Marcel Kittel, buque insignia del conjunto Giant-Shimano, se impuso ayer en la tercera etapa del Tour de Dubai, en la que el pelotón debía superar varias subidas para llegar a meta. Estas no supusieron un impedimento para el velocista teutón que logró su segundo triunfo en tierras emiratíes por delante del gaditano Juanjo Lobato.

Kittel reconoció que fue un "día duro" porque tuvieron que "perseguir a los escapados en las subidas". Aseguró que sabe que estas son uno de sus "límites", pero que quiere "mejorar" para poder "ganar carreras con ascensiones antes de un final llano". También afirmó que fue "duro" quedarse en el grupo delantero, pero el duro entrenamiento de invierno le "ayudó".

Sobre sus posibilidades en Clásicas, el velocista germano no cree que pueda "ganar la Milán-San Remo", ya que es una carrera "totalmente diferente", aunque nunca la ha "corrido", por lo que ahí está la duda. Aseguró que la victoria en esta mítica prueba deberá plantearse en un "futuro", ya que con el cambio es "casi imposible para los sprinters".

Pese a todo, estaba muy satisfecho por su segundo triunfo en Dubai y por el trabajo de sus compañeros. "¡Qué puedo decir! Me sentí muy bien y mis compañeros hicieron un trabajo realmente bueno para ayudarme a llegar a la subida en buena posición", reconoció antes de subirse al autobús del Giant-Shimano. Se mostró "muy feliz" por el hecho de poder recompensar  "el trabajo" de sus compañeros con "un buen triunfo".

Kittel espera que la última jornada en Dubai sea "un buen día" para él. Se muestra "confiado" y espera ganar su "tercera etapa". De nuevo se muestra agradecido con el Giant porque cuando está corriendo se siente "increíble" sobre la bicicleta. "Es muy bueno contar con ellos como patrocinador principal", concluyó.