Absalon se reconcilia con Sudáfrica

Por momentos se pensó que el tiempo de Julien Absalon era puro crepúsculo, que eran muchas temporadas rindiendo al máximo nivel, y que el bajón podía llegar en cualquier momento, posiblemente en este 2014. Pietermaritzburg no era el mejor escenario para contrarrestar esos augurios, aunque el francés de 33 años se presentaba en Sudáfrica fresco y confiado. Las interminables cotas del Cascades Park y la diosa fortuna han estado hoy de su lado, para lograr un trofeo que le reconcilia con su espíritu de dominador y le carga de moral para las próximas citas.

El guion de este primer Cross Country del circuito mundial empezó recordándonos al ya lejano 2013. Nino Schurter salió arrollador, como de costumbre. Sólo los Giant pudieron seguir su rebufo, con los Cannondale (Fontana y Fumic) en un segundo plano. Absalon y Hermida no entraron en esa espiral de locura y veían la carrera desde mucho más atrás. A McConnell (Trek) directamente ni se le vio y nunca llegó a estar.

La segunda vuelta, de las seis que debían dar a un largo circuito de 4,8 Km., trajo la calma al bike park y comenzó a esclarecer la situación. El Campeón del Mundo seguía dominando la prueba pero Manuel Fumic sacó a relucir su nueva máquina y se pegó a la rueda del suizo, con otro helvético, Flückiger, que luchaba por unirse a esta interesante fiesta.

Duelo de campeones

La dupla se entendió y abrió camino a través de los bucles y los tramos empedrados del Cascades. Fue entonces cuando Absalon decidió reaccionar y salir de la cueva. La remontada del legendario francés fue de escándalo, uniéndose en un primer momento a un grupo perseguidor con Fontana, Vogel, Flückiger y Marotte, para luego robarle a Schurter la primera posición.

Los Giant, con Giger a la cabeza, no tuvieron su lugar en esta batalla y borraron su rastro. Absalon, Schurter, Fumic y Flückiger se marcharon en cabeza y cerraron el coto de aspirantes. El último pronto caería ante el fuerte ritmo del Campeón de Francia, que iba a más y comenzó a desconcertar al propio Nino, que veía como este viejo emperador podría discutir su reinado.

Flückiger y Fumic pronto cedieron ante el empuje de Schurter y Absalon

La carrera estaba predestinada a un mágico duelo entre pasado y futuro, entre dos generaciones de bikers que adornan el presente de este joven y bello deporte. El ritmo impuesto por los dos de cabeza acabó desgastando a un inspirado Fumic, Subcampeón del Mundo en este mismo circuito, ocho meses atrás.

Hoy no habría monólogo de Schurter. El de Scott rebajaba la tensión del momento luciéndose en cada salto y looping, como si estuviera seguro del destino de aquella afrenta. Absalon aprovechaba las subidas para hacer daño y rebajar la testosterona de su rival. Siete Campeonatos y ocho Copas del Mundo se concentraban en ese dueto cabecero, por lo que todo lo demás se detuvo a su alrededor.

Hermida fue remontando posiciones y acabó en una meritoria quinta plaza

Pero una rueda reventada estropeó este instante único. Schurter comenzó a arriesgar y Absalon se cortaba por momentos, pero la rueda trasera del suizo no pudo más. La avería se produjo lejos de la zona de asistencia y Schurter se vió obligado a quemar llanta para minimizar las pérdidas. Absalon respiraba tranquilo en cabeza de carrera y Fumic se vió de nuevo segundo en Sudáfrica. Maxime Marotte, sufridor como pocos, rebasaba al Arcoíris.

Schurter llegó con cara de circunstancias a la altura de sus mecánicos, que cambiaron rápidamente la rueda. Vuelta final. El circuito se convirtió en una especie de desfile para este Napoleón de las montañas, que agranda su leyenda conquistando por primera vez este circuito, tras los intentos fallidos de 2009, 2011, 2012 y 2013 (Campeonato del Mundo). Fumic entró tras él a 34 segundos y un exhausto Marotte lo hizo tercero, a 54.

José Antonio Hermida, por su parte, culminó una fantástica remontada para encaramarse al quinto puesto final. Tras él, y derrotado por primera vez en mucho tiempo, llegaba Schurter, saludando tímidamente, pero tramando su plan de venganza desde dentro de su semblante inocente. Dentro de 15 días, en Australia, el segundo episodio.