La "gran final" del XXIII Campeonato Mundial Universitario de Balonmano en la categoría femenina enfrentaba a los dos conjuntos que habían alcanzado las dos plazas iniciales del grupo Y.

La primera clasificada había sido Rumanía, combinado que contaba sus partidos por victorias. Había alcanzado la última ronda del campeonato tras imponerse ante Rusia en el cruce de semifinales (21-18).

Se vería las caras con el cuadro anfitrión, que había vencido el día anterior a Polonia para llegar al juego más trascendental del campeonato. La selección española únicamente había caído derrotada ante la propia Rumanía en la segunda jornada de la fase de grupos, por el ajustado resultado de 20-19.

El empuje de Sempere adelanta a la anfitriona

Los contendientes velaron sus armas, esperando con ansia el comienzo de una disputa que se iba a abrir el propio 2 de julio con horario vespertino. Finalmente, fueron los pivotes de los respectivos contendientes abrieron la función. El primer viaje del balón al fondo de las redes de las porterías del Pabellón Fernando Argüelles de Antequera se produjo después de que África Sempere consiguiera revolverse ante la presión de las jugadoras polacas y de que la pivote rumana se desmarcara en la línea de seis metros.

Silvia Arderius comandaba desde el centro el ataque español, flanqueada por sus fieles laterales Menéndez y Manaut, en una constante búsqueda de la conexión con el pivote, posición desde la que Sempere hacía añicos la defensa rumana. La rabia con la que celebraba sus tantos enfervorizaba a una grada que presentó su mejor cara en lo que va de torneo, buscando convertirse en el jugador número ocho para aupar a las suyas hacia la victoria.

La garra que demostraba el conjunto anfitrión en el juego les permitió obtener una ventaja de tres tantos en el ecuador del primer tiempo (4-7, minuto 15). El técnico rumano consiguió tapar sus brechas defensivas tras el tiempo muerto, lo que dificultó las acciones del ataque español y se tradujo en una sequía goleadora. Sin embargo, Rumanía tampoco consiguió abrir hueco, puesto que sus intentos de cara a puerta se estrellaban en el cuerpo de Mercedes Castellanos, que se había convertido en una auténtica atrapalotodo, haciendo inexpugnable la meta española (5-8, minuto 23) y reeditando su gran actuación del encuentro de semifinales.

El luminoso del pabellón apenas se movió hasta llegar al descanso, dejando un tanteador bajo para el tiempo transcurrido, que hacía prever un nuevo final de partido con escasos goles (7-10, minuto 30). El resultado dejaba un panorama positivo para los intereses y las posibilidades de alzarse con el título de las Guerreras, si bien era verdad que en el encuentro de la fase de grupos ante las rumanas también habían llegado al parón mandando por 9 a 11 con un gran juego colectivo en ataque y defensa y habían acabado claudicando.

El ataque y la portería española se complementan

La tónica de los minutos iniciales continuó en la reanudación. España golpeaba y Mercedes respondía en la puerta, aunque nada pudo hacer ante la potencia de disparo de Gabriela Perianu que estremeció a la afición local (9-14, minuto 38).

Amaia González fue la máxima goleadora de la final con 6 tantos

Pasaban los minutos y la superioridad española se consolidaba. Lacentral Arderius dio paso a Arrojería como organizadora del juego español y cumplió con creces anotando dos tantos sucesivos tras elevarse por encima de la defensa adversaria, ensanchando la ventaja de la anfitriona a los seis goles (10-16, minuto 43). Hasta la suerte favorecía a las Guerreras: Menéndez se encontró el rechace de un balón muerto al borde del área de portería y se lanzó para empujarlo ante la mirada atónita de una meta rumana que se encontraba fuera de lugar, para poner la máxima distancia del encuentro (10-18, minuto 46).

La presión del resultado empezaba a hacer mella y debilitar a las jugadoras rumanas, que cometieron varias imprecisiones de bulto, como pérdidas inocentes del balón por la banda. Sus contrincantes también entraron en esta dinámica, permaneciendo nueve minutos sin anotar tanto alguno. El elemento diferenciador que permitió contrarrestar la sequía goleadora española y la leve mejora rumana estaba en la portería. Mercedes agrandaba su leyenda en este campeonato, deteniendo la gran diversidad de lanzamientos que sus rivales efectuaban y que siempre acababan en sus manos. 

El cuadro peninsular consiguió romper su mala racha anotadora gracias a dos trascendentales robos de balón y contraataques culminados con maestría por parte de Amaia González. Las Guerreras se encaminaban con paso firme y decidido a la consecución del título. José Ignacio Prades sustituyó a la guardameta titular por Mayte Zugarrondo. El aplauso del público fue atronador, sabedor el público de que la ya prácticamente garantizada victoria se debía en gran medida a su excelente actuación.

Los minutos finales únicamente sirvieron para confirmar la dinámica reinante en el partido y prolongar el sufrimiento rumano. El encuentro murió (14-20) y el banquillo español saltó de júbilo para unirse en una gran piña a las jugadoras que se encontraban en aquel momento en el terreno de juego. Otra gran piña era integrada por el combinado derrotado, que carecía del júbilo que mostraban sus adversarias. La escena mostraba a la perfección las dos caras del deporte, la victoria y la derrota, frecuentemente necesarias y dependientes la una de la otra, en una actividad que en algunas ocasiones constituye un juego de suma cero entre equipos.

Las dos caras del deporte. Autor: José Ramón Pérez
Las dos caras del deporte. Autor: José Ramón Pérez

Su victoria ante un rival ante el que pocos días antes habían caído derrotadas, su capacidad de sobreponerse a las pájaras en ataque y la realización de una defensa que había dejado la capacidad anotadora de sus rivales en unos exiguos 14 tantos, era todo un ejemplo de superación y aprendizaje de los propios errores.

Clasificación de la categoría femenina del XXIII Campeonato Mundial Universitario de Balonmano
1 España
2 Rumanía
3 Polonia
4 Rusia
5 Japón
6 República Checa
7 India
8 Uruguay