La lucha sin cuartel de declaraciones entre ambos púgiles se vio truncada sobre el ring por el veredicto del médico, quien impidió que Antonio Margarito continuara boxeando a falta de tres asaltos para el final ya que su ojo derecho estaba completamente cerrado. El mismo ojo cuyo mal estado tras la pelea con Manny Pacquiao estuvo a punto de costarle la retirada al mexicano.
 
La pelea, revancha de la victoria obtenida por Margarito en 2008, se había cargado de acusaciones de uno y otro bando. Cotto acusaba a Margarito de haber usado en aquella ocasión la misma mezcla de yeso en los vendajes por la que fue inhabilitado tras su combate con Shane Mosley, mientras que el mexicano desacreditaba al boricua con declaraciones como “pega como una niña, se ve que tiene miedo”.

Las malas formas no se quedaron en la rueda de prensa Las malas formas no se quedaron en la rueda de prensa y desde el primer instante estuvo presente la gran rivalidad que existe entre los dos boxeadores, cuando se negaron a entrechocar sus guantas a modo de saludo pese a las exigencias del árbitro.

Ante un Madison Square Garden repleto de puertorriqueños, Miguel Cotto demostró que es una de las grandes realidades del boxeo, siendo superior en todo momento a Antonio Margarito. El boricua hizo gala de una mayor movilidad que su rival, esquivando los obuses que lanzaba Margarito, el cual peleaba hacia delante tratando de abrir terreno con el jab con poco acierto, recibiendo un gran castigo en las hábiles contras que planteó Cotto.

El ojo de Margarito se iba inflamando poco a poco y ya en el séptimo round estaba completamente cerrado. Esto propició que el puertorriqueño trabajara aún más si cabe sus golpes sobre la parte derecha del rostro de su adversario, el cual, tras ser revisado en dos ocasiones por el médico, fue obligado a quedarse en la esquina antes de comenzar el décimo asalto.

Margarito intentó hacer todo lo posible por convencer al médico de que podía continuar, pero finalmente la decisión dio la victoria a un Miguel Cotto que había demostrado que es mejor boxeador que el tijuanense.

El veredicto médico fue responsable, pero hace plantearse la pregunta de para qué dio el visto bueno la Comisión Atlética de Nueva York al lastimado ojo de Antonio Margarito. Con todo, el hecho de impedir al mexicano continuar da pie a que el equipo Margarito proteste y enarbole la bandera de que Miguel Cotto no ganó con claridad.

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Víctor C. Millán
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