunca terminaran de romper el partido. Los cañoneros Kopljar y Sliskovic hicieron mucho daño a la defensa española con su lanzamiento exterior.

Siempre de menos a más

Parece que a la selección española le va bien entrar al partido al ralentí, obligarse a remontar el partido. El único encuentro que comenzó con los 'Hispanos' a pleno rendimiento terminó con la única derrota de todo el campeonato, contra Dinamarca. En el resto de partidos siempre ha tenido que remontar... y siempre lo ha conseguido.

La semifinal contra Croacia no iba a ser una excepción. El 3:2:1 defensivo con Duvnjak molestando la línea de pase de la primera línea española ha provocado numerosas pérdidas y las primeras contras balcánicas. Los laterales españoles Cañellas y Maqueda sufrían contra este tipo de defensa y tanto Maric como Cupic aprovechaban para demostrar lo rápidos que son. Los primeros lanzamientos lejanos de Kopljar y Duvnjak ponían un resultado inicial de 1-4 que obligaba a Manolo Cadenas a pedir un prematuro tiempo muerto.

La salida de Gonzalo Pérez de Vargas cambió el partido. Foto: Sascha Klahn.
La salida de Gonzalo Pérez de Vargas cambió el partido. Foto: Sascha Klahn.

Los españoles decidieron crear problemas con desdoblamientos a doble pivote, tanto de los jugadores de primera línea como de los extremos, logrando frenar la sangría. El asturiano Raúl Entrerríos puso la calma y empezó a asociarse bien con Julen Aginagalde, pero todavía no fue suficiente para lograr remontar. La razón es que en defensa no encontraban soluciones para frenar las bombas de Sliskovic y Kopljar.

Tras la salida de Gonzalo Pérez de Vargas los 'Hispanos' cambiaron el rumbo del partido

La reacción llegó con la entrada de fichas nuevas en el tablero español. El portero Gonzalo Pérez de Vargas sustituyó a Sterbik y lo primero que hizo el toledano fue sacar un pie espectacular a un lanzamiento de seis metros de Ivan Cupic. En los laterales salieron Antonio García y Álex Dujshebaev, que le dieron otro aire al ataque. También entró en la cancha Cristian Ugalde, que fue el que hizo cambiar el marcador. Con dos contras y un gol en circulación por seis metros dio la vuelta al partido. Desde la salida de Gonzalo en portería el parcial fue de 8-1 para España, que se fue al descanso ganando por 18-14 tras un importantísimo gol casi sobre la bocina de Julen Aginagalde.

Labrándose un puesto en la final

La dinámica en la que había entrado España antes del descanso era de rodillo, casi le había venido mal que se parara el partido. Pero tras el intermedio los 'Hispanos' siguieron con esa inercia y a la contra Gedeón Guardiola conseguía poner la máxima ventaja, de cinco goles.

El partido amenazaba con romperse, pero un gol con fortuna de Zlatko Horvat y una contra de Maric volvía a meter a los croatas en el partido. Además, la exclusión de Viran Morros pudo ser un golpe de teatro que cambiara el partido de forma definitiva, pero entonces Antonio García asumió la responsabilidad y consiguió romper la red de Alilovic. El 'Cañón' de La Llagosta sostuvo a España en las dos ocasiones en que estuvo con un jugador menos, cuando la bola más quemaba.

Unos minutos desafortunados de Álex Dujshebaev dieron vida a Croacia, que tuvo varias posesiones para ponerse a un gol y finalmente lo consiguió por medio de Sebetic, a un cuarto de hora para el final.

Calidad en momentos de tensión

Llegó un momento clave de partido. Manolo Cadenas pidió tiempo muerto porque los croatas rondaban el empate. Los árbitros amenazaron al ataque español con pasividad y parecía que la posesión cambiaría de manos, pero Jorge Maqueda se sacó de la chistera un lanzamiento que daba dos goles de ventaja a España y le quitaba de encima la sensación de agobio de esos minutos.

Karacic lideró el último intento de remontada croata. Foto: Sascha Klahn.
Karacic lideró el último intento de remontada croata. Foto: Sascha Klahn.

Más tranquila, la defensa española volvió a marcar diferencias y eso permitió correr a un gamo nacido en Barcelona y que se llama Víctor Tomás. El extremo derecho español transformó en gol dos contras en apenas 22 segundos y volvió a destacar a España hasta el 30-26.

Quedaban cinco minutos y todo viajaba más tranquilo para las huestes de Cadenas. En pista Raúl Entrerríos y eso es sinónimo de éxito con el marcador a favor. España estaría en la final. Diez años después tendría una nueva oportunidad de lograr el ansiado oro en el Europeo.

Un meritorio rival en la final

Con seis titulares lesionados Alemania ha sido capaz de plantarse en la final

Después de no luchar por las medallas en los últimos nueve campeonatos internacionales, Alemania, la gran potencia del balonmano a nivel de clubes, vuelve a una final. Lo ha conseguido en el año que, quizás, menos se esperaba. Con seis jugadores titulares lesionados (Uwe Gensheimer, Paul Drux, Christian Dissinger, Steffan Weinhold, Patrick Groetzki y Patrick Wiencek) han sido capaces los teutones de reinventarse y lograr su mejor resultado desde el oro mundial de 2007.

El cansancio puede ser un factor importante en la final, pues en su semifinal ante Noruega ha tenido que pasar una prórroga para terminar venciendo, por la mínima y con un gol en los últimos segundos de partido de Hafner (un jugador inscrito en los últimos partidos para cubrir las lesiones de sus compañeros en primera línea).

Espera una final apasionante, que medirá a un equipo muy físico como el alemán con uno menos poderoso en ese aspecto pero muy táctico y técnico. España y Alemania son dos potencias del balonmano mundial y han merecido estar en esta final. Ya se han visto las ganas en el campeonato, con la victoria de España en la primera fase por 32-29. Manolo Cadenas ya sueña con repetir partido y colgarse así una medalla de oro al cuello.