El ciclismo colombiano sigue conquistando el territorio europeo, paso a paso, pero de manera decidida. El último capítulo ha tenido lugar en un punto estratégico del calendario: el Paseo de los Ingleses de Niza. El bello boulevard de la ciudad francesa, escenario culminante de París-Niza, simboliza una especie de transición entre el duro y solitario invierno y el florecer primaveral, explosión del mejor ciclismo. Carlos Alberto Betancur es el primer destello de esta transición.

El joven valor de Ag2r es el nuevo rayo de sol venido desde la lejana Colombia, granero de excelentes ciclistas. Es el otro gran exponente de la última hornada del país cafetero, a la par que Quintana. Betancur ha tomado una vía más alternativa que el de Movistar, brillando en escenarios más variados, aunque la irregularidad parece ser una de sus asignaturas pendientes.

Esta temporada quiere enterrarla y Francia ha sido el territorio elegido para su despegue definitivo. Ganador de la general de Haut Var hace tres semanas, con etapa incluida, Betancur ha cerrado este primer sector de la campaña llevándose el amarillo de París-Niza y convenciendo, olvidando una temporada pasada llena de claroscuros. El líder de Ag2r coge ahora moral de cara a su primer gran objetivo: el tríptico de las Ardenas.

No obstante, la victoria no ha sido todo lo cara que se presupone en este escenario. La última etapa, de sólo 128 km. pero con una media montaña decente, debía haberse convertido en territorio comanche antes de la resolución final en la capital de la Costa Azul.

Infografía: ASO.

Pero los rivales del colombiano, que aún conservaban sus opciones, no han estado todo lo finos que se les suponía. Nibali intentó el todo o nada a 45 km. de meta, imitando la obra de arte de Contador hoy en Tirreno. Pero el siciliano no acaba de despegar y se lleva deberes para casa. Rui Costa, a rebufo, y encima acabó en el suelo, con el Arcoíris muy difuminado. Stybar, Rojas y Fuglsang tenían hoy la oportunidad de subir un escalafón en sus trayectorias. Estaban situados a apenas treinta segundos del amarillo. Pero no han despeinado ni un solo cabello de Betancur.

La fuga de la jornada estuvo bien nutrida, como se esperaba. Hasta 17 corredores estuvieron presentes, entre ellos Van Avermaet, Coppel, Marcato o Zandio. El equipo del líder no quería alborotos y rodó rápido en la primera parte del trazado, controlando la escapada dentro de los dos minutos. El paso por las cotas de Calaïson y Châteauneuf hizo criba en el grupo cabecero, pero aún aguantaron una quincena de hombres antes de llegar a la Côte de Peille, penúltima dificultad del día.

Nibali se inmola en Peille

Fue allí donde la carrera tomó otro cariz. Astana se puso en cabeza del pelotón para preparar un ataque suicida de Vincenzo Nibali, que debía recuperar más de un minuto para salvar su honra y arrebatar el liderato a Betancur. El italiano se marchó con Spilak, décimo en la general, en plena ascensión a Peille, pero la rápida reacción de los Ag2r, que se han mostrado muy sólidos durante toda la ronda, no dejó que Nibali se cubriera de gloria.

Nibali, discreto en esta París-Niza, atacó a 45 km. de meta

Con Nibali cazado, el pelotón afrontó el largo descenso previo a Èze, último y decisivo puerto de la jornada. Situada su cima a 15 km. de meta, podría servir perfectamente para sorprender y resquebrajar el férreo control del conjunto francés. Las escasas rentas con las que contaba Betancur (14 segundos sobre Costa y 26 sobre Stybar) se volatilizarían en caso de una apuesta certera en las rampas de la clásica subida cercana a Niza.

El maleficio de Rojas

Más pesimistas eran las previsiones sobre José Joaquín Rojas. Abonado al puestómetro en todas las llegadas de esta París-Niza, tenía perdido sólo 27 segundos con respecto a Betancur, pero la actitud de él y su equipo estaba destinada a guardar la ropa. Ellos fueron los que pusieron ritmo en las estribaciones de Èze, ahorrando trabajo a Ag2r. La labor de protección de los azule fue un espejismo, porque en pocos kilómetros comenzaría la batería de ataques, protagonizada esta vez por un sorprendente Frank Schleck.

Frank Schleck demarró en Èze junto a Spilak, pero fueron cogidos en la recta de meta

El de Trek quería salvar al honra familiar y tapar un nuevo hundimiento de su hermano pequeño, que se volvió a cortar en cuanto la carretera se empinó. Con él se fue un inquieto Spilak y abrieron camino. Por detrás, muchas miradas, algún ataque 'gaseosa' y el sufrimiento de Nibali o Stybar, que se cortaron del grupo.

Rojas tenía en su mano el tercer puesto final, ya que el checo de Omega Pharma se dejaba en la cima de Èze 25 segundos. Devenyns se acercó a ayudarle en el rápido descenso hacia la ciudad, pero ya era tarde. La carrera estaba lanzada y la victoria de etapa subía de precio.

Movistar se reagrupó con los hermanos Izagirre como punta de lanza, aprovechando la gran oportunidad que se les ofreció. Cazaron al dúo Schleck-Stybar dentro del último kilómetro. Una aparatosa caída, provocada por un bandazo de Gallopin en el sprint final, afectó a hombres como Costa o Majka y redució la lucha por la etapa a una veintena de hombres. Rojas arrancó con fuerza por la derecha, pero el joven Arthur Vichot (FDJ), actual campeón de Francia, volvió a truncar el sueño de Rojas, ganando la etapa y sacándolo del podio. Betancur entró de amarillo al lado del mediterráneo, dando la primera carrera del sol para Colombia, con dos etapas en el zurrón y la convicción de que el sol de Niza lo va a iluminar para el resto de la primavera.

Clasificaciones

Vídeo de la victoria de Arthur Vichot