Ni el gancho fantasma de Cassius Clay a Sonny Liston fue tan fugaz y tan falso como lo que millones vimos por nuestros televisores y unos pocos en el MGM de Las Vegas. Tres ¿jueces? dieron a Floyd “Para ti el Money” Mayweather el robo del milenio en el que iba a ser el combate del siglo. Esta noche tres energúmenos dieron un motivo del peso de Deontay Wilder y Vitali Klichkó juntos a los que odian este noble deporte para odiarlo aún más.

Meses de parafernalia que rodeó el combate y lo convirtió en un evento planetario de dimensiones estrambóticas, una bolsa en la que se manejaban cifras inéditas, precios desorbitados por una entrada y todas las celebrities y todas las pantallas pendientes de dos hombres. Ganasen o perdiese habrían ganado suficiente dinero en el ring como para no solo no tener que pelear jamás, sino para que ninguno de sus herederos tuviese que preguntarse porque eran ricos durante los próximos 3000 millones de años. Simplemente lo eran.

Y es que no era para menos. Desde 2009/10 esperábamos este combate. El duelo más deseado desde los Gatti - Ward. Pero Floyd estuvo años dando largas a un Pac-Man predispuesto desde el primer momento. Haciendo crecer la expectación y el hambre de espectáculo de un mundo que se moría por dos minutos de miradas durante el pesaje. Lo alargó cinco años, hasta el declive de la carrera de ambos. Hasta que la llama de la vela se iba haciendo más tenue, a punto de apagarse por completo. Lo logró cuando acepto el combate después de años de intentar que, si se llevaba a cabo la pelea, seria bajo sus normas y bajo las leyes que Mr.Mayweather dispusiese. A fin de cuentas, él es el dueño y señor de este deporte.

Cinco años en los que el ego de Money creció sin parar y su fama aumentaba a la par que su record. Un record forjado a base de victorias rocambolescas ante auténticos tiraos del mundo del boxeo o viejas glorias al borde de una vida más placida a la orilla de las playas de Benidorm. Los combates buenos se cuentan con los dedos de una mano: Miguel Angel Cotto y Mosley son los de más peso después de derrotar a Marquez en 2009 en su vuelta al ring. Con 47-0 se presentaba ante Manny, con su carita sin arañazos y su arrogancia a punto.

El camino de Pacquiao no fue el camino de rosas que Mr.Dinerito tuvo. Desde el combate de Mayweather contra Marquez, el diablo filipino luchó contra el propio Marquez, Cotto, Margarito, Bradley y Mosley. Dos derrotas ante Marquez y Bradley; dos revanchas con victoria para el filipino. Sin duda rivales de bastante más categoría que Victor Ortiz y Robert Guerrero, rivales de Mayweather.

Lo ocurrido durante el combate lo sabemos todos. Después de los himnos, la exposición de los tres cinturones y el cinturón unificador de la triple corona con miles de esmeraldas y las presentaciones fanfarronas, comenzó el envite. Floyd no arriesga, no pone la carne en el asador. Cosa que si hace Pacquiao. El filipino está dispuesto a pelear cada palmo de tierra y a pesar de perder el primer round los dos/tres siguientes se impone con claridad. Combos rápidos, uno-dos constantes que empiezan a hacer mella en el estadounidense, incapaz de frenar el martillo neumático asiático que tiene ante sí con calzón amarillo y rojo. Algún que otro jab tímido de Floyd impacta en Manny, que va a lo suyo, midiendo con la derecha y golpeando con su zurda demoledora. Mayweather está en un ir y venir contra las cuerdas constante, Manny le lleva contra ellas no a base de golpes, sino por el empuje constante y las ganas de filipino de llevarse la victoria a su terreno cuanto antes. Desde el 6º al 12º es una lucha continua entre dos colosos: uno que se tapa con un escudo, otro que golpea con un martillo.

El yankee hace gala de su velocidad y la defensa que tantas victorias le ha dado. Pero eso no es suficiente como para ganar a los puntos. Floyd ganará 3/4 asaltos más durante el combate. El resto son todos de Manny. Alguno está un poco indeciso, bastante parejos. Pero el ímpetu y las ganas de Pac-Man lo posicionan como favorito en un combate bastante feo, un combate que se tendría que haber celebrado hace 5 años.

Manny gana a los puntos. El público lo sabe, los locutores lo saben, los espectadores lo saben. Solo cuatro personas opinan lo contrario: Millonetis Mayweather y los tres jueces del combate. 118-110, 116-112 y 116-112. Esas son las tarjetas que dan como ganador a Floyd, cuando en realidad los rounds son de 7-5 para el filipino. La cara de Manny es un poema. No puede creer que le hayan hecho esto, que le hayan robado a él, que tanto le ha dado al boxeo. El combate podría haber sido nulo o ganado por Pacquiao, pero nunca por Mayweather. Nadie sabe que combate vieron los jueces.

Y hasta las 8 de la mañana tienen engañada a la gente. Sin dormir, con las esperanzas de ver el espectáculo prometido. Un duelo entre dioses y titanes y monstruos y colosos y gigantes de un deporte que cada día se viene a menos por la publicidad engañosa y por los intereses económicos. Un deporte en el que el record de 48-0 y poder atrapar a la leyenda inmortal de Rocky Marciano (49-0 43KO) es más importante que el valor o la calidad técnica. Uno de los pocos deportes que se merecen el título de deporte cada día pierde adeptos y credibilidad cuando el espectáculo es la venta y merchandising del combate y no los boxeadores o lo que puedan ofrecer. Solo espero que entren los comités de oficio y miren que les pasó a esos jueces. Que se arregle la contienda. Que se cure este deporte. Que no pierda el boxeo el que puede ser su último asalto.