Greg Van Avermaet es un ciclista con unas cualidades excepcionales para la temporada de clásicas del norte, es rápido, inteligente tácticamente, fuerte en los adoquines... siempre está cerca de los mejores, es muy regular, pero por unas cosas o por otras casi nunca consigue rematar con una victoria sus buenas actuaciones. Le cuesta horrores ganar.

Le cuesta horrores ganar El desenlace del Tour de Flandes es una buena muestra de su incapacidad para resolver las carreras. El ciclista del BMC supo correr con inteligencia, sin ponerse nervioso ante los movimientos de los rivales, hasta que vio su oportunidad y jugó sus cartas para escaparse con Stijn Vandenbergh (Omega). Lo dio absolutamente todo para llegar con opciones al final de la carrera. Pero en el sprint, cuando parecía que era el hombre más rápido, volvió a ser derrotado, esta vez por Cancellara, y tuvo que conformarse con un amargo segundo puesto.

Sólo hay que echarle un vistazo a los resultados de sus dos últimas temporadas para corroborar lo explicado anteriormente:

En 2012 el ciclista de BMC no consiguió ninguna victoria en toda la temporada, en cambio, hizo una temporada de clásicas excepcional, fue 2º en el GP de Wallonie y en Québec, 4º en Flandes, 5º en la Omloop Het Nieuwsblad, la Strade Bianche y la Brabantse Pijl, 6º en Paris - Tours y 8º en Piemonte.

Su 2013 es prácticamente un calco. Consigue cuatro victorias, dos etapas y la general final del Tour de Wallonie y una etapa en Utah, pero donde vuelve a destacar sin "premio" es en las clásicas: 3º en la Gent-Wevelgem y Québec, 4º en la Paris-Roubaix y Montreal, 5º en la Omloop Het Nieuwsblad, 6º en la Strade Bianche y la Brabantse Pijl, y 7º en Flandes.

En esta temporada la dinámica no ha variado: 2º en el Tour de Flandes y la Omloop Het Nieuwsblad, y 10º en la E3 Harelbeke.

Una colección de buenos puestos que firmaría gran parte de los ciclistas del pelotón pero que para Van Avermaet ya no es suficiente.

El ciclista belga volverá a ser el líder del BMC en la París-Roubaix. Van Avermaet tiene que dar otro pasito más hacia delante para tratar de ganar alguna clásica importante, y de paso, conseguir quitarse el sambenito de "eterno aspirante".