Michal Kwiatkowski vuelve a maravillar, vuelve a sorprender. Su juventud, carácter y espíritu ganador ya se ha colado en el pelotón, introduciendo una nueva variable en esta larga temporada, que acaba de comenzar. De seis días de competición el polaco ha ganado en dos, las dos en solitario. Pero esta última, en la segunda jornada de la Vuelta al Algarve, ha sido si cabe más especial, más trabajada y, por supuesto, de más caché.

Porque esta vez el recorrido era más traicionero que el de la Tramontana y los rivales mejores y más rodados. Kwiatkowski ha logrado romper la jerarquía de equipos como Tinkoff, Lampre o Belkin con un ataque certero y letal. Fue en la cima de la última y decisiva dificultad de la jornada, en las proximidades de la localidad termal de Monchique, en el interior del Algarve portugués

Fue un ataque de 'clasicómano' puro, de gran explosividad, que combinado con una excelente capacidad de rodar ha sido suficiente para entrar en meta y levantar los brazos, de nuevo con tiempo para salir decente en la foto. A seis segundos entraron Rui Costa, Contador y un sobresaliente Eduard Prades, el catalán del OFM. Más tarde, a 17 segundos, lo hizo otro grupo perseguidor comandado por Alexandre Geniez, en el que estaba Horner.

La resolución se redujo a esos locos 7 km. finales. Todo lo demás se mantuvo dentro de la pauta marcada por el pelotón. El control de Tinkoff y Lampre fue fuerte, por lo que las fugas quedaban abortadas en poco tiempo. El perfil de esta segunda jornada, que discurría entre Lagoa y Monchique a lo largo de 196 km., presentaba una primera parte llana y otra quebrada, a partir del km. 130. Varios ciclistas locales, como Cesar Fonte o Valter Pereira lo intentaron sin éxito. FDJ también movió ficha, de mano de Mickaël Delage, pero sus intenciones no cuajaron ante la marcha marcial de Tinkoff-Saxo, al cual le atraía este final para Contador.

Bilbao se mueve, Martin cede

En las proximidades de Monchique, donde había un primer paso por meta, la inestabilidad fue penetrando en el grupo. Peio Bilbao (Caja Rural) saltó del pelotón, algo que obligó a los de Riis a acelerar el ritmo y seleccionar el paquete. Tony Martin, el vigente vencedor de la prueba lusa, perdía contacto y de paso todas las opciones, ya que se dejaría más de diez minutos en meta. La entrada de Movistar y Belkin en cabeza ayudaron a cazar a Bilbao, justo antes de comenzar la subida final, cuya cima estaba a 7 km. de la conclusión.

Lampre movió ficha con Costa y Horner, pero lo hizo tarde

El asfalto, que estaba mojado por una llovizna, podía acabar por romper definitivamente la etapa. Pero la apuesta de Kwiatkowski, perpetrada pocos metros antes del premio de montaña, bloqueó cualquier zafarrancho. Lampre estuvo atento siempre en cabeza, pero inició tarde la persecución del campeón polaco. Costa se adelantó en el descenso, llevándose a Contador y Prades, y Horner se mantenía fuerte varias posiciones atrás. Pero las dos bazas de los italianos no aprovecharon este final tan atractivo, dejando que Kwiatkowski, por segunda vez en menos de quince días, volviera a imponer su ley, vistiéndose además con el maillot de líder.

Llega la crono

Pasada la media montaña de Monchique, los corredores afrontarán mañana la contrarreloj corta en el extremo suroccidental de Portugal, en Sagres. Serán 13,6 km., que no deberán suponer problema para el polaco, aunque las rentas son exiguas y cualquier error puede hacer cambiar el amarillo de manos.

Clasificaciones

VAVEL Logo
Sobre el autor
Javier Ruiz
El ciclismo fue un invento del Periodismo y el Periodismo se hizo aún más grande gracias al ciclismo. Aportaré mi granito de arena para que siga siendo así.