Hablemos de un deporte violento, un deporte que genera violencia y cuyos participantes y aficionados viven en una polémica constante, donde los insultos suenan cada segundo y las amenazas se escuchan con frecuencia. Un deporte en el que en determinados momentos te sea difícil asistir con tus familiares por el factor miedo, o a otro lugar a animar aquello que a ti te gusta.

El horario infantil, ese que comienza los domingos a las 6 de la mañana hora española, se muestra tajante con este tipo de eventos prohibiendo así su emisión en cualquier televisión en dicho horario pudiendo ser multada. Es por ello, esta clase de deportes no merecen ser emitidos puesto que alteran a la juventud, es este al menos el argumento que se usó para prohibir la emisión del BOXEO.

Pero no, no estoy hablando de este deporte. Si miráis de nuevo el primer párrafo veréis una precisa descripción del deporte nacional por excelencia, el fútbol. Los asistentes habituales a cualquier velada boxística tendrán que mirar hacia atrás, y mucho, para ver una pelea entre aficionados o incluso ambos luchadores fuera de su deporte, donde todo termina en un abrazo. 

La censura emitida en su momento a este deporte ha intentado acabar con él, y casi lo consigue, pero los esfuerzos de los aficionados y practicantes han frenado lo que tanto quisieron en su momento aquellos que hoy se llevan las manos a la cabeza con el fútbol y sus desgracias, para luego llevárselas a las carteras hablando de él. "El boxeo es un deporte violento que genera violencia", pensaron ellos en sus sillones, no como el fútbol, claro está, deporte que nunca ha generado drama alguno entre aficionados que matan y mueren por una bandera o una ideología que camuflan en un equipo de fútbol.

La facilidad con la que se ha castigado al 'noble arte' es la misma con la que se han tapado año tras año las desgracias que ha dejado el deporte rey, con constantes peleas semanales entre aficiones, lanzamientos de objetos al campo, insultos y amenazas de todo tipo. Quizás no sea muy objetivo al lamentarme de este suceso, pues mi pasión se vive en un ring y no en un estadio, pero quizás no sea verdad aquello de "no es fútbol, es un problema de la sociedad" que dijo Simeone, persona que se permitió el lujo de dedicar estas palabras sin querer mirar atrás, semanas antes, cuando se dirigía a la grada de estas personas a aplaudir y pedir a sus jugadores que se acercasen a ellos.


La sociedad tiene un problema, pero nunca serán "20 idiotas" los que generen disturbios, como tampoco somos "20 idiotas" los que asistimos a veladas censuradas por la opinión pública e incluso para los gobernantes. Déjennos disfrutar de nuestro deporte tal y como lo vivimos, y céntrense en arreglar aquel que monopoliza informativos y portadas día tras día, quizás el problema está en censurar todo aquello que nos parece "inmoral" y que simplemente, no llena nuestras carteras, mientras damos palmas ante semejante espectáculo vivido días pasados y que no ha sido ni será el último, alegando que "son unos pocos".

Unos pocos no serán si la semana pasada tantos otros grupos ultras se pelearon, y la anterior, y la anterior, y quién sabe, la anterior. Cuando se censuró el boxeo de las televisiones nacionales y se tachó a éste de ser simplemente violencia gratuita, se nos convirtió automáticamente en "los malos" y "los marginales". Hoy me pregunto, otra vez, ¿no éramos nosotros los malos?.