El Balonmano Granollers llegaba al encuentro de vuelta de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa EHF lleno de confianza gracias a la gran victoria conseguida en la ida, lo que les permitía contar con una renta de seis tantos a su favor de cara a encarar la visita a Dinamarca. Pese a ello, su entrenador no se fiaba de un equipo "capaz de conseguir una buena remontada con un parcial pequeño y eficiente", que iba a salir en estampida para encaminarse hacia la machada.

El Granollers tarda en empezar a carburar

Desde el pitido inicial se vio en la cancha a un Silkeborg sustancialmente más cómodo que en la cita previa, por lo que solo necesitó cinco minutos para tomar la primacía en el marcador (4-2, minuto 5).

En los primeros compases, la responsabilidad en el lanzamiento catalán la asumían desde el exterior hombres como Marc Cañellas. El juego de su contrincante estaba dirigido por el central Sebastian Skube, que intentaba desequilibrar a la defensa visitante con buenas circulaciones de balón, para conectar con los contundentes Markussen o Christiansen; aunque tampoco descartaba el lanzamiento tras jugada personal, con penetraciones uno contra uno, faceta en la que no tenía oposición. El público danés del JYSK Arena había decidido llevar en volandas a su equipo hacia la remontada, por lo que su presión se hacía sentir en los ataques visitantes.

El Silkeborg tradujo todos sus lanzamientos en goles hasta el minuto 18

Tres tantos consecutivos de Skube permitieron a los nórdicos poner al Granollers en una situación cuanto menos compleja, al tomar una ventaja de cuatro goles en el luminoso (9-5). Los hombres de Viver contaban con problemas en ataque: a la sólida defensa rival y a las atajadas de un Rasmussen más efectivo que en el encuentro de ida, se unían las pérdidas en la circulación del balón.

El increíble porcentaje de efectividad que mantenía el Silkeborg en ataque (100% de acierto en sus lanzamientos), llevó al técnico visitante a sustituir a Almeida (que había tenido una actuación sobresaliente en la ida) por Pol Sastre, y finalmente, a solicitar tiempo muerto  (11-6, minuto 15); buscando acometer los ajustes defensivos necesarios para frenar el “coladero” en que se había convertido la defensa y portería vallesana. Sin embargo, en el minuto 17, el  el Granollers dilapidaba la renta conseguida en el Palau D'Esports y se complicaba el partido, al lograr su contrincante empatar la eliminatoria (12-6).

El conjunto barcelonés buscaba mantenerse en el encuentro y lo consiguió gracias a un Arnau que se echó a cuestas al equipo, manteniendo un gran acierto en los lanzamientos y asistencias que intentaba. En el minuto 18, el cancerbero Pol Sastre lograba la primera detención visitante a lanzamiento de Markussen; iniciando una jugada de contraataque, en la que David Resina no desperdiciaba la magnífica oportunidad para reducir las diferencias y consolidar el cambio de dinámica de su equipo (12-9), lo que obligó a Peter Bredsorff-Larsen a solicitar el parón técnico.

A partir de entonces, los problemas en el ataque danés aumentaron, gracias a la intensidad de la defensa 6:0 adelantada que practicaba el cuadro catalán; ante lo que los locales seguían recurriendo machaconamente a sus principales recursos en ataque: el lanzamiento exterior, las penetraciones uno contra uno de Sebastian Skube y la conexión con el extremo derecho. Esto hizo que, pese a la mejora vallesana en ataque, las diferencias se mantuvieran (16-12, minuto 25). Finalmente, se llegó al descanso con tres goles de ventaja para la escuadra nórdica (18-15), la misma renta con la que contaba el equipo barcelonés en el global de la eliminatoria (42-45).

El Silkeborg rompe el partido

En la reanudación, el cuadro español tuvo la oportunidad de reducir las diferencias goleadoras gracias a una superioridad numérica y a la sequía anotadora de alrededor de cinco minutos de los daneses; que desperdició a causa de tres intervenciones consecutivas de Rasmussen. Esta circunstancia permitió a las huestes de Larsen liderar la eliminatoria por primera vez en el partido (24-17, minuto 40), con un tanto de Markussen.

Nielsen fue el máximo anotador del partido con 8 dianas

Ante el resultado adverso, Viver consideró necesario llevar a cabo el relevo en portería y solicitar tiempo muerto para proponer alternativas en ataque, ya que solo habían logrado perforar la meta de Rasmussen en dos ocasiones en lo que iba de segunda mitad. En ese momento, los encargados de tirar del carro fueron Gonzalo Porras y Ferrán Solé, los únicos jugadores capaces de poner en verdaderos aprietos a la defensa rival.

Desde la línea de siete metros, Nielsen era un seguro de vida para su equipo, al materializar sus cinco lanzamientos. Transcurrían los minutos y la eliminatoria continuaba igualada (26-19,  minuto 46). Se inició entonces una leve reacción vallesana,  que consiguió un parcial de 2-0, dejando de nuevo a los locales fuera de la Final Four (26-21, minuto 48). Nielsen había tomado la responsabilidad en los momentos clave del encuentro, y esa ocasión no fue la excepción, anotando dos tantos de penalti y desde los nueve metros.

Un final feliz no apto para cardiacos

En los minutos finales las diferencias se mantuvieron, gracias en parte a la resistencia numantina que la defensa catalana llevaba a cabo ante las acometidas de hombres como Skube, por lo que la tensión en el campo era palpable.

Ambos equipos afrontaron en inferioridad numérica la posesión decisiva tras las exclusiones de Marc García y Nielsen

A falta de cuarenta segundos para la conclusión del partido, el Granollers pudo sentenciar la eliminatoria en un balón que Marc Cañellas se encontró en los seis metros, con el que sacó un lanzamiento que fue estéril al golpear en la cabeza de Rasmussen y en el larguero (32-26, 56-56 total). La clasificación se decidía en un último ataque del Silkeborg, puesto que aunque estos habían conseguido igualar la renta obtenida en la ida por los visitantes, el cuadro catalán había anotado más tantos fuera de casa. En los últimos segundos, Markussen erró un lanzamiento desde los nueve metros, lo que permitía a los de Viver alcanzar el ansiado billete a Nantes y volver a una final europea veinte años más tarde (Copa EHF 1995-6).

En la final a cuatro, que se disputará los próximos catorce y quince de mayo, se verá las caras con el alemán Frisch Auf Göppingen y dos cuadros franceses, el anfitrión HBC Nantes y el Chambéry Savoie Handball, que logró dar la vuelta a la eliminatoria ante el Saint-Raphael Var Handball (22-29, 52-54 en el global). El cuadro vallesano será el único representante español esta temporada en las finales europeas tras el insuficiente triunfo culé ante el THW Kiel (33-30).