DETROIT - De la forma más espectácular posible, San Francisco vapuleó a los Tigers barriendo la Serie Mundial por 4-0, dos y dos; uno en cada casa, para irse hacia su segundo título de Grandes Ligas en los últimos tres años.

Llegando hasta la décima entrada, los Giants lograron desencadenar la locura en la bahía, por cuatro carreras a tres con un Scutaro que de nuevo, resultó decisivo para el papel de los gigantes con un imparable en la décima que dio por terminado a los Tigres en esta edición 2012, del Clásico de Otoño.

Los Giants rompieron papeletas para sorprender al mundo con una barrida sencillamente, efectiva, ante unos Tigers con un bate apagado y lejos de su mejor momento. La prensa, que otorgaba favoritos a los Tigers previo inicio, se vio tomada por el bullpen de la bahía, con más experiencia, sin dejar a los lineup tomar protagonismo en toda la serie.

Es la primera barrida en una Serie Mundial desde que en 2007, los Boston Red Sox hiciesen pequeños a los Colorado Rockies.

El abridor Max Scherzer realizó un buen trabajo para Detroit, con seis imparables permitidos y tres carreras. Recetó ocho ponches. Por su lado, Cain permitió tres anotadas con cinco imparables dando cinco ponches.

La victoria de la llevó el relevista Santiago Casilla, de 1-0; mientras que Phil Coke cargó con la dolorsa derrota de 0-1. La salvada se la anotó Sergio Romo (3) que celebró por todo lo alto la última acción que coronaba a los gigantes como nuevos campeones de las Grandes Ligas.